"Hemos hecho historia y el futuro es nuestro”. Con esas ocho palabras se despedía el domingo por la noche el secretario general del PSOE de sus simpatizantes, tras una larga jornada electoral y una lacónica comparecencia para valorar los resultados del 20D. Y razón no le faltaba a Pedro Sánchez, al menos en la primera parte de la oración. Con él al frente, el partido con mayor número de victorias en unas generales ha perdido un millón y medio de votos, siete puntos porcentuales y 20 escaños respecto de las elecciones de 2011. Es decir, que ha hecho historia, sí.

En cuanto a la segunda parte de la copulativa --"El futuro es nuestro"--, cabría preguntarse a quién se refería el líder socialista: si al Gobierno de España, al PSOE o a él mismo y su actual dirección. “La gran coalición de intereses que había para acabar con los socialistas no ha logrado su objetivo”, proclamaba el candidato que, tras acallar unos tímidos gritos de ‘Presidente’ entre la clac, reconocía: “Los españoles han hecho ganador con sus votos al PP y es al PP a quien corresponde tratar de formar gobierno”.

Pero la presunta humildad de Sánchez venía con aviso a navegantes después: “Se abre una nueva etapa política en España, que deja atrás la imposición y abre un proceso de diálogo. La democracia es acuerdo y el PSOE está dispuesto a debatir”. Y traducían en corrillos algunos cuadros socialistas: “Rajoy está hundido, va a tener muy difícil el acuerdo. Y cuando él no lo consiga, ahí estará el PSOE y su talante negociador”.

Fuentes de la dirección no escondían que las dificultades también lo son para ellos. Pero hasta en el peor de los escenarios, el de la repetición de elecciones, afirmaban sentirse vencedores: “A nosotros no nos vendría mal. Supondría una crisis en el PP. La imposibilidad de que Rajoy pudiera repetir”. Lectura que alguno se animaba a convertir en mofa: “Además de unas gafas nuevas, el presidente tendría que pedirle a los Reyes Magos que le dejen participar en una nueva campaña electoral”.

Era la conclusión de una noche en la que había otro futuro en juego: el de Pedro Sánchez al frente del PSOE. La incógnita sobre su continuidad se despejaba mucho antes, pasadas las nueve y media, cuando su número dos, un eufórico Cesar Luena, bromeaba con los medios: “Hasta el 100% del escrutinio no bajo el champán”. Interior sólo había comunicado el 30% pero la actual dirección daba por salvado el gran obstáculo para su continuidad: superar a Podemos.

Está por ver si las conclusiones de Ferraz son las conclusiones del Partido Socialista. Que no son lo mismo. Si a la andaluza Susana Díaz, al levantino Ximo Puig, al castellano-manchego Emiliano García-Page y a muñidores varios les satisfacen los resultados como a la dirección. No habrá que esperar. Esta misma mañana la Ejecutiva de Sánchez ha convocado Comité Federal, el máximo órgano entre congresos,  para el próximo sábado. Aunque en el PSOE se sigue afirmando que todavía “queda mucho camino por andar”.

Afirman que las decisiones quizás se retrasen hasta después de la sesión de investidura. En ningún caso se tomarán antes de la constitución del Parlamento, en el que ya no estará el más extrañado en la noche de Ferraz: el hasta ahora diputado Eduardo Madina, el mismo a quien muchos situaban como recambio de Sánchez en caso de debacle electoral. El sí fue el gran perdedor del 20D socialista.