Lo que algunos medios de comunicación españoles pretendían que quedase como una simple anécdota, que el beso sin consentimiento que le dio el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso, campeona mundial de fútbol con la Selección Española, se archivase en nuestra memoria como un mal chiste de la época, se ha convertido en uno de los mayores escándalos en la historia del fútbol español. 

Después de que Luis Rubiales tuviera el cinismo de no dimitir, mientras le aplaudía un grupo de ignorantes y “comprados”, Hermoso ha manifestado que las declaraciones hechas por el todavía presidente de la RFEF son categóricamente falsas. Desmintiendo lo que Rubiales contó como la verdad ocurrida durante la ceremonia de premiación en la final de la Copa Mundial en Australia, la futbolista ha declarado que el beso no fue consentido en ningún momento, que se sintió vulnerable y víctima de una agresión, de un acto machista.

Ante las presiones a las que ha sido sometida la jugadora española por parte de los “súbditos” de la RFEF para que minimizara los hechos que todo el mundo vio por televisión, la solidaridad de las mujeres y compañeras de profesión ha sido ejemplar. En este sentido, desde la Liga MX Femenil en México se ha hecho público el respaldo a la también jugadora del club Pachuca, extendiéndole todo el apoyo para garantizar el seguimiento y acompañamiento en esta situación, de acuerdo a los procedimientos establecidos en el protocolo de la FMF para Prevenir y Sancionar el Acoso y Hostigamiento Sexual: “En la Liga MX Femenil defendemos y protegemos los derechos de nuestras jugadoras, directivas y staff; tendremos tolerancia cero ante cualquier tipo de acto que atente contra su integridad”.

Asimismo, la afición, los medios de comunicación y periodistas en México han reaccionado de manera solidaria ante la situación que está viviendo la jugadora española y campeona del mundo. Uno de los periodistas deportivos mexicanos más reconocidos, David Faitelson, se ha posicionado ante la desvergonzada actitud de Luis Rubiales, quien ha puesto no sólo al fútbol de este país, sino a toda España en medio de una lamentable y penosa situación. 

Para mayor prueba de la poca contundencia de los dirigentes del fútbol español y mundial, queda en evidencia la oscura moral que también impera en la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), pues por ahora sólo ha suspendido a Rubiales por un periodo inicial de 90 días. En cambio, el sentir de mucha de la afición, de la propia sociedad y de la comunidad internacional impone que se apliquen medidas más contundentes y acciones claras por parte del Gobierno español y de quienes defienden su justicia y democracia.

Jenni Hermoso milita  desde el 2022 con las Tuzas en la Liga MX Femenil en el Club Pachuca, organismo que también ha dejado notar su apoyo a la jugadora tras el escándalo internacional. Así, las compañeras de Jenni han transmitido desde México su respaldo tanto institucional como personal en este momento tan delicado de su vida y su carrera. Como se lee en el comunicado compartido en redes sociales, las colegas de Hermoso expresan: “Confiamos plenamente en nuestra deportista, nuestra compañera, nuestra amiga, nuestra ganadora, nuestra líder y nuestra Campeona del Mundo: una mujer extraordinaria. No te dejaremos sola”.

Las posturas en apoyo a Hermoso están abriendo igualmente en México los ojos para que se logren visibilizar las agresiones y se lleven a cabo los procedimientos necesarios y urgentes ante los casos semejantes que han vivido otras jugadoras en territorio mexicano, como Yuki Watari, quien ha sufrido también una agresión por parte del director técnico de las Bravas de Juárez, Óscar Fernández, o bien las agresiones en contra de la jugadora Natalia Macías por parte del entrenador de Pumas Femenil, Jonathan Lazcano.

La indignación en el entorno del fútbol femenino en México y en otras partes del mundo, ante el inaceptable comportamiento de Luis Rubiales, sigue creciendo

La indignación en el entorno del fútbol femenino en México y en otras partes del mundo, ante el inaceptable comportamiento de Luis Rubiales, sigue creciendo. Y a esa reprobación se ha sumado la de los movimientos feministas, que han hecho eco de un fenómeno que está extendido: la violencia contra las mujeres en el fútbol.

Resulta irrisorio que en el informe entregado por la FIFA en este 2023, tras la encuesta realizada a las 203 federaciones integrantes, difunda afirmaciones como esta: “Si bien es cierto que el fútbol femenino está viviendo un momento dulce, no es menos acertado afirmar que requiere una profunda transformación”. La realidad es que con los mundiales de fútbol que se han celebrado desde que la FIFA creó la Copa Mundial Femenina en 1991, el negocio para los gerifaltes del fútbol mundial ha ido resultándoles más redituable, pero para ello las mujeres que practican este deporte han tenido que luchar contra toda clases de violencias ejercidas por sus propios jefes y directivos.

Desde entonces, futbolistas de todo el mundo han estado denunciando las irregularidades que por años han existido en la práctica del fútbol femenino y que continúan afectando el desarrollo de la disciplina en los países donde se juega. Quienes se dedican de manera profesional a este deporte han denunciado constantemente la precariedad de su situación, es decir, los bajos salarios por la actividad que desarrollan y la ausencia de seguridad social, por lo que muchas jugadoras, adicionalmente, han ido exigiendo más apoyo por parte del Estado.

De acuerdo con los censos realizados por la propia FIFA, entre el 2006 y 2018, la cifra de mujeres que juegan al fútbol se incrementó, y se estima que son aproximadamente cuarenta millones de mujeres las que practican este deporte. También la cantidad de mujeres y niñas que participan en fútbol federado ha aumentado en casi 25% desde 2019, llegando hasta los 16,6 millones en 2023. 

Hay que reconocer que, a todas luces, detrás de esta industria de dinero existe una estructura que sostiene, permite, normaliza y oculta las violencias en el fútbol femenino. Todas estas prácticas, como la que se ha convertido estos días en escándalo internacional, se desestiman porque no se consideran acoso ni violencia; a hombres como Rubiales les parece normal actuar así, y llaman lacra al feminismo que denuncia su comportamiento. Las deportistas como Jenni Hermoso quieren sentirse seguras ejerciendo su profesión y hacer buen fútbol para que se las reconozca y respete. Por eso, todas sus compañeras han alzado la voz, para que se saquen este tipo de casos a la luz y se denuncien públicamente. Porque Jenni ya no está sola.