Cómo hacer de la renta básica una realidad
Un plan de RBU a un nivel moderado, que inicialmente deje gran parte del sistema existente intacto, es viable. Y lejos de fomentar la ociosidad, ofrece mayor flexibilidad para equilibrar la vida laboral en un mundo cada vez más incierto
Stewart Lansley / Howard Reed (Social Europe) 26/10/2016
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El apoyo a una renta básica universal –el pago de un ingreso regular y garantizado a los ciudadanos de un país como derecho– está empezando a ganar ritmo. En varios países se están poniendo en marcha proyectos piloto y en Silicon Valley, la incubadora Y Combinator está a punto de probar un plan en California. En Reino Unido el Partido Verde y el SNP apoyan la idea, y el Partido Laborista la está estudiando seriamente, además de tener el apoyo de la Royal Society of Arts y del think-tank liberal Adam Smith Institute.
En Reino Unido, este creciente interés está guiado por dos tendencias estructurales profundamente arraigadas: la creciente fragilidad del mercado laboral y las deficiencias del cada vez más punitivo, intrusivo y desigual sistema de prestaciones. Una renta garantizada incorporada, la renta básica universal (RBU) [UBI por sus siglas en inglés] ayudaría a aliviar los dos problemas. Supondría una red de seguridad más robusta para el cada vez más precario marco del trabajo de hoy y potenciaría el elemento universal de apoyo de ingresos y reduciría la dependencia del cumplimiento de requisitos [en las prestaciones]. Una RBU también ofrece una manera de proporcionar protección a la renta con la revolución robótica cobrando intensidad y podría usarse para ayudar a asegurar que los posibles beneficios de la productividad de la acelerada automatización se dividen uniformemente en vez de ser colonizados por una pequeña élite económica.
Aunque el apoyo se extienda en el espectro político, la derecha y la izquierda adoptan versiones muy diferentes sobre la RBU
A pesar de estos beneficios, la idea sigue siendo muy controvertida. Aunque el apoyo se extienda en el espectro político, la derecha y la izquierda adoptan versiones muy diferentes sobre la RBU. Los defensores de izquierdas ven este plan como parte de un estado fuerte y un reconocimiento de que todos los ciudadanos tienen el derecho a una reivindicación mínima sobre la renta nacional. Los defensores de la derecha liberal, y algunos entusiastas de Silicon Valley, por el otro lado, apoyan una renta básica como la manera de conseguir un estado más pequeño.
Algunos críticos ven a los defensores de la RBU como utópicos fanáticos por un nirvana sin trabajo. Aunque uno de los méritos centrales de la RBU es que es no es prescriptiva. Ofrece más elección entre trabajo, ocio (no ociosidad) y educación, mientras proporciona más oportunidades para responsabilidad de cuidado y comunidad. Bajo la RBU todas las elecciones de vida se evaluarán de la misma manera. Valorará el trabajo pero no lo sobrevalorará. Una RBU reconocerá y proporcionará una ayuda financiera para la masa de trabajo no remunerada por el cuidados de niños, de mayores, o la ayuda voluntaria. Proveyéndoles de una seguridad básica se les dará a los trabajadores más poder de negociación en el mercado laboral.
Una RBU podrá, con el tiempo, cambiar comportamientos, y los resultados de los proyectos pilotos nacionales mostrarán datos importantes sobre el previsible impacto. Algunos podrán decidir trabajar menos, tomar pausas más largas entre trabajo y trabajo o ser incentivados para empezar negocios. Algunos podrán rechazar sueldos bajos, trabajos inseguros, lo que conducirá a un equilibrio más saludable de las estructuras salariales. Algunos podrán reciclarse o dedicar más tiempo al cuidado personal o al de la comunidad, en mucho casos produciendo más valor, actualmente no reconocido, que el trabajo remunerado.
El efecto neto tiene más posibilidades de promover y no de debilitar el incentivo de trabajo. De hecho, los incentivos se estimularán rebajando la dependencia en los criterios de selección [para acceder a prestaciones], a la vez que abordar la pobreza dependerá menos del trabajo garantizado.
Un modelo asequible
Pero, ¿puede la RBU funcionar? Los críticos creen que una RBU simplemente no es viable porque costaría demasiado. Pero hay nuevos datos que sugieren que podría ser progresiva y asequible. Nuestro informe más reciente para el think-tank Compass, modeló varias alternativas diferentes para ver cómo de asequible y viable podría ser el plan. Estas simulaciones muestran que un plan entero y generoso, uno que acabe con el modelo existente de ayudas económica de un solo golpe, sería demasiado caro o dejaría muchos perjudicados. Esto es porque el sistema actual de prestaciones, en parte por su enorme dependencia en cumplimiento de criterios, es capaz de dar grandes sumas a algunos grupos.
En cualquier caso, nuestro estudio demuestra que un plan ‘modificado’, uno que siga ofreciendo una renta básica y garantizada, si bien a un nivel moderado, y que inicialmente deje gran parte del sistema existente intacto, sería viable. Este plan –no siendo una fórmula milagrosa– podría ofrecer beneficios reales y sustanciales: un considerable crecimiento medio en renta entre los más pobres; una reducción en pobreza infantil del 45%; una modesta reducción de la desigualdad, todo en un relativamente moderado coste de 8.000 millones de libras. Este modelo también reforzaría el elemento universal del sistema actual de prestaciones, y por lo tanto reduciría la dependencia en el cumplimiento de requisitos.
Este planteamiento no es utópico, está anclado en la realidad. Ofrece un planteamiento gradual de reforma, no un reemplazo a gran escala. Tal planteamiento reduce el riesgo de una reforma de tipo big bang, a la vez que ofrece flexibilidad para mejoras graduales en el tiempo. Podría, por ejemplo, empezar por una RBU para niños. Esto es evolución, no revolución.
Lejos de fomentar la ociosidad, la RBU ofrece mayor flexibilidad para equilibrar los compromisos de la vida laboral a un mundo cada vez más incierto y la gradual precarización de gran parte de la fuerza de trabajo. Y lejos de promover el fin del trabajo, la RBU intentaría abordar los mayores riesgos de un mercado de trabajo empobrecido, no sustituir al trabajo. Con oportunidades seguramente cada vez más frágiles, es el momento de que los legisladores consideren mucho más seriamente cómo podría ponerse en funcionamiento un plan de RBU.
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Traducción de Adriana M. Andrade
Este artículo se publicó en Social Europe. Está basado en el estudio de los autoresA Universal Basic Income: An idea whose time has come? publicado por Compass, 2016.
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