Obituario
Cifu, la voz del jazz
Ayax Merino 26/03/2015
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Cinco o seis años tendría, no lo sé con exactitud, las fechas me bailan en la cabeza, pero hace mucho tiempo, eso seguro. Los jueves creo que era. Después del conejo de la suerte en la pantalla aparecían unos tíos soplando una trompeta, un saxo o un trombón o tañendo una guitarra o aporreando un piano, un bajo o una batería.
Y yo me quedaba de piedra, atónito, perplejo. En la segunda cadena era. Cosas del Cifu, que consiguió llevar el jazz a la tele. Aunque yo entonces ni idea tuviera de lo que era el jazz ni de quién era el Cifu. Mi madre lo ponía y yo, simplemente, me quedaba fascinado, con la boca abierta, deslumbrado. Hasta que me mandaban a la cama.
Mucho más tarde, dieciséis tiernas primaveras tendría ya, tras currar como una bestia de carga los fines de semana y las vacaciones, conseguí ahorrar lo suficiente como para mercarme un equipo en condiciones: un tocata de postín, dos buenos altavoces y un amplificador de la leche. Y salí corriendo a comprarme un disco, mi primer disco: un disco de jazz. Se me ha borrado completamente de la memoria el disco de marras y no tengo ni la más remota idea de quién tocaba ¿Duke Ellington? ¿Coleman Hawkins? ¿Quizás Bud Powell? No lo sé, no me acuerdo. Pero sí recuerdo que los comentarios de la contraportada estaban firmados por un tal Juan Claudio Cifuentes. Aquello fue un descubrimiento, una revelación ¡Qué cosas decía aquel hombre! Me mostró un mundo nuevo, un mundo inmenso: el jazz. Desde entonces no he cesado de comprar discos como un poseso.
Y esas noches en la cama, todavía viviendo en casa de mis padres, la radio encendida y el Cifu hablando y hablando. Y entre parloteo y parloteo, un poco de música. Y mi madre que aparecía en la puerta: es muy tarde, a dormir. Sí, enseguida, cuando acabe Cifu, madre.
Un día le vi en el San Juan. Un tipo apacible, tranquilo, acodado en la barra a la espera de que comenzara el concierto. Charlando con un amigo, casi escondido, humilde, como avergonzado de que le reconocieran.
Y estos últimos años, cada sábado y domingo, mi cita ineludible a las dos de la tarde, con una cerveza y el oído atento ¡Chisss! Todo el mundo a callar, que empieza Cifu. Y Cifu empezaba a hablar y hablar ¡Chissss! Tú, deja de hacer ruido, por favor, que no oigo.
Cifu se ha muerto. La voz del jazz se ha apagado. Carantoñas, achuchones y arrumacos varios. Adiós, maestro.
Juan Claudio Cifuentes, Cifu, murió el pasado 17 de marzo en Madrid. Tenía 74 años y presentaba los programas de RNE Jazz porque sí, en Radio Clásica, desde 1998, y A todo jazz, en Radio 3.
Cinco o seis años tendría, no lo sé con exactitud, las fechas me bailan en la cabeza, pero hace mucho tiempo, eso seguro. Los jueves creo que era. Después del conejo de la suerte en la pantalla aparecían unos tíos soplando una trompeta, un saxo o un trombón o tañendo una guitarra o aporreando un...
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Ayax Merino
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