Jorge Mendes recoge su premio Globe Soccer, el pasado mes de diciembre en Dubai.
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No es un jugador, tampoco es un entrenador, pero se habla de él tanto o más que de la mayor estrella futbolística, especialmente en esta época veraniega. La respuesta a esta especie de adivinanza es bien sencilla. Pocos aficionados a este deporte no saben quién es Jorge Mendes, el poderoso e influyente agente que aparece en muchas de las operaciones de traspasos que se realizan en estos días, entre ellas, varias de las que protagoniza el Atlético de Madrid. El club rojiblanco se ha convertido en uno de los principales clientes del representante portugués, una situación que no gusta a los aficionados colchoneros, que no terminan de ver las ventajas de esta relación. Son muchos los que se preguntan si resulta imprescindible mantener tratos con él y si estos son beneficiosos o no para el equipo.
La relación de Mendes con el Atleti comenzó en 1999 cuando trajo al Calderón a su compatriota Hugo Leal, un prometedor centrocampista que terminó naufragando con el resto de aquel equipo hasta sufrir el castigo del descenso a Segunda División. Desde entonces, han llegado a través de él jugadores como Costinha, Maniche, Seitaridis, Simao, Tiago, Falcao… y también ha colaborado en la marcha de unos cuantos, como el propio Radamel, De Gea, o Diego Costa. Miguel Ángel Gil Marín reconoce: “Con Jorge mantenemos una relación sana desde que hicimos nuestra primera operación. No es el típico agente que coloca a un jugador y luego se despreocupa. No te lía con comisiones. Es trabajador, honrado y busca un equilibrio entre las tres partes: futbolista, representante y club. Sus jugadores suelen dar buen rendimiento. Además, está bien relacionado, es importante mantener contactos de su talla. Es muy beneficioso para el fútbol que existan agentes como Mendes”.
La percepción que tienen los seguidores es radicalmente distinta a la del consejero delegado del club rojiblanco. De hecho, es casi imposible encontrar a uno que esté contento de que su equipo se relacione con él. Muchos estiman que los posibles favores que pueda hacer en un momento determinado se los cobra con creces y que usa la entidad a su antojo como un instrumento para hacer negocio y sacar jugosos beneficios económicos. Varios se acuerdan de lo ocurrido con el guardameta Roberto, traspasado y recomprado varias veces sin que se volviera a poner la camiseta rojiblanca desde que se marchará a finales de 2009. Saben que un día puede ayudar a conseguir un jugador importante pero que al siguiente desmantela el equipo llevándose tres o cuatro hombres clave si es lo más rentable en ese momento. Los hay que defienden la idea de que al club sólo llegan jugadores de su órbita y los que están fuera de ella lo tienen más complicado y ponen de ejemplo lo ocurrido con el ucraniano Konoplyanka.
Considerado por publicaciones tan prestigiosas como Financial Times y The Wall Street Journal como “el agente más poderoso del fútbol mundial”, Jorge --o George, como le gusta que le llamen-- Mendes nació hace 49 años en Lisboa. Hijo de un funcionario de la empresa pública de petróleos Petrogal y de una artesana que realizaba cestas que él ayudaba a vender, probó suerte en el mundo del fútbol sin demasiado éxito. Salió de Lisboa para jugar en el Vianense, el equipo de Viana do Castelo, localidad a 50 kilómetros de Galicia. Allí empezó a desarrollar su vena empresarial y, como el cine es una de sus grandes aficiones, decidió abrir un videoclub con un dinero que le dejó su hermano. Más tarde acabó jugando en el Lanheses, donde le propuso al presidente jugar gratis a cambio de quedarse con la publicidad estática del campo. “Siempre supe que sería mejor empresario que futbolista”, ha reconocido en alguna ocasión.
También llevó la gestión de un complejo de ocio y abrió una hamburguesería. En vista de que los negocios le iban bien, abandonó la práctica del fútbol. En uno de los clubes nocturnos que regentaba, conoció a Nuno Espirito Santo, el actual técnico del Valencia, que en aquel momento era el portero del Vitoria de Guimaraes. Se hicieron amigos y le convenció para representarle. Consiguió colocarlo en el Deportivo de A Coruña a cambio de 300 millones de pesetas. Era el año 1996 y el comienzo de la carrera como representante de Mendes.
Viendo las posibilidades de éxito que se le abrían en ese sector, creó la empresa Gestifute, convertida hoy en la más importante del sector, que representa a 76 jugadores valorados en 824,58 millones de euros. Entre ellos se encuentran estrellas como Cristiano Ronaldo, Radamel Falcao, Diego Costa, James Rodríguez, De Gea, Di María, Pepe y técnicos como Mourinho. Con sus representados podría formar un equipo con el que perfectamente lucharía por ganar la Champions. Todos ellos coinciden en una cosa: “Con él no te tienes que preocupar absolutamente de nada más que de jugar. La gente que trabaja con él te soluciona cualquier problema que tengas. El trato es profesional pero al mismo tiempo muy cercano”. Conocido como Mr. Porsche por ser la marca que suele utilizar, es famoso uno de los gestos que tuvo para ganarse a Falcao, regalarle un coche de esa marca.
Amante de los trajes de marca, de los relojes de lujo --“la imagen es importante en este negocio”--, presume de desayunar en Madrid, comer en Londres y cenar en Milán. La sede de su empresa está en Oporto pero él la dirige a través de los teléfonos que lleva siempre consigo. Y es que hay días que puede llegar a estar quince horas hablando por el móvil. No es extraño viendo su otra gran actividad en los últimos años. El asesoramiento y representación de fondos de inversión como Quality Sports Investment de su amigo Peter Kenyon, entre otros. De esta forma completa la cuadratura del círculo. Aconseja a una empresa invertir en un jugador que normalmente es un representado suyo para llevarlo a un club que por sí solo no puede contratarlo. Así lo promociona y al poco tiempo lo vuelve a mover a otro club, obteniendo beneficio por el asesoramiento, por la transferencia y en algunas ocasiones hasta por el valor del futbolista, si su propia empresa decide invertir en un porcentaje del jugador.
Ese fue, por ejemplo, el caso del centrocampista brasileño Elías en la operación que le llevó en 2011 del Sao Paulo al Atlético de Madrid y posteriormente al Sporting de Lisboa y que en apenas seis meses generó un beneficio de 1,8 millones de euros a repartir entre los propietarios de sus derechos, entre los que también estaba Mendes. Hace unos meses, Gil Marín reconoció que el Atleti comparte al 50% con el representante luso la propiedad del delantero mexicano Raúl Jiménez. Esta parte de su negocio, los fondos de inversión, tan utilizados en los últimos años por clubes como el Atlético de Madrid para traer a ciertos futbolistas, podría correr peligro si la FIFA culmina su amenaza de acabar con ellos.
Que Mendes tiene sus equipos favoritos para trabajar en Europa, cada vez en mayor número y en más países del continente, que utiliza para mover a sus representados y que el Atleti es uno de ellos parece incuestionable. Y una nueva prueba, que dejó otra vez perplejos y molestos a los aficionados atléticos, fue lo ocurrido hace unos días con el brasileño Rodrigo Caio. Primero lo intentó colocar en el Valencia, su último escaparate, y cuando vio que entre informes médicos negativos y rencillas internas de los ches se le vino abajo la operación, no tardó ni un día en traerlo al Calderón para que fichara por los rojiblancos. En esta ocasión, imperó la prudencia en los dirigentes rojiblancos y ante el historial de lesiones del jugador sólo aceptaron una cesión que no fue aprobada por Caio ni por su club de origen, otra vez el Sao Paulo.
Mendes ha hecho carrera a base de aprovechar, por un lado, la entrada de grandes fortunas en algunos equipos que están dispuestas a pagar enormes cantidades por algunos jugadores, lo que le deja jugosas comisiones, y, por otro, la precaria situación económica de la mayoría de los clubes, a los que ayuda a través de los fondos de inversión. Su mérito está en saber ganarse a algunos de los mejores futbolistas del momento para conseguir representarles, tratarles como estrellas y tejer y cuidar una red de contactos que le permite tener a su disposición un amplio mercado. ¿Y cuál ha sido la fórmula para llegar hasta ahí? Miguel Cuesta y Jonathan Sánchez, autores del libro La clave Mendes (La Esfera de los Libros) a basan en once puntos: “Honestidad, persistencia, marcar objetivos, trabajo, ambición, dedicación, espíritu de sacrificio, determinación, familia, empatía y sentido de la responsabilidad”.
Trabajar con Mendes tiene sus beneficios pero también sus riesgos. Conseguir aprovecharse de los primeros intentando evitar los segundos está en la mano de los dirigentes del Atleti. Quizá todo pase, como tantas cosas, por conseguir una situación económica desahogada que permita negociar en una posición de mayor fuerza sin tener que echar mano de ayudas externas de doble filo.
No es un jugador, tampoco es un entrenador, pero se habla de él tanto o más que de la mayor estrella futbolística, especialmente en esta época veraniega. La respuesta a esta especie de adivinanza es bien sencilla. Pocos aficionados a este deporte no saben quién es Jorge Mendes, el poderoso e influyente agente que...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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