Intercambiamos impresiones con el periodista español Miguel Mora, director de la revista digital CTXT, escritor y excorresponsal de El País en Lisboa, Roma y París.

Los dos grandes partidos tradicionales, el PP del conservador Rajoy y el PSOE de Sánchez, han reunido, desde la transición post-franquista hasta hace pocas horas, el 80% de los votos, ahora superan por poco el 50%, ¿es una revolución?
Es una evolución. Es el fin del modelo político estable que ha gobernado España desde la muerte de Franco. El desgaste de los grandes partidos, su corrupción, su clientelismo y su alternancia permanente ha podrido el sistema de poder y a todas las instituciones y los reguladores, desde la monarquía a la prensa. Esto, unido a la pésima gestión de la crisis de Angela Merkel y la UE, el austericidio, produjo la aparición del 15M en 2011, y luego las Mareas y Marchas de la Dignidad. Los gritos comunes eran: “No nos representan”. “Lo llaman democracia y no lo es”. Los partidos ya no representaban a los votantes, sino sus propios intereses y los de las elites financieras. Así nació Podemos. Y luego el propio sistema impulsó a Ciudadanos, un pequeño partido antinacionalista catalán, para frenar a Podemos: Ciudadanos es un Podemos de derechas, solo que de plástico, creado por el IBEX35 como tapón a la hemorragia del bipartidismo.

Los partidos tradicionales mantienen feudos electorales históricos. ¿Por qué retroceden en los grandes centros urbanos?
La renovación política es fundamentalmente urbana y joven. El sistema electoral premia el voto rural; lo diseñó así la Transición para frenar a los movimientos vecinales de izquierda y favorecer a los grandes partidos frente a los pequeños. La llegada del 15M al poder en las Municipales coincide con el voto en las generales: Barcelona, Madrid, Cádiz, País Vasco, Valencia son la vanguardia de Podemos y las Mareas. Ahí es donde es más fuerte el desempleo juvenil, que es el segundo más alto de Europa. Andalucía sigue siendo un feudo del PSOE. Pese a la corrupción, mantiene una red clientelista irreductible. Y la España profunda y los pensionistas son el bastión del PP.

Podemos en cambio, ha sumado la mayor parte de los votos en la circunscripciones en las que estaba aliado con formaciones locales, como en Galicia con En Marea o con la catalana En Comú-Podem, o incluso con Compromís en Valencia. ¿Es una estrategia electoral?
La suma de Podemos con las Mareas, los Ecologistas e Izquierda Unida, la llamada confluencia, es el gran contenedor del voto por el cambio. Pero el viejo aparato comunista domina todavía IU en Madrid, e impidió la alianza con Podemos. IU ha conseguido casi un millón de votos: si hubieran sumado de forma aritmética, Podemos sería la segunda fuerza.

El expresidente socialista Felipe González, había previsto que en estas elecciones, España se acercaría políticamente a Italia pero sin contar con italianos que fueran capaces de gestionar la crisis. Que llegue también el gatopardismo a los despachos madrileños.
Felipe es nuestro Príncipe de Lampedusa, el mejor ejemplo de la degeneración de los grandes políticos europeos en defensores de las grandes corporaciones y la desigualdad. El Gatopardo del sistema nacido en 1978 en España es Ciudadanos. Y si sumamos sus votos a los de PSOE y PP, son cerca del 65%. En ese sentido, el viejo régimen se ha protegido del cambio, e intentará que no cambie absolutamente nada, salvo alguna concesión cosmética. Pero el sistema no puede formar gobierno salvo con una Gran Alianza a la alemana, que rechaza el 95% del electorado. Su problema es que ha perdido toda legitimidad, porque hay un 30% de personas en riesgo de pobreza, un 50% de paro juvenil, un 20% de paro, y se rescata a los bancos pero no a las personas. Ahora necesitamos pactos a la italiana, pero ci manca rafinatezza, porque no somos italianos, y de momento las presiones favorecen un acuerdo entre el régimen bipartidista rendido a las grandes empresas. Quizá Italia podría enviarnos un equipo de cascos azules expertos en pactos para ayudarnos... El problema es que PP, Ciudadanos y PSOE defienden los mismos intereses. CTXT ha propuesto una alianza a la portuguesa, porque la izquierda tiene un millón de votos más que la derecha, pero ni PSOE, ni Podemos ni IU parecen de momento dispuestos a negociar. Lo hicimos porque creemos que un frente de izquierdas de los PIGS es el único modo de soñar con cambiar Europa.

En más de una ocasión, la experiencia de Podemos ha sido comparada al M5S de Beppe Grillo, no obstante, en la noche electoral, Pablo Iglesias, levantaba el puño cantando una vieja canción de Intillimani. ¿Ideología e identidad contra post ideología?
Podemos y M5S no tienen nada que ver, salvo que son una tercera vía a los partidos clásicos. Grillo es xenófobo, nihilista, antipolítico y payaso. Iglesias es un joven politólogo socialdemócrata, dialéctico y algo anticuado, crecido en la militancia comunista y en el pacifismo. Nieto de socialistas, se llama igual que el fundador del PSOE. Su sueño es renovar y sustituir al viejo socialismo español y recuperar el Estado de Bienestar que el capitalismo depredador ha desmantelado. Pero no fantasea con mandarlos a todos a casa.

En España, no hay un verdadero partido antieuropeo o abiertamente xenófobo. ¿Eso es una buena noticia, no?
Creo que debemos estar orgullosos de eso, sí: aquí no hay fascismo a lo Le Pen o a lo Orbán. Pero eso quizá se debe a que en el PP y también en el PSOE conviven los herederos de las familias franquistas más poderosas. En cuanto al antieuropeísmo, la pregunta es sí no debería haber más, puesto que el gran problema que vive hoy Europa es, en mi opinión, la deriva ultraliberal de la Unión Europea.

En la revista CTXT, leemos: “España vivirá años intensos”, ¿por qué intensos?
Estamos en la agonía del bipartidismo, viviendo un cambio cultural, con una mayor participación democrática y más exigencia popular. Se acabaron los cheques en blanco de los votantes a los políticos. La esperanza de que el 90% de la población española empobrecida por la deriva neoliberal mejore sus actuales condiciones de vida es una alianza de las izquierdas que lidere un cambio cultural y político en la Unión Europea. En enero vendrán 9.000 millones más de recortes europeos. Nadie querrá hacerse cargo de ese marrón. Pero si el PSOE y Podemos se aliaran, podrían exigir, como ha hecho Francia con sus bombas, una relajación de los objetivos de déficit. Si se puede incumplir el déficit para bombardear Siria e instalar el estado de excepción permanente, también debería poderse en caso de emergencia social, ¿no?

Traducción: Elisa M. Andrade. 
Entrevista en italiano en Il Fatto Quotidiano