8 de cada 10 jóvenes españoles no pueden emanciparse
El encarecimiento del alquiler y la precarización del empleo de los menores de 30 años son los principales responsables de esta situación
Carlos Hernández 4/07/2017
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Las condiciones para la emancipación de la población joven en nuestro país son cada vez más complicadas. Según las conclusiones desprendidas del Observatorio de Emancipación que elabora semestralmente por el Consejo de la Juventud, más del 80% de los jóvenes no disponen de los recursos necesarios para emprender un proyecto de vida independiente, el dato más alto desde el año 2002. Este dato supone una caída de la tasa de emancipación de las personas entre 16 y 29 años del 5,26 puntos durante la segunda mitad de 2016 –periodo al cual se refiere el informe-- con respecto al año anterior, y nos sitúa lejos del 52% de la media europea --teniendo en cuenta que los datos a nivel europeo contemplan una franja de edad de 18 a 34 años--. La incidencia de esta disminución de las personas con capacidad para independizarse muestra valores destacadamente más altos entre las personas menores de 25 años, con un descenso interanual del 12,74 puntos, mientras que el descenso en jóvenes entre 25 y 29 años se sitúa en 3,34 puntos.
El desglose cualitativo del informe muestra mayores niveles de emancipación entre la población joven con bajo nivel de estudios, en torno a un 32% de las personas con estudios primarios, que contrasta con el 26% de los jóvenes con formación superior, a pesar de ser el colectivo con mayor tasa de actividad. En líneas generales, las mujeres en edades entre los 16 y los 29 años presentan mayores tasas de emancipación para todos los niveles formativos, destacando de forma particular la diferencia de casi 20 puntos entre hombres y mujeres que no han cursado estudios. Datos que reflejan una mayor movilidad y emprendimiento entre las jóvenes, teniendo en cuenta los casi 3 puntos de diferencia existentes entre la tasa de empleo de hombres y mujeres jóvenes, en perjuicio de las segundas.
El porcentaje dedicado al alquiler de una vivienda por parte de los jóvenes sobre el volumen total de ingresos se ha incrementado hasta alcanzar el 69,3% de su salario
Este empeoramiento de la situación responde fundamentalmente al significativo encarecimiento del alquiler en España durante el período analizado, registrándose un aumento de los precios de cerca del 16% a lo largo del último trimestre del pasado año. La consecuencia directa de estos datos se manifiesta en el porcentaje dedicado al alquiler de una vivienda por parte de los jóvenes sobre el volumen total de ingresos, que se ha incrementado hasta alcanzar el 69,3% de su salario. De esta forma, se sitúa en niveles por encima del límite del 30% recomendable, generando un incremento significativo de situaciones de sobreendeudamiento entre la población joven. “Supongo que para poder mantener un nivel de vida como el que tengo actualmente gastaría entre un 40% y un 50% de mi sueldo en el alquiler”, afirma Álvaro Barrado, abogado autónomo de 27 años, cuyo salario mensual oscila en una horquilla de 800 a 1200 euros mensuales. “Los precios actuales de arrendamiento en Madrid hacen prácticamente imposible alquilar una vivienda para una persona sola”. “Creo que la mía es una buena edad para la emancipación, sin embargo, la realidad actual es que la mayoría de mi generación nos acerquemos a los 30 para poder independizarnos”. En el caso de la adquisición de una vivienda en propiedad, la cantidad a destinar sobre el total del sueldo para hacer frente al pago mensual de la hipoteca alcanza el 57,9%, y se estima que una persona joven debería cobrar de media en torno a 4,1 veces su salario para hacer frente al importe de la entrada de una vivienda.
Lourdes Ramírez tiene 22 años y cobra 800 euros al mes por su trabajo en una productora audiovisual. Estima que debería invertir en torno a un 70% de su salario –incluyendo gastos de luz, agua e internet-- para emanciparse a través de un alquiler compartido con compañeras, y descarta por completo la posibilidad de adquirir una vivienda en propiedad. “Pienso que vamos hacía un mercado laboral estructuralmente volátil e incierto en el que no vamos a tener un mismo empleo durante más de 10 años, en contraposición con los hábitos laborales de nuestros padres. No tengo ningún interés en tener una casa en propiedad. Creo que en el futuro seremos más nómadas, por así decirlo, tanto para el empleo como para la vivienda”.
Al margen de la influencia del notable encarecimiento de los precios del alquiler de vivienda, el empeoramiento de las condiciones de emancipación de los jóvenes ha de comprenderse atendiendo a un factor fundamental en este sentido: la precarización del trabajo. A pesar de la evolución positiva de los datos en cuanto al aumento del salario medio y la reducción del número de personas entre 16 y 29 que no cobra un salario durante el segundo semestre de 2016, las condiciones laborales de los jóvenes en nuestro país distan aún mucho de las que se consideran adecuadas a fin de ofrecer una situación económica que permita un acceso a la vivienda con garantías de continuidad.
Así, las cifras en términos de ocupación no corresponden de forma equivalente con esta evolución positiva de los datos de desempleo, y la tasa de paro de las personas menores de 30 años –límite de edad de la población considerada joven-- se sitúa aún en un 31,6% de las personas jóvenes activas, de las cuales un 42% lleva más de un año buscando empleo. Se trata además de empleo de carácter temporal en su inmensa mayoría, más del 92% de las contrataciones realizadas a personas entre 16 y 29 años según datos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE). En cuanto a los salarios, la media a nivel estatal ronda los 800 euros mensuales, cifra que explica que tan sólo el 10% con mayores salarios entre la población joven trabajadora pueda comprar una vivienda sin riesgo de sobreendeudamiento.
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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.