G36, el fusil que disparó contra el "Made in Germany"
Escándalo en Alemania tras conocerse que Defensa ocultó desde 2012 fallos estructurales de su arma larga reglamentaria, de fabricación germana, y de la que España adquirió 76.000 unidades
Cale Garrido Hamburgo , 14/05/2015
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El fusil de asalto reglamentario de la Bundeswehr (Ejército federal alemán) "no tiene futuro en la Fuerza de Defensa alemana". Con esta frase, pronunciada el pasado 22 de abril por Ursula Von der Leyen, ministra de Defensa del país germano, la mítica "eficiencia alemana" recibía uno de los mayores varapalos de los últimos años.
El arma en cuestión, el modelo G36 de 5,6 mm fabricado por la firma Heckler & Koch desde mediados de los años noventa, ha sido exportado desde entonces a más de 40 países y utilizado por fuerzas de seguridad y ejércitos de todo el mundo. Entre ellos España, que dispone de 70.000 de estas armas en sustitución del legendario Cetme. Ahora, dos décadas más tarde, el gobierno alemán ha calificado el rifle de "inservible" y ha decidido retirar las 167.000 unidades que se encuentran en uso en la actualidad. La decisión se hizo pública tras conocerse el informe del Ministerio de Defensa en el que se indican fallos estructurales de precisión en el G36: el revestimiento del cañón se deforma y pierde puntería cuando es expuesto a altas temperaturas, o cuando se disparan más de dos cargadores.
Los soldados alemanes los llaman rifle lego, pues son rápidos, ligeros y tienen poco retroceso. Los G36 pueden desmontarse con facilidad; la culata es plegable, el cañón mide unos 40 centímetros, y apenas llega a los 3,5 Kg de peso. Al contrario que el M16 estadounidense, los fusiles G36 no necesitan una limpieza meticulosa: su diseño está pensado para impedir que se encasquille. Según las investigaciones recientes encargadas a expertos por el Ministerio de Defensa, el problema se encuentra en el polímero compuesto con el que está hecho el cañón de los G36, que incluso estando a tan sólo 23 grados comienza a ablandarse.
Basta disparar dos cargadores para que este fusil estrella de Heckler & Koch se caliente lo suficiente como para no poder mantenerse recto. La desviación del disparo puede variar entre cincuenta centímetros en descargas a doscientos metros, e incluso seis metros si el objetivo se encuentra en un radio de quinientos. El uso del plástico abarata los costes de su producción y reduce su peso pero, por el contrario, le confiere una mayor fragilidad. De eso eran conscientes los clientes de Heckler & Koch, pero si el defecto va más allá, no resultaría difícil que la Bundeswehr llevara tiempo pensando en remplazar sus G36 reglamentarios.
España sostiene que no ha tenido ningún problema con las piezas pues el arma se ensambla aquí y se le incorpora un cañón diferente al modelo germano
El fusil de asalto G36 también es el arma reglamentaria del Ejército español desde 1999. Un portavoz del Ministerio de Defensa afirmó a CTXT, sin embargo, que no ha habido ningún problema con las piezas de Heckler & Koch, pues aunque la patente sea alemana, el arma se ensambla en España y se le incorpora un cañón diferente al modelo germano.
Esta supuesta falta de eficacia y rigor del Made in Germany, una bofetada a la credibilidad de la industria armamentística alemana, no es el único elemento relevante en el escándalo del fusil G36. El primer informe negativo se localiza en 2010, cuando tres soldados alemanes murieron en una acción militar en Afganistán y se denunciaron defectos en el fusil. Según Spiegel, en 2012 el entonces ministro de Defensa, Thomas de Maizère, fue advertido por un funcionario sobre los defectos del arma. El Ministerio de Defensa no se tomó dichas observaciones en serio, sino que les restó importancia, desacreditando los informes para evitar un escándalo mayúsculo.
La nueva ministra de Defensa, Von der Leyen, que sustituyó en el cargo a De Maizère en diciembre de 2013, podría haber tenido acceso a los documentos que incluían las informaciones sobre la falta de precisión del G36, pero de alguna forma pasaron desapercibidos durante meses sobre la mesa de su despacho. El pasado marzo, un nuevo examen del Instituto Ernst-Mach confirmaba que los fusiles de asalto G36 registraban fallos muy graves de precisión. Fue entonces cuando la ministra decidió tomar cartas en el asunto y solicitar un informe definitivo para analizar las consecuencias al detalle: "Es importante aclarar qué consecuencias tiene esta decisión para las tropas, y averiguar si hay necesidad que sustituir estos fusiles por un modelo nuevo", declaró Von der Leyen.
El Ministerio de Defensa tratará de investigar el papel del G36 en situaciones de combate recientes para averiguar si los fallos del fusil han perjudicado a los soldados alemanes en las misiones internacionales.
Entretanto, la empresa Heckler & Koch sigue negando los problemas con su arma. En un comunicado oficial aseguró el 10 de abril que, en la fabricación del G36 a mediados de los años noventa, siguió al pie de la letra el contrato de suministro del Ejército alemán. Según el fabricante, en aquellos años no se calculó que los militares alemanes, en gran número, serían desplegados en el futuro en misiones humanitarias en zonas climatológicas extremas ni que tuvieran que realizar numerosos disparos.
Varios funcionarios del Ministerio de Defensa alemán habrían espiado desde 2014 a periodistas que publicaron los informes negativos del G36
El escándalo ha crecido después de conocerse, según informa Spiegel Online, que varios funcionarios del Ministerio de Defensa habrían espiado desde 2014, a petición con Heckler & Koch y en colaboración con los servicios secretos de la Bundeswehr, a periodistas que publicaron los informes negativos del G36. Una actitud que al menos la Ministra Von der Leyen ha calificado de "totalmente inaceptable".
Por supuesto que no va a ser fácil acallar las críticas, pues en el Parlamento alemán quedan aún muchas dudas por resolver. Lo más bochornoso es que la Oficina Federal de Tecnología de Adquisiciones de Defensa ya había hecho saltar la alarma en 2011. Además, el hecho de que el exministro de defensa De Mazière haya ignorado los fallos de los fusiles G36 durante tanto tiempo, así como el simulado factor sorpresa que se ha empleado para sortear el tema desde el Ministerio de Defensa, son manchas de irresponsabilidad significativamente engorrosas. El partido de Los Verdes y el SPD han solicitado una comisión de investigación parlamentaria, en la que también pedirán explicaciones sobre el supuesto ataque a la libertad de prensa por parte del Ministerio y la empresa fabricante de armas.
El proyecto contará previsiblemente con el respaldo de La Izquierda, lo que les permitiría lograr una coalición con suficientes votos para sacar la iniciativa adelante. Mientras tanto, al ex ministro De Mazière le van a faltar minutos para tomar aliento. En palabras de Der Spiegel, nadie quiere ser recordado como el "hombre que mandó a combate a soldados con un arma defectuosa".
Tras la conmoción, los vientos soplan con más calma y hay espacio para la reflexión. Especialmente interesantes han sido las declaraciones del ex inspector general del Ejército alemán, Harald Kujat, quien considera que el escándalo del G36 tiene algo de montaje. Al contrario de lo que varios medios han contado, "conseguir un sustituto para el fusil de asalto G36 no sería cuestión de diez años, sino de meses". Según Kujat, incluso la propia firma Heckler & Koch podría ofrecer alternativas. Por otro lado, la revista de defensa IHS Janes Defence Weekly ha calificado la reacción del Ministerio de histérica, pues "que un ejército dedique ciertos esfuerzos a las mejoras del armamento debería ser un procedimiento absolutamente habitual".
Hasta octubre el Ministerio de Defensa seguirá buscando una alternativa del G36. Mientras la ministra Von der Leyen decide si quiere librarse o no de los miles de fusiles defectuosos, ningún otro país ha denunciado fallos en los arsenales procedentes de la alemana Heckler & Koch. Pendientes del desenlace están, entre otros, los combatientes kurdos en Irak, quienes hace meses recibieron varios cargamentos del país germano y que, según Der Spiegel, están "absolutamente satisfechos".
El fusil de asalto reglamentario de la Bundeswehr (Ejército federal alemán) "no tiene futuro en la Fuerza de Defensa alemana". Con esta frase, pronunciada el pasado 22 de abril por Ursula Von der Leyen, ministra de Defensa del país germano, la mítica "eficiencia alemana" recibía uno de los mayores...
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Cale Garrido
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