Crónica Parlamentaria
Peret, el 15M y los otros nacionalismos
Sánchez vendió mantas a discreción; Rajoy medita seguir y pedirse la plaza de Zidane; Iglesias abrió el debate sobre el marco, y Patxi López permitió a C's irse de rositas
Guillem Martínez Madrid , 5/03/2016
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
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RESUMEN DE LO NO PUBLICADO. Hace 48 horas PSOE presenta un Pacto con C's y alucina cuando nadie lo vota. De hecho, esto puede ser la novedad en todo esto. Por primera vez desde los Pactos de la Moncloa, nadie se apelotona para firmar un pacto.
Los Pactos de la Moncloa, ahora que lo pienso, fijan el canon local de la disciplina --aparatosa y ramplona: firma histórica en ceremonia histórica, con abrazos históricos, editoriales históricos, unanimidad histórica y responsabilidad histórica--, a pesar de ser unos pactos tremendamente inquietantes. Son, de hecho, el primer pacto entre franquismo y oposición y, en parte, la desarticulación de la oposición y su legado, una suerte de razón histórica y de honestidad que, zas, se vieron seriamente devaluadas. Verbigracia: los sindicatos firmaron que preferían, y por un tubo, inflación a paro --salvo la World Monguer Trade Union, ningún sindicato mundial prefiere eso--, fantasía alemana y elección o sugerencia que, tras la desindustrialización, el ladrillazo y el rescatazo, hoy disfrutamos en modo 21%. Plas-plas-plas. Bueno. Los Pactos de la etc. fijan que, durante un periodo que se ha hecho tan eterno como el Jurásico, el pontificado de Pío XII, el franquismo, o la sesión de investidura de antes de ayer, cuando un partido grande agitaba la bandera y el pack responsabilidad-unidad-de-todos-los-demócratas, el problema no era aceptar el Pacto, sino que te rechazaran la incorporación. Quizás el PSOE ha actuado con este Pacto con lo misma cosmovisión que la de antaño. Es decir, que no dispone de otra. Ha creado un Pacto que por lo visto --y no es chiste-- pensaba que sería votado --o abstenido-- por un gran número de partidos. En el pacto --y he aquí otra antigualla-- se marginaban al 15M y a los nacionalismos no españoles. Se les denegaba la participación política, mas allá del also starring como villano, irresponsable y descohesionador. Lo que equivale a no entender los dos grandes jalones de la crisis política española. Y, por extensión, no entender ni las causas, ni los efectos, ni las lecturas de una crisis económica y social que está alcanzando tonalidades de crisis humanitaria.
El PSOE, vamos, ha confiado en una realidad y en una cultura que no existen. Ha negociado sin observar la realidad y desde una cultura que no volverá a modular nada y, ahora que me fijo, está entrando en el hemiciclo Pedro Sánchez, lector de una realidad y de una cultura que ya no pita y que le ha traído hasta aquí, un punto que no sabe leer, se diría. Aplausos de la bancada sociata. Hola. Les saludo desde el hemiciclo del Congreso. Nos hemos colado. Nos han puesto en la última planta. Por fin CTXT entra en un hemiciclo, sin tener que admitir accionariado IBEX. Hemiciclo, curiosidades. Hay mucha señora que ha ido hoy a la pelu, dibujantes ensayando caricaturas rápidas de políticos, y señores vestidos de jefe de grupo del PP. Estoy sentado entre el público. Frente a mí veo la zona de prensa, con los periodistas homologados al uso. Los contemplo con franca envidia. A saber: les dejan pasar a la zona VIP de esta disco, comen tres veces al día, sus camisas llevan botones, casi seguro que llevan ropa interior y, por otra parte, no lucen en la frente un tatuaje --me desperté con él una mañana; mi novia me dijo que era su nombre en sánscrito; un día, un señor que sabía sánscrito me dijo que ponía el-lavabo-se-friega-el-sabado--pelanas; rayos, estoy abusando de la primera persona--. Bueno. Hemiciclo. Curiosidades acústicas. Al contrario de lo que ocurre cuando ves esto a través de un plasma, se escuchan todos los sonidos humanos que emiten los dipus. Pero cuesta un güevo escuchar a alguien cuando intenta modular una fórmula más larga y compleja que un insulto. Igual es la acústica del local. O igual es la megafonía. El efecto sonoro es así el de un micro en una iglesia con cura obrero. Timbres. Silencio. Habla Patxi López. Declara abierta la sesión. O como se diga. Pero le sale voz de pa--pa--rro--rro--cocococo.
Habla Sánchez. Habla con el cuerpo jotero que se le pone a un político español cuando firma un pacto histórico: "Siento la satisfacción de que todo vuelva a funcionar". Y, luego, repite lo que repitió varias veces en las dos anteriores sesiones. Novedades: hoy el Pacto, por el mismo precio, contempla el fin de los desahucios, la derogación de la Ley Mordaza y, guau, la reducción del paro a la mitad en cuatro años. Llega a durar esto otra sesión y hubiera ofrecido, también, no una, ni dos, ni tres, sino cuatro mantas. Importante: establece las tres condiciones para un futuro Gobierno --es decir, no utilizables en el día de hoy--. A saber: deberá suponer un acuerdo --es decir, un pacto; ya lo tienen; no se prevé que haya otro; la ejecutiva del PSOE ha vetado negociar hacia la izquierda--; deberá acoger a partidos diferentes --omite que vertebradores de una mayoría; hoy no es el caso--, y deberá contar con el PSOE --es decir, deberá de ser un gobierno PP--PSOE, entiendo--. La bancada sociata aplaude como posesa. Es de resaltar la aplicación de la dipu Meritxell Batet, que como siga así tendrá que venir el Equipo de Transplantes de Manos del Congreso, y reponerle las manos, ahí mismo y en cuanto Sánchez vuelva a arrastrar dos subjuntivas. Lo que me lleva a rememorar una de mis últimas conversaciones con Casavella. Decía que los palmeros de Peret, si te fijas, no son palmeros. Tienen la función de un coro en el teatro griego. Cuando aplaudes y no acotas destino, no eres, por tanto, palmero, sino aplaudidor, una víctima del destino. Me lo llegué a pasar tan bien con Casavella, hips, que frecuentemente le recuerdo cuando veo categorías importantes de la vida.
Turno de Rajoy. Rajoy, creo, ha descubierto que no tiene ni para empezar con Sánchez. Lo que puede significar un cambio de planes. Supongo que si había evaluado, de alguna forma, la posibilidad de abortar esta investidura --como ya ha hecho--, luego pirarse y potenciar, con ello, un gobierno con ese Pacto --no tiene por qué seguirse; un pacto es una lógica, no una ley--, presidido por el PP, ahora, tras catar la sangre de su rival, y su debilidad muscular, igual se crece, se queda y, además del cargo de Presi de Gobi, pide un obispado y la plaza de Zidane. El PP es un partido inmune a la corrupción --es decir, la tiene toda, y no le afecta electoralmente--. Ahora, en fin, ha descubierto que es inmune al primer partido de la oposición. Eso igual cambia su destino.
Pablo Iglesias practica jazz lingüístico. Baja escalas haciendo choteo con su morreo a Domènech y la cosa love power, para luego subir graves y volver a bailar sobre la tumba --oratoria-- de Sánchez --una suerte de Forrest Gump de la política española/mi mamá me ha dicho que tengo 200 medidas--. Finaliza planteando el tema de que existe otra mayoría. Los excluidos del Pacto: 15M + otros nacionalismos. Ojo: esa es la cosmovisión a defender. O defienden, y ganan, que el marco democrático español son también el 15M y los otros nacionalismos, mientras que el marco Pactos de la Moncloa System es una antigualla más excluyente que democrática, o pierden. Si pierden esta batalla de marcos, si no consiguen crear un marco para una nueva política, y todo ello con los medios y las tertulias en contra 24h sur 24h, pueden llegar al final de estos meses de previsible presión comiéndose unas CUP.
Rivera estuvo menos fino que en su anterior intervención. Se comió el marco del PP --sigue siendo el único con un marco --ultranacionalista y sexy, como Marujita Díaz en el siglo XVI--, capaz de darle para el pelo al marco sobado anterior, pero tiene serios problemas para salpicar a las izquierdas. Su frase "nueve millones" --es decir, los votantes del PSOE y C's-- "son más que cinco y siete millones" --Podemos y PP--, provocó una risa tan franca que desubicó al orador.
Gabriel Rufián, poseedor de un discurso matizado, explorado e, incluso, agotado en Catalunya, brindó, no obstante, unos instantes de oro en su presentación madrileña. Quizás, el éxito estuvo sustentado en el tono --habló sin el tono de vendedor de crecepelo que suelen utilizar los oradores locales--, pero asentó varias imágenes que acallaron la sala. Lo bordó cuando aludió al "problema de convivencia catalán", alocución con la que Sánchez alude al problema político, al que no se le da solución política, catalán --una alocución, por otra parte, irresponsable, que busca antes problemas de convivencia que soluciones políticas, y que ilustra el estrecho margen de visión y de maniobra del PSOE--: "Crisis de convivencia es lo que el PSOE va a tener a partir de hoy". Muy buena.
Homs/CDC/DiL incidió en el tema, pero con el tono de oficinista casado que utiliza la política española. Un lenguaje, en fin, que el PSOE entiende. Pero que no puede entender desde el marco --ni 15M ni nacionalismos no españoles existen-- en el que se ha situado. Con la brutalidad sincera con la que esa cultura/generación plantea sus pactos, sus stock options y sus preferentes, propuso apoyar un Gobierno a cambio de un referéndum --es decir, de algo parecido a ello, se supone--.
PNV explica que votará que no, pues no conoce ningún proyecto del PSOE. Una venganza privada, si pensamos que PNV negoció hasta hace una semana y pico con PSOE, y que PSOE le engañó, negociando y cerrando un pacto con C's/todo lo contrario. PSOE, en fin, no ha sabido negociar. Pensaba que tampoco sería necesario en esta ocasión. Negociar, en España, desde que se empezó a utilizar la palabra, igual es otra cosa. E, igual, ese es el drama.
Garzón volvió a hacer un discurso minimalista. Como en un jaiku, o en un liguero, en Garzón no falta ni sobra nada. Va directamente al turrón. Moduló una cosmovisión cercana al pack Podemos, una apertura de la democracia a sus dos elementos de ruptura --aquí viene el coro griego, o dos palmeros de Peret, y dicen: el 15M y los otros nacionalismos--. Tuvo tiempo de darle para el pelo a C's y a su lectura canónica --es decir, propagandística, es decir, la que sustenta el marco restrictivo de la democracia-- de la Transición. Eso, por otra parte, es lo que hizo Bildu, y antes ERC y Podemos. Hoy, en fin, C's recibió retratos desde las izquierdas 15M y los nacionalistas, que dificultaron su autorretrato.
Tras UPN --creo que recitó el Oriamendi--, Foro --por lo que oigo, una suerte de UPN, pero en Asturias-- y dos canarios que cantaron que votarían sí, llegó el turno de PSOE. Hernando intentó cerrar el marco, para que durara un par de meses: no hay Gobierno por PP, pero más aún por Podemos. No es mucho marco. Pero sí muchos medios. Por el camino, los del PP se enojaron, y empezaron a expresar sus diferencias. Transcribo directamente de mi libreta de notas: "Brrrrrrr", "jgubljlkoyhbj", "pkhv`kuf". Cómo gritan. Se les nota ahí el internado suizo.
Por alusiones tomó la palabra Girauta, ultracentrista ultranonacionlista de C's. Exigió que ERC retirara su declaración de que C's no había condenado el franquismo en el Parlament de Catalunya. Patxi López preguntó si podía demostrarlo. Girauta ofreció una fecha. Coló. Un país sin Nuremberg tiene esas cosas. El caso es que, en efecto, C's no sólo no condenó el franquismo en el Parlament, sino que salió del hemiciclo, con PP, para no hacerlo. Que lo haya hecho en otra instancia, o en otra fecha o, incluso, en la ducha --no me consta ninguna de esas opciones--, no desmiente ese hecho. Patxi López no dejó hablar a ERC. Con lo que dejó pasar a C's como un partido que hizo lo que no hizo, y que es lo que no es. Un buen socio, moderno y con responsabilidad de Estado, etc. Los dipus de ERC hicieron gestos de abandonar el hemiciclo pero, en lo que es una metáfora del ulterior independentismo catalán, no lo hicieron.
Bueno. La cosa queda así. Dos marcos que se pegarán de leches en los próximos meses. Uno defiende España como producto culminado, que requiere arreglar la chapa y nueva expulsión periódica de judíos --15M y otros nacionalismos, dijo el coro/Peret--. Otro, que España debe de ser negociada territorialmente --meditación: siempre existirá España, lo que no está democráticamente claro es que exista un sólo Estado; no hay para tanto; el Estado, hoy, como saben, es muy poca cosa, por otra parte--, y que requiere un cambio amplio, por el que salieron millones de personas a las calles desde 2011. No sólo será una batalla de marcos, cultural, sino generacional. Varias generaciones contra una/la de siempre. Como fondo, casos de corrupción y el juicio Nóos, contra los Latin Kings.
El lunes, Patxi López, este genio que impidió comunicar a la cámara y a la sociedad la naturaleza de C's, pues algunos partidos --coro: 15M y nacionalistas-- no tienen razón alguna, irá a explicarle la situación política al rey. Afortunadamente, el rey está suficientemente preparado, tiene mundo y podrá sacar otros temas, para animar la conversación. No sé. Wittgenstein.
RESUMEN DE LO NO PUBLICADO. Hace 48 horas PSOE presenta un Pacto con C's y alucina cuando nadie lo vota. De hecho, esto puede ser la novedad en todo esto. Por primera vez desde los Pactos de la Moncloa, nadie se apelotona para firmar un pacto.
Los Pactos de la Moncloa, ahora que lo pienso,...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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