Lo que está sucediendo con la inmigración en Europa es intolerable. Las oleadas de refugiados del hambre, la paz o la libertad, que aumentan cada día por la mayor facilidad de movimientos y la creciente velocidad de circulación tecnológica de las noticias, van a ser imposibles de controlar.

Lo que pasaba y pasa en Lampedusa, ante la indiferencia de todos menos de Italia, está sucediendo ya en Marsella, en el Paso de Calais y en el Eurotúnel, y está molestando a los ingleses, a los franceses e incluso a Bruselas. Hace falta un cambio radical en el tratamiento de un fenómeno que es a la vez global e histórico.

Mientras ese cambio llega, la comunidad internacional podría influir sobre la toma de conciencia hacia este drama colectivo de las conciencias, la historia, la política y la economía. Podría hacer un gesto simbólico, que no cuesta nada pero que tendría toda la fuerza (que es inmensa) que los símbolos pueden alcanzar hoy.

Estaría bien que en Oslo alguien pensara en dar el premio Nobel de la Paz a la pequeña, inerme y heroica isla de Lampedusa, meta de la esperanza para millones de desesperados. Sería un gesto pequeño, pero que tendría consecuencias enormes para la toma de conciencia colectiva. 

Esta petición ha sido redactada por Giancarlo Santalmassi, maestro italiano de periodistas, director del diario digital Inpiu, y consejero editorial de CTXT.

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