En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
María Blasco (Verdegás, Alicante, 1965) es la directora científica y la cara visible del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). Llegó al centro cuando era ministra de Ciencia Cristina Garmendia (PSOE), meses antes de que Mariano Rajoy accediera a la presidencia del Gobierno. Después de trabajar en Estados Unidos, Blasco volvió a España en 1997 con una plaza de funcionaria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para dirigir su grupo de investigación en el Centro Nacional de Biotecnología. En 2003 se incorporó al CNIO para dirigir el Programa de Oncología Molecular. En 2005 fue nombrada vicedirectora de Investigación Básica y, en 2011, directora científica. Galardonada con el Premio Kober (Alemania), el Josef Steiner (Suiza), y el Ramón y Cajal (España), Blasco vive desde diciembre una situación difícil, ya que ha sido acusada por diversos medios de comunicación de acoso laboral, de utilizar dinero del organismo para gastos personales y de irregularidades en la gestión de CNIO Arte.
En esta entrevista, Blasco, que el lunes 27 de enero anunció demandas contra esos medios, explica que su competencia en el CNIO es la estrategia científica y no la contratación ni las cuentas, que recaen sobre el director gerente, Juan Arroyo Muñoz, que no está bajo su mando, y desmiente los “bulos” sobre su labor. Sobre CNIO Arte, afirma que los contratos con los artistas se aprobaban en la comisión delegada del Patronato y los firma el director gerente.
A raíz de las informaciones sobre la gestión supuestamente irregular de CNIO Arte, el Patronato ha suspendido esa actividad, a pesar de que se financiaba con fondos externos y que solo podían usarse para esa actividad a través de acuerdos con las instituciones colaboradoras. En diciembre pasado, el Patronato no aceptó el presupuesto presentado por el gerente del CNIO, Juan Arroyo. Tras aquella reunión, se convocó una junta extraordinaria que se celebrará el 29 de enero y para la que se han solicitado dos informes: el de gerencia y el de la dirección científica.
Según algunos medios, en esta reunión se podría decidir el futuro en el CNIO de Arroyo y de Blasco. Para confirmarlo, hemos enviado un correo electrónico al Ministerio de Ciencia (convocante) y al secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla (vocal en el Patronato), pero no hemos recibido respuesta. El Patronato está presidido por la secretaria de Estado de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Eva Ortega Paíno, que trabajó en el CNIO desde 2019 hasta 2023 a las órdenes de Blasco. A la hora de realizar esta entrevista, Blasco no ha sido invitada a la reunión extraordinaria del Patronato.
¿Ha encontrado cierto sosiego después de la conferencia de prensa que dio el viernes 24 de enero y del comunicado de apoyo emitido por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas?
Después de lo que ha sucedido en este último mes, he intentado explicar cómo funciona el CNIO para desmentir muchas de las noticias que no eran ciertas y que me achacaban responsabilidades que no tengo en el Centro. Soy la directora científica y soy responsable de la estrategia científica, pero no de las contrataciones, ni de los dineros, ni de las cuentas. No tengo poder de firma, ni soy la representante legal de la institución. Por otro lado, estoy muy agradecida por el apoyo de la Asociación de Mujeres Científicas e Investigadoras y Tecnólogas, porque creo que hay un componente claro de machismo en esta campaña, y sé de otros casos de directoras de centros como el Max Planck en Alemania, en Dinamarca o en Estados Unidos, que han tenido ese componente también y se parecen un poco a lo que me está ocurriendo a mí. Con lo cual, tener el apoyo de las investigadoras y tecnólogas de AMIT, que son más de 1.200 mujeres, es muy relevante.
En la rueda de prensa mostró su incomodidad con el gerente desde que asumió el puesto de directora científica. ¿Cómo ha sido este equilibrio? ¿Cómo ha repercutido en el CNIO?
A pesar de ese difícil equilibrio que ha supuesto dificultades para la estrategia científica, lo primero que quiero destacar es que el CNIO es un centro de excelencia. Es el segundo centro de investigación del cáncer de Europa y está entre los primeros del mundo en cuanto a investigación de esta enfermedad. Eso es un orgullo y desde el equipo de dirección hemos sido capaces de hacerlo, a pesar de las dificultades. Los hándicaps han estado ahí porque el CNIO tiene dos directores: un director gerente y una directora científica. El director gerente no está debajo de mí en la cadena de mando y esto obviamente puede dificultar las cosas, máxime cuando ese director gerente es alguien que ya estaba en el CNIO, que trabajaba para otro director antes –el primer director científico del CNIO, Mariano Barbacid– y que ha habido varios intentos por parte de los sucesivos ministerios de cambiarlo, como es normal en cualquier otra institución. No para cambiarlo por alguien que yo quisiera, sino por personas designadas por el Ministerio para que llevaran la gestión económica del centro. Pienso que un gerente podría ser nombrado, si me apuras, por el Parlamento, porque al final son fondos públicos y la gestión de estos fondos tiene que ser lo más transparente posible para los ciudadanos y las ciudadanas. Esto no ha sido posible y me ha dejado en una posición de vulnerabilidad pero, a pesar de ello, estoy muy orgullosa de lo que hemos hecho en el centro.
¿Por qué no se ha producido ese cambio en la gerencia?
No puedo responder a esa pregunta porque no lo sé. Sí puedo decir que ha habido muchos intentos de cambiarlo por funcionarios del Ministerio para que se encargaran del aspecto económico.
Cuando entró como directora científica ya había problemas económicos dentro del centro. Por un lado, por la deuda contraída en la etapa anterior y por otro, por la congelación de fondos.
Cuando entro a la dirección, lo primero que me cuenta el entonces director del Instituto Carlos III es que hay un déficit económico importante. Eso está sobre la mesa y es lo primero que hay que afrontar. Se pide una auditoría a PriceWaterhouseCoopers para intentar entender de dónde venía este déficit. Desde luego, es anterior a que yo llegue y se puede identificar. Cuando llego al CNIO, me encuentro con que hay que devolver unos créditos, íntegros, por un importe de más de 40 millones de euros, porque el objeto de estos préstamos, que era el desarrollo de terapias experimentales, no fue a la velocidad que se esperaba. Es una situación que compromete, obviamente, a la tesorería del CNIO y lleva al Ministerio a proponer una comisión económica de seguimiento. Se nombra una comisión económica por parte del Ministerio, ya durante el gobierno del Partido Popular, para poder esclarecer las cuentas del CNIO y poder hacer un plan de ajuste que permita salvar al Centro. También hay una inyección de cuatro millones de euros desde el Ministerio de Economía, que tenía las competencias de Ciencia para rescatar al CNIO.
En este momento, ¿a quién se le debe preguntar por la congelación de fondos públicos? ¿Al gerente o a la ministra?
Quizás a los dos. Primero, al gerente, que es quien tiene la competencia de las cuentas y porque el dinero se puede gastar de muchas maneras. Habría que preguntarle por qué no tenemos dinero para comprar microscopios o para contratar personal pero sí hay dinero para mantenimiento del edificio con una sumas muy elevadas. A la ministra, al Gobierno y a todos los partidos políticos había que decirles que la ciencia es un bien común de este país y que no es ni de derechas ni de izquierdas y que el CNIO merece tener la financiación apropiada para llevar a cabo su investigación y, sobre todo, para afrontar una renovación de equipos debido a que el Centro ya tiene una larga trayectoria. Esto es esencial para la estrategia científica del CNIO.
La ciencia es un bien común de este país, no es ni de derechas ni de izquierdas, y el CNIO merece tener la financiación apropiada
Hay una carencia de material para poder trabajar, y contratos laborales precarios. ¿Usted informa al gerente para poder paliar esos déficits o irregularidades?
En primer lugar, es sabido que el presupuesto del Centro está en los Presupuestos Generales del Estado. Luego, nosotros le preguntamos al gerente cuánto dinero tenemos cada año para comprar equipamiento. Nos dice: hay un millón o hay dos millones o, como ha pasado algún año, no hay nada. Nuestro equipo, formado por los directores y directoras de programas, decidimos, cuando nos dice la cantidad el gerente, cuál es la prioridad en materiales y la cantidad que se necesita para compensar económicamente la antigüedad y la productividad de los trabajadores, porque los que llevan más años y los que cambian de funciones en el CNIO deben disfrutar de un aumento salarial. Esto último se lo he pedido al gerente en múltiples ocasiones, pero hasta ahora no se ha conseguido, y está llevando a que haya muchísimas demandas de los trabajadores que no tienen salarios acordes con sus funciones y, eso, obviamente no es mi competencia, es del gerente.
Es cierto que esta situación no ha sido excusa para no hacer la mejor ciencia posible. Hemos traído al Centro 18 grupos de investigación, los últimos cinco grupos, el pasado año. Hemos creado una oficina de innovación que ha conseguido más de 41 millones de euros de contratos con la industria farmacéutica. Hemos implementado una política de reparto de las ventas del Centro que no había, y que beneficia tanto al CNIO como a los trabajadores. Un reparto que, por cierto, ahora mismo está paralizado y que hemos denunciado, yo incluida, al Ministerio. Se ha generado una iniciativa de filantropía para conseguir dinero de los ciudadanos y ciudadanas que se llama Amigos y amigas del CNIO con la que se ha recibido cinco millones de euros y que se dedica íntegramente a la atracción y retención de talento científico en el CNIO. Todas estas cosas las hemos hecho para que el CNIO sea un centro de excelencia científica. Igual que yo he hecho esto, el gerente tendría que hacer lo propio para asegurarse de que los salarios sean los que corresponden y hacer todo lo posible para que haya las mejores condiciones para los trabajadores del CNIO.
Pero una de las fuentes de financiación, que era CNIO Arte, se ha cerrado...
CNIO Arte es un programa parecido al que tienen muchos otros centros de investigación del mundo, incluido en el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), que está también financiado por España. También hay programas de arte y ciencia parecidos en Reino Unido o en Estados Unidos. Este programa traía dinero al CNIO, y nos daba visibilidad gracias, entre otros, a los acuerdos con el Instituto Cervantes, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Guggenheim de Bilbao y otros espacios artísticos con los que se estaba empezando a alcanzar lazos de cooperación. Ayudaba a transmitir la importancia que tiene la ciencia en la sociedad. Además, nos traía fondos, porque estas obras no estaban financiadas con el dinero de la investigación del CNIO, sino con un aporte de una fundación privada finalista. Es decir, son piezas donadas por los artistas que el CNIO puede vender o explotar como considere, y había donaciones importantes asociadas a este tipo de actividades. Esos ingresos, junto a los de Amigos y Amigas del CNIO, ayudaban a la contratación de personal investigador.
A raíz del ahogo económico que sufre el centro y sobre todo los trabajadores, la situación explota y aparece en los medios de comunicación. ¿Cree que se ha utilizado su imagen de directora científica como cabeza visible para depurar responsabilidades?
No sé cuál ha sido el detonante. Como científica, considero que cuando hay una enfermedad hay que saber el origen para poder solucionarlo, y no sé cuál es el origen de esta campaña de descrédito hacia mí y hacia el CNIO. Desde luego, si es una cuestión de pedir más fondos, eso lo estamos haciendo, pero no creo que sea el motivo. Creo que puede estar motivado, obviamente, porque hay una carencia de equipos que necesitan, sobre todo, los directores técnicos, aunque yo misma los he pedido en diversas entrevistas y en una carta a la ministra. Pero creo que hay otro componente de descrédito, de acoso y derribo hacia mi persona.
El centro ha ganado prestigio internacionalmente desde que usted es directora científica. ¿Por qué querrían dañar su imagen?
Pues no lo sé, la verdad. Es una buena pregunta.
¿Desde que ha empezado esta campaña contra usted, han hablado la gerencia y el ministerio con usted?
No he hablado ni con la ministra. Al gerente le he pedido que firme rectificaciones de bulos en los medios, y no he recibido respuesta.
El Patronato ha convocado una reunión extraordinaria...
Nos han pedido dos informes independientes, uno a mí como directora científica y otro al gerente. No conozco qué informe ha hecho el gerente: esto ya indica el despropósito de estructura organizativa del centro.
¿Cómo ha sido la relación con las entidades que están en el Patronato durante estos años?
Es que el Patronato tiene un componente que es, digamos, institucional. Está representado el ministerio correspondiente que tenga las competencias de ciencia, en este caso el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el Instituto de Salud Carlos III, que depende de Sanidad y de Ciencia. Está la presidencia del CSIC y una investigadora independiente. Hay patronos privados, como la Fundación La Caixa y Fundación BBVA. Y después hay cuatro comunidades autónomas que van cambiando y ahora mismo son Baleares. Castilla y León, Murcia y Extremadura.
Castilla y León ha dicho que en la próxima reunión extraordinaria no van a darle su apoyo.
Bueno, son libres de decir lo que crean. Solo espero que lean los informes.
Aunque ya lo han comentado en los medios de comunicación, ¿se han puesto en contacto con usted?
No, no, aunque podrían haber llamado a la Gerencia y a la directora científica para saber qué estaba pasando conmigo. De todas formas, he presentado mi informe de estrategia científica y entiendo que el financiero lo aportará el director gerente. Lo único que pido es que no se dejen llevar por una campaña de bulos, de desinformación y de mentiras hacia el CNIO y hacia mí.
España es un país en donde la ciencia no es robusta aunque haya buenos centros de investigación
A grandes rasgos, ¿cómo es el informe que se va a presentar en la reunión extraordinaria del Patronato?
En el informe describo cuáles son los logros científicos del CNIO: que estamos entre los primeros del mundo según distintos ránkings: los diez proyectos del European Research Council; hablo sobre la financiación privada, como la de la Fundación La Caixa con el programa Caixa Health de la Asociación Española Contra el Cáncer. Hemos apostado por la inteligencia artificial en el cáncer; hemos contratado a 14 personas con una ayuda de 6,4 millones de euros del Ministerio de Digitalización y Función Pública. Hablo de la oficina de innovación que cité antes que ha traído 41 millones de euros en contratos con la industria y unas ventas de más de 10 millones de euros; menciono que hemos creado nuevas empresas de biotecnología. También indico que hemos contratado a cinco jefes de grupo el año pasado, uno de los cuales viene de la Universidad de Cambridge para Biología Química, y 18 Jefes de Grupo desde 2014. Hemos instaurado la criomicroscopía electrónica, hemos traído grupos trabajando en metástasis, en inmuno oncología, en metabolismo, cáncer pediátrico, etcétera. Todo esto no estaba en el CNIO antes. Además de este informe solicito al Patronato una investigación de esta campaña de descrédito y una auditoría independiente por parte del Defensor del Pueblo.
¿Qué falsedades se han vertido contra usted?
Muchísimas falsedades, como que me he gastado 600.000 euros en viajes cuando esto corresponde a la contrata de viajes que ni siquiera gestiono yo, porque lo hace el director gerente de un centro de 700 personas. También es falso que me haya gastado 300.000 euros en accesorios Apple porque yo no lo gestiono, lo hace el gerente que tiene las competencias de contratación en el CNIO. Hasta cosas muy personales como que me he comprado dos casas en Galicia con mi sobresueldo, cuando yo no tengo ningún sobresueldo. Cosas muy malintencionadas y que van a destruir mi imagen y en donde no se mencionan mis méritos científicos ni mis logros al frente del CNIO: es una campaña de descrédito, de atentado al honor y, desde luego, de bullying y de acoso.
¿Ese es el objeto de la denuncia que ha interpuesto?
Internamente ya he pedido que la Abogacía del Estado me defienda en este atentado contra mi honor. Y esto ya se lo he pedido al Ministerio porque es el cauce apropiado. Aparte, estoy estudiando la posibilidad de denunciar las consecuencias de esta bicefalia.
¿Qué es lo que más daño le ha hecho?
Estas campañas de desinformación, de descrédito, de ataques hacia una persona, no solo le dañan a ella, aunque pueda ser la intención original, sino que hacen daño a un centro de investigación que debería ser el orgullo de este país, porque es un centro de excelencia; y por supuesto también dañan a la ciencia de España.
¿Cómo valora la reunión que tuvo con los trabajadores y trabajadoras del CNIO?
La verdad es que fue una reunión emocionante; estábamos los vicedirectores y yo, convocamos un día antes y no sabíamos cuánta gente iba a venir, pero llegaron cientos de trabajadores y trabajadoras. No cabían en el auditorio. Fue una reunión muy abierta, muy transparente, donde nos hicieron muchas preguntas. Las dudas que tenían los trabajadores las contestamos con la verdad y explicamos cómo funciona el centro. Todo está grabado y lo hemos distribuido a quien lo ha querido ver. Está en inglés porque el centro es un centro internacional donde hablamos en inglés. A lo mejor esto sorprende a muchos pero es nuestra lengua en el CNIO, hay investigadores de todo el mundo.
¿España es un país en donde se valora la ciencia?
España es un país en donde la ciencia no es robusta aunque haya buenos centros de investigación. Pero si esta campaña tan negativa tiene éxito será sólo porque hay mucho desconocimiento de cómo funciona la ciencia. Y eso me parece realmente triste.
María Blasco (Verdegás, Alicante, 1965) es la directora científica y la cara visible del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). Llegó al centro cuando era ministra de Ciencia Cristina Garmendia (PSOE), meses antes de que Mariano Rajoy accediera a la presidencia del Gobierno. Después de trabajar en...
Autora >
Lola Matamala
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí