FONDO DE ARMARIO
Niños rotos
Alberto Torres Blandina narra en capítulos cortos, que saltan de tiempo, lugar y persona, historias de identidades confusas y personajes que tienen vidas trágicas y finales simbólicos
Raúl Gay 27/01/2016
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Niños rociando gato con gasolina
Alberto Torres Blandina
Siruela, 2009
191 páginas
Nunca sabes qué autor vas a descubrir a la vuelta de la esquina, un día cualquiera. O mejor, en un link de una página que no recuerdas mientras buscabas algo sin importancia. Es lo que me ocurrió hace unas semanas; hacía turismo en Internet y me choqué con un autor del que, lo reconozco, no había oído hablar nunca. Se trata de Alberto Torres Blandina (@elblandina). Es profesor, músico y escritor, publica un blog interesante y ha obtenido un puñado de premios con sus novelas. Me digo que quiero “probarlo” y elijo Niños rociando gato con gasolina, finalista del Premio de Novela Café Gijón 2008.
La novela cuenta la historia de cuatro niños que fueron seleccionados para el proyecto Índigo por Philipe Moulad, un hombre que creía en las nuevas eras, en el superhombre y en la telepatía. Un iluminado que en EE.UU. habría dirigido una secta de las que terminan en suicidio colectivo y aquí sólo puede juntar a cuatro menores en una casa aislada del mundo y destrozarles la vida.
Torres Blandina escribe en capítulos cortos (titulados, ignoro la razón, con una coma por delante), que saltan de tiempo, lugar y persona para terminar por enseñarnos la historia de los chavales, del “maestro” y de las personas relacionadas con esa casa y ese proyecto como si de un caleidoscopio se tratara. Todo un acierto.
Los padres creen que sus hijos son extraordinarios. Una gran pianista, una niña superdotada... Después de hablar con el señor Moulad, los entregan para ir a un internado; allí serán educados de forma especial y particular (veganismo, horarios estrictos…) y desarrollarán sus facultades al máximo para cambiar el mundo. Pero el señor Moulad no es más que un pobre hombre que no tiene familia ni amigos, con una identidad falsa creada para huir de su pasado. En un momento dado, será comparado con Mengele.
En cierto modo, los niños sí son peculiares; o, mejor dicho, sus circunstancias lo son.
- Alba tiene el don innato de la música, la comparan con Mozart, pero preferiría no acercarse a un piano en su vida.
- Joa lleva el nombre de su hermana muerta años antes y ha sido criada para cumplir la vida insatisfecha de su madre.
- Emilio es gordo, nació de penalti en un pueblo de la España profunda y su madre dijo que lo había engendrado un ángel.
- Patricio es guatemalteco, tiene la piel azulada y Moulad piensa que es uno de los primeros de la raza que está por llegar. Su familia lo vende a los organizadores del proyecto para poder alimentar a sus otros hijos.
Son 4 niños abandonados a su suerte, en una casa en la que por el día estudian y por las noches lloran en silencio.
¿Cual es el sentido de esa peculiar escuela? Lo dice el maestro:
En el internado aprendería a canalizar su poder, descubriría lo que su don podía —o, mejor dicho, «debía», porque un don conlleva un poder y una responsabilidad— hacer por el mundo: guiarlo hacia una nueva edad de mayor espiritualidad y comprensión entre los pueblos. Los niños elegidos se convertirían en catalizadores que desencadenarían las reacciones necesarias para transformar la sociedad. Para eso habían venido al mundo.
Tal vez el mayor acierto de la novela sea los relatos que incorpora. Blandina escribe muchos capítulos como relatos breves, casi autónomos, dentro de la novela. Cuenta un aspecto de la vida del personaje; son historias de identidades confusas, de personajes que tienen vidas trágicas y finales simbólicos.
Los personajes —los niños y el iluminado— son seres solitarios y envueltos en dolor. Tratan de conectar con otras personas, pero no lo consiguen. Se aferran al sexo, a la mentira, al alcohol, al pasado... Nada funciona. El lector se pregunta si son así por lo que vivieron en aquella casa aislada o si estaba en sus genes. ¿Fue la educación espartana y new age del señor Moulad o hubieran sido infelices de todas formas? La pregunta queda en el aire, igual que el recuerdo de esta recomendable novela.
Autor >
Raúl Gay
Periodista. Ha trabajado en Aragón TV, ha escrito reseñas en Artes y Letras y ha sido coeditor del blog De retrones y hombres en eldiario.es. Sus amigos le decían que para ser feliz sólo necesitaba un libro, una tostada de Nutella y una cocacola. No se equivocaban.
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