7 comentario(s)

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1. Bilbostetic

   Inmersos en este mundo de grandes tecnologías, grandes inventos, mientras el hombre es aniquilado por lo grandioso.Y todo para acabar comprendiendo que en las pequeñas cosas puede estar el significado de lo que realmente es importante para el individuo..... comprender quienes somos, ser capazes de captar ese gesto, esa sonrisa, la capacidad de mirar las cosas con la curiosidad de quién las ve por primera vez, cosas tan sencillas, y a veces tan difíciles y tan extrañas.

   Hace 8 años 10 meses

2. Nely García

   Excelente comentario sobre las personas. En nuestro interior podemos encontrar una sabiduría oculta, y quizás sea un pequeño gorrión el que la haga emerger.

   Hace 8 años 10 meses

3. Beatriz Basenji

   Así es, mis estimados todos! Soy feliz con mi ventanal junto al jardín, donde las aves que aparecen lo hacen por su voluntad de libar en las flores del hibisco. Aunque de cuando en cuando el gato atrapa un pichón y debo salir a convencerle que abra sus fauces. Y mientras nos miramos, afloja su mandíbula y el pichón huye mas feliz que los pájaros sin cola!

   Hace 8 años 10 meses

4. Aurora

   Estimado Santiago, me alegra mucho la coincidencia, no sólo de opinión, sino en la admiración que ambos profesamos a José Luis Merino y que nos lleva a seguirle y disfrutar de sus semanalmente de sus escritos, a tí desde hace más tiempo. También comparto contigo ese más que decálogo zen que propones. Aprovecho para corregir la errata que aparece en mi comentario, y que es fruto de las premuras a que nos somete la página: como ya te habrás dado cuenta, donde escribo geografía y angustia debería poner geometría y angustia. Un saludo. Aurora

   Hace 8 años 10 meses

5. Santiago Fernández

   Estimada Aurora, estoy totalmente de acuerdo con Usted. Esa sensación de opresión de la gran ciudad(en su caso New York) fue plasmada por García Lorca en una inquietante poesía, incluida en “Un poeta en New York” y que comienza: " Debajo de las multiplicaciones/ hay una gota de sangre de pato;/ debajo de las divisiones/ hay una gota de sangre de marinero;/ debajo de las sumas, un río de sangre tierna./ Un río que viene cantando/ por los dormitorios de los arrabales,/ y es plata, cemento o brisa/ en el alba mentida de New York./ Existen las montañas. Lo sé./ Y los anteojos para la sabiduría./ Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo./ Yo he venido para ver la turbia sangre./ La sangre que lleva las máquinas a las cataratas/ y el espíritu a la lengua de la cobra./…. Curiosamente, otros personajes, como Julio Cortazar, han sentido lo contrario ante la gran ciudad. Para Julio, París era su refugio, la vivió con una intensidad desbordante, una pasión mística , rayando lo espiritual. Para entender su fascinación por la capital francesa basta con leer “Rayuela” Un saludo Santi

   Hace 8 años 10 meses

6. Aurora

   Atrapado por la fascinación de las grandes metrópolis, el hombre se pierde a sí mismo. Seducido por el barniz cosmopolita, los héroes contemporáneo creen "avanzar al último de los acontecimientos más en punta", pero, en la caída, la metrópolis sin rostro y en la sombra, a golpe de lazo, te roba la voz, la libertad y hasta las plumas. Arquitectura extrahumana y ritmo furioso -furibundo-, geografía y angustia encontró Federico García Lorca en Nueva York. Un ritmo, dice, "que al principio puede parecer alegría, pero cuando se observa el mecanismo de la vida social y la máquina juntos se comprende aquella trágica angustia vacía que hace perdonable por evasión hasta el crimen y el bandidaje." Texto para la reflexión con el doble lenguaje de palabra e imagen, rotunda e inquietante. Subrealista. Gracias, José Luis.

   Hace 8 años 10 meses

7. Santiago Fernández

   Efectivamente José Luis más es menos. Poco es mucho. En nuestro interior está todo o casi todo, hay que buscarlo. Los maestros zen, lo tienen claro: Elimine usted los pensamientos negativos, actúe en positivo, mejore su imagen, tenga el cuerpo erguido, hable lento, no grite, establezca retos pequeños, modifique hábitos perniciosos, disfrute con las cosas pequeñas, pasee, observe el cielo, los pájaros, oiga el rumor del agua,.... en definitiva entre dentro de usted mismo, bucee en su interior y deje emocionarse por el vuelo de las aves, sienta la brisa del aire en sus mejillas, el calor de la lumbre en su cara, … sienta la vida. Gracias Por ese canto a la vida. Santi

   Hace 8 años 10 meses

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