Redes Sociales
Twitter ha muerto, asúmelo
El crecimiento de TW ha sido también su perdición. La necesidad de comunicarnos constantemente, y cada vez más de forma gráfica, va en detrimento de una red social dependiente del texto
Manuel Gare 9/03/2016
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Últimamente Twitter recuerda mucho a ese amigo borracho aguafiestas. No puede sostenerse más de cinco segundos sobre sí mismo y abraza el suelo de la discoteca con una fuerza desmesurada, como si debajo de la pista de baile estuviese Mark Zuckerberg con las manos llenas de fajos de billetes esperando para comprarle su startup, la que carga baterías de smartphones con vómito. Sus amigos, algo menos borrachos, intentan levantarlo y airearlo en vano. Se acabó la fiesta.
Ha sido una fiesta bastante buena. Ha sonado música decente, la proporción de chicos y chicas interesantes ha estado equilibrada y, en definitiva, la relación entre la inversión del precio de la entrada y el payback —vamos para bingo con los eufemismos— no ha estado mal. Sin embargo, en los últimos cinco minutos ha cambiado el DJ, has cometido el error de pedir un chupito de Jäger —esto no es ningún eufemismo: no pidas chupitos de Jäger a última hora— y has dejado de distinguir lo interesante de lo obsceno.
La historia de Twitter es parecida. Para hacernos una idea, situemos el inicio de la fiesta en 2008. Verano de 2008, por ejemplo. Antes de llegar a Twitter los foros aún molaban, las salas de chat eran pasables y Tuenti vivía su época dorada —seguiría viviéndola unos cuantos años más, de hecho--. Twitter era algo que nadie sabía utilizar, más o menos como ahora, pero que, al llevar la etiqueta “novedad” de serie, traía loco a cualquiera con algo de bagaje en los vastos mundos de Internet.
En una reciente encuesta recogida por The Wall Street Journal se palpaba muy bien el cambio de tendencia en cuanto a redes sociales liderado por el público joven. Es el público joven el que, para bien o para mal, marca el ritmo. Es el público joven quien decide pasarse desde Facebook a Twitter en masa, y es el público joven quien decide que Instagram y Snapchat sean sus nuevas redes sociales favoritas. Twitter lleva cayendo desde 2014, en la línea de Facebook, que ahora se recupera de la patada que le propinó el pájaro azul en 2012. Y ni tan mal: por suerte para Facebook, ya no dependen de ese público joven para sostenerse.
¿Cuál es el futuro de Twitter? La red social lleva unos meses dando tumbos, muy al estilo de tu amigo el de la discoteca. Que si te cambio al CEO, que si enésimo amago de modificar el orden de publicación de los tuits, que si ahora me paso a los gifs porque resulta que a la gente le gustaban los gifs y nadie nos lo había dicho, que si fuera límite de caracteres, que si grupos en los mensajes privados, que si mira estos tuits superinteresantes de hace cuarenta horas que te has perdido porque estabas haciendo vida social. Twitter está al borde de recibir una visita del portero de la discoteca para sugerirle amablemente que se vaya a su casa.
El modelo inicial de Twitter ha dejado de funcionar y necesita una buena colección de novedades que reactiven una red social que Snapchat ha igualado en uso (19% frente al 20% de uso de Twitter entre público joven) y que Instagram ha sobrepasado a niveles considerables (33%). Dos apps de fotos simples y fáciles de usar que cada vez han ido incorporando más facilidades para la mensajería y el flirteo que, por si a alguien le quedaba alguna duda, sigue siendo razón de peso para hacerse cuenta en una red social.
Y no es que Twitter no sirva para ligar, es que su utilidad real ha sido absorbida por el resto de sus competidores. El crecimiento de Twitter ha sido también su perdición. El usuario que antes encontraba en la red social un nicho social distinto y atrayente en relación a sus intereses, ahora se encuentra con un modelo muy similar al de Facebook. Cantidades ingentes de contenido difícilmente digeribles por un usuario que, al fin y al cabo, no busca más que situarse en determinados círculos y compartir su vida digital con ellos.
2016 no será el año de Twitter. Probablemente tampoco lo sea ninguno de los siguientes. No es ninguna broma lo de los gifs. Que a estas alturas Facebook y Twitter estén incorporando los gifs como algo novedoso es realmente desalentador. La necesidad de comunicarnos constantemente, y cada vez más de forma gráfica, va en detrimento de una red social dependiente del texto. Twitter lo sabe y de ahí su deriva existencial. No puede hacer frente al contenido en forma de imágenes y vídeo porque sus usuarios ya producen ese contenido para otras redes sociales.
Twitter ha muerto, es hora de ir asumiéndolo. Puede que aún tenga un largo recorrido por delante, pero está claro que ese recorrido no tendrá nada que ver con lo que el usuario original de la red social llegó buscando. No puedes ser al mismo tiempo el tipo que baila bien de la discoteca —el que baila bien de verdad— y el que se apoya en la barra viéndolas pasar, porque al final acabas siendo el amigo borracho. Y nadie quiere al amigo borracho.
Últimamente Twitter recuerda mucho a ese amigo borracho aguafiestas. No puede sostenerse más de cinco segundos sobre sí mismo y abraza el suelo de la discoteca con una fuerza desmesurada, como si debajo de la pista de baile estuviese Mark Zuckerberg con las manos llenas de fajos de billetes esperando...
Autor >
Manuel Gare
Escribano veinteañero.
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