Hay mil y un detalles, pero los resultados del 24M en Galicia cabe resumirlos destacando dos aspectos que reflejan el cambio de ciclo que se vive en España:

Primero, el PP no ha logrado mayoría absoluta en ninguna de las siete grandes ciudades de la comunidad, dándose la circunstancia de que la derecha sólo tiene posibilidades reales de ostentar el bastón de mando en una de ellas, Ourense, y esto si la centrista Democracia Ourensana renuncia a la condición sine qua non que anunció durante la campaña: sólo pactará con PP o PSOE a cambio de la alcaldía.

Segunda lección, el PSOE sólo es la referencia "progresista" en un gran ayuntamiento, Vigo, pero con reservas, pues el victorioso Abel Caballero lidera un singular “nacionalismo vigués”. Su lema es «primero Vigo, segundo Vigo y tercero Vigo», lo que le ha permitido rapiñar miles de votos conservadores. Más claro: no es de izquierda y se trata de un proyecto “personal” y por tanto limitado en el tiempo.

Al PP lo han derrotado, básicamente, dos "enemigos" implacables: su propia prepotencia y las “mareas” ciudadanas, candidaturas a las que el líder de los conservadores y presidente del Gobierno autonómico, Núñez Feijóo, ha ninguneado y descalificado sin descanso.

Si baja de la peana, el PSOE conservará la alcaldía de Lugo

Vigo aparte, el PSOE ha perdido —como era previsible— la alcaldía de Ourense, pero podría conservar la de Lugo a pesar de que la lista encabezada por López Orozco ha perdido votos y un edil, aunque su retroceso es menor que el del PP.

El socialdemócrata lucense repetirá como regidor si pacta con Alternativa Cidadá de Esquerdas, Bloque Nacionalista Galego y Lugonovo. En principio, esta posibilidad es remota porque la “marea” lucense está dispuesta a dejar que gobierne el PP en minoría, pues se niega a hacer lo mismo que el BNG, dejar que el PSOE gobierne sin aceptar ninguna propuesta de la izquierda.

La situación de Lugo amenaza con dar material para un ensayo sobre la escasa cultura democrática y de pacto existente en los consistorios pese a que estos sólo administran, no legislan.

Salvo en Vigo y Lugo, en las otras cinco ciudades PP y PSOE protagonizan papeles secundarios. Las dos patas del "bipartito" han perdido el tren en las grandes urbes, en numerosas municipios de tamaño medio y para colmo no sólo el PP pasa a la oposición, sino que además el PSOE ha dejado de ser la referencia de la izquierda.

Todo apunta al principio del fin de la alternancia PP-PSOE, que hasta ahora sólo se había roto en Pontevedra y municipios de tamaño menor. El nacionalista pontevedrés Fernández Lores (BNG) sigue al frente del consistorio tras haber renovado la mayoría, que no es absoluta por unos decenas de votos.

A Coruña: la Marea fulmina al PP y al vazquismo

El "gatillazo" que el PP ha sufrido en Ourense y los fracasos registrados en Ferrol y Santiago han dolido, pero la derrota en A Coruña también ha irritado. Las encuestas advertían de que la mayoría absoluta que logró Carlos Negreira en 2011 corría peligro, pero contaba con tantas bazas (alardes), así como connivencias mediáticas a su favor que la pérdida de cuatro ediles no figuraba en la lista de posibles desastres y, por si acaso, confiaban en que Ciudadanos obtendría uno o dos asientos en la corporación.

Pero tal como algunos intuían (intuíamos), el auge del nuevo centro-derecha en A Coruña era un bluf demoscópico y periodístico. Tanto Ciudadanos como UPyD y Unión Coruñesa sólo pueden ir a la casa consistorial de visita.

Lo malo siempre puede ser peor. El PP no sólo pierde la alcaldía, sino que además ha sido superado en votos por la Marea Atlántica: sólo cuatro, 4, pero suficientes para convertir el desalojo en tragedia.

La plataforma ciudadana ha sido artillada desde abajo, en un laborioso proceso boca-oreja que ha convertido la alternativa pilotada por Xulio Ferreiro en el frente de izquierdas que ha sumado más activos en toda España: Anova (izquierda galleguista), Ecosocialistas, Equo, Esquerda Unida (IU) y Podemos.

Para rematar al PP y pese al derrumbe que han sufrido, PSOE y BNG han conservado seis y un edil, respectivamente, que sumados a los diez de la Marea no sólo superan holgadamente a los diez conservadores electos, sino que también entierran el “movimiento nacional socialdemócrata de derechas” liderado por Francisco Vázquez, que desde hace más de cuatro años defiende la tesis de que el futuro de A Coruña y de España pasa por un pacto PP-PSOE.

El empeño del “profeta” vazquista es tal que ha coqueteado con Ciudadanos e incluso con la Unión Coruñesa de Carlos Marcos. Ver al ex embajador de España cerca de la Santa Sede paseando por la ciudad herculina acompañado de Marcos para hacer guiños electorales a los fieles con los que se cruzaban ha constituido una de las numerosas afrentas que ha tragado el masoquista PSOE coruñés.

Para Vázquez todo valía con tal de impedir que los socialdemócratas pactaran con la izquierda y el nacionalismo gallego. Esa obsesión, unida a que el PSOE no ha expulsado a Vázquez pese a que llegó a decir que hay dirigentes de la formación que están en política por interés personal, ha desembocado en lo que todos —excepto los perjudicados— pronosticaban: incapaz de romper con ese sorprendente “nacional-catolicismo de izquierda” y empeñado en disimular e incluso ocultar el vergonzoso pasado caciquil del vazquismo, el PSdeG coruñés ha registrado el peor resultado desde 1979.

Santiago: Compostela Aberta barre al “bipartito”

La derrota del desmantelado PP de Santiago —con varios ediles imputados en distintas causas penales o relacionados con escándalos— era previsible, pero que fuera superado por la “marea” de Compostela Aberta por 10 a 8 ha mejorado las previsiones más optimistas del equipo que coordina Martiño Noriega, uno de los miembros más significados de la izquierda galleguista que puso en órbita Xosé Manuel Beiras hace tres años cuando rompió con el BNG.

Ourense: Conservadores y socialdemócratas, obligados a pactar

No menos llamativo es el fin de la alternancia automática en Ourense, donde el PP (10) y el PSOE (6) deberán pactar con los centristas de Democracia Ourensana (8) y/o con otra “marea”, Ourense en Común (3), a la que no ha dado tiempo de alcanzar la pleamar pero va camino de ella.

Ferrol: La nueva mayoría es de izquierda pero no la lidera el PSOE

Por último, en Ferrol, donde todas las encuestas coincidían en que el conservador Rey Varela repetiría mayoría absoluta, saltó la mayor sorpresa electoral: la izquierda suma trece ediles, el PP once y Ciudadanos sólo uno.

Por si el aldabonazo no era suficiente, resulta que la formación que previsiblemente ostentará la alcaldía no es el PSOE (5 ediles) ni el BNG (2), sino Ferrol en Común (6), otra plataforma ciudadana a la que tanto los conservadores como los socialdemócratas habían infravalorado y otorgaban el papel de comparsa.

Salvo en Vigo, el bipartito de la "eterna Transición" se ha quedado sin mayorías en las ciudades… y la espuela: en Galicia han fracasado las alternativas de centro-derecha construidas por Ciudadanos y UPyD para relevar al nacional-catolicismo.