Bill Mitchell / Economista
“En cuanto Bruselas fuerce de nuevo la austeridad, España volverá a la situación de 2010”
Andrés Villena Oliver 11/10/2017
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Remar a contracorriente es agotador, pero a veces es inevitable. En un período en el que buena parte de las élites y de la opinión pública se rinden ante la fatalidad de que la permanencia en la zona euro debe ser aceptada con todos sus requisitos, un grupo de intelectuales defiende que la soberanía monetaria no solo es posible, sino que es necesaria para garantizar el bienestar colectivo. Entre estos expertos destaca el profesor australiano Bill Mitchell, que acaba de publicar junto al italiano Thomas Fazi Reclaiming the State, una llamada a la recuperación de las políticas económicas estatales como base para democratizar una sociedad que continúa el proceso involutivo impulsado por la globalización neoliberal. Mitchell es uno de los impulsores de la Teoría Monetaria Moderna.
El futuro de España sigue siendo sombrío. ¿Cómo pueden afectarnos los cambios parlamentarios en Alemania?
España ha disfrutado estos últimos años de la posibilidad de mantener un déficit público por encima del límite establecido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La troika hizo la vista gorda para evitar que se castigara en las últimas elecciones al Partido Popular por las políticas de austeridad aplicadas. Por eso España ha crecido últimamente.
Pero Bruselas no puede seguir permitiendo que el Gobierno español se salte las normas. El resultado de las elecciones alemanas representa solo un capítulo más de la secuencia que viene sucediendo en el mundo y que consiste en un enorme rechazo a los partidos tradicionales y en un aumento en la polarización política, principalmente, hacia la derecha. El peligro para Europa llegará verdaderamente cuando, como es probable, Jens Weidmann sustituya a Mario Draghi en la presidencia del Banco Central Europeo (BCE). Draghi representa el pragmatismo; con él, el BCE ha actuado fundamentalmente como un agente fiscal, manteniendo el barco del euro a flote. Pero Weidmann está mucho más ideologizado y podría poner fin a la Expansión Cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés: Quantitative Easing). De hecho, si analizamos los mayores factores de riesgo, podríamos concluir que este es, sin duda, el mayor de ellos.
El final del QE para un país como España sería letal, solo hace falta recordar el período 2010-2012…
El peligro para Europa llegará verdaderamente cuando, como es probable, Jens Weidman sustituya a Mario Draghi en la presidencia del Banco Central Europeo
En cuanto Bruselas se ponga dura con España y fuerce de nuevo la puesta en marcha de las políticas de austeridad, España será historia y volverá a recorrer esa espiral infernal en la que se encuentra ahora Grecia. Todos los países que han sobrevivido lo han hecho gracias al mencionado QE, financiando los déficits por la puerta de atrás. Si Bruselas se pone exigente de nuevo, España volverá a la situación del 2010, a otro ciclo de crisis que tendrá que enfrentar mucho más debilitada de lo que lo estaba por entonces, ya que todavía no se ha recuperado de la anterior.
Autores como usted abogan por una salida del euro. En España hay mucho miedo en este sentido: se recuerdan los años setenta y ochenta, con tasas altísimas de inflación y se argumenta, además, que la dictadura franquista nos sumió en un enorme atraso. Nadie quiere volver a los años cincuenta…
La historia y la cultura son extremadamente importantes, es verdad. Piensa en Grecia, que fue una dictadura militar y para la que el pasado genera también mucho miedo. Pero la inflación de los años setenta, que fue mundial, no tuvo nada que ver con eso, ni con el pasado dictatorial de España, ni con un exceso de déficits, sino con el incremento de los precios del petróleo por la OPEP; de hecho, se trató del primer shock de oferta vivido en el mundo.
Fíjate en todos los países que en estos momentos mantienen déficits importantes porque cuentan con la posibilidad de emitir su propia moneda: ¿ves que alguno de ellos tenga unos niveles dramáticos de inflación? Cada país tiene su pasado bien interiorizado, y de la gente depende que dicho pasado no se repita, pero la idea de la soberanía monetaria no tiene nada que ver con eso.
Pero otorgar a los políticos la capacidad de crear dinero podría ser peligroso en términos económicos…
Sin duda, se trata de una posición frecuentemente expresada: “No puedes confiar en tus políticos”. ¡Pero sí confiasteis en ellos para poner en marcha las políticas de austeridad! Y ya habéis visto los resultados… Creo que la calidad de los políticos es un reflejo del nivel de implicación de los ciudadanos en la política. La ciudadanía ha de forzarles a que cumplan la ley. Y España puede hacerlo: se trata de un país con unos niveles de educación relativamente elevados, nada que ver con el país pobre que fue en los años cincuenta, sesenta y setenta. ¿Realmente podemos imaginarnos una dictadura militar ahora mismo en España?
¿Podríamos afirmar que existe una relación clara entre soberanía monetaria y nivel de democratización de un país?
Completamente. De hecho el problema de la era neoliberal ha sido la despolitización, un proceso según el cual los dirigentes electos trasladan los centros de decisión a quienes no han sido democráticamente elegidos. Es el caso de los Bancos Centrales, que no tienen que rendir cuentas, así como determinadas organizaciones internacionales, como el FMI y la Comisión Europea. Están totalmente separados del proceso político y electoral. Y lo que la consecución o la recuperación de la soberanía monetaria suponen es que quienes tengan que rendir cuentas y responder de sus acciones sean nada más y nada menos que los políticos electos.
Usted ha afirmado que uno de los problemas principales de la izquierda es que sigue atrapada en el neoliberalismo. ¿Qué opina de una parte relevante de esta que argumenta a favor de una Renta Básica Universal y que considera anticuado el objetivo de pleno empleo?
un gobierno dotado de soberanía monetaria puede siempre conseguir empleo para quien lo necesita, pues está capacitado para comprar todos los recursos que considere en su moneda
En primer lugar, la verdadera posición de la izquierda debería exigir trabajo decente para todos los que lo demanden; a día de hoy, no hay sociedades en las que el trabajo no sea crucial, este sigue siendo un factor importantísimo en cualquier parte del mundo, no solo como fuente de ingresos sino también para la vida en sociedad y para poseer una saludable autoestima y la confianza en uno mismo. La sociedad no ha cambiado lo suficiente para que este paradigma se vea modificado. La izquierda debería pelear siempre por la consecución de buenos empleos para todos, algo que, además, sirve para atenuar el poder de los capitalistas.
Hay un segundo punto en el que es básico insistir: un gobierno dotado de soberanía monetaria puede siempre conseguir empleo para quien lo necesita, pues está capacitado para comprar todos los recursos que considere en su moneda. Cuando se entiende este principio básico de cómo un sistema monetario funciona en realidad, se deduce automáticamente que el ejecutivo es el que decide la tasa de desempleo. Haga lo que haga el sector privado, la responsabilidad sobre el empleo recae en el gobierno y este puede afrontarla bien a través de programas de empleo, bien a través de puestos en el sector público.
Por todo lo dicho, si la izquierda comienza a exigir la RBU, se está rindiendo al principio neoliberal de que es correcto que el gobierno no utilice sus capacidades para proveer de empleos a la ciudadanía. En el momento en que sostienes esto, eres ya neoliberal. Y entonces, se asigna una cantidad mínima a la gente para mantenerla viva, convirtiendo a las personas en unidades de consumo e ignorando todos los aspectos sociales y humanos del trabajo anteriormente mencionados.
Entonces se rescata al sector privado…
Lo que se hace es asegurarse de que se sigue gastando dinero en la economía y se le acaba diciendo a los parados que ahí tienen unos cuantos euros y que se callen. Se trata de una visión que minusvalora el potencial humano. Son numerosas las investigaciones científicas que demuestran que cuando las personas se quedan privadas de trabajo, su red social de contactos comienza a reducirse, a encoger, ya que pierdes a tus compañeros de trabajo, a tus conocidos… La gente privada sistemáticamente de trabajo se siente culpable porque no está trabajando, porque apenas tiene dinero para salir, cada vez tratan con menos gente, se les invita a menos eventos sociales… Se recrudece el aislamiento.
Hay otro punto, además, que es más difícil de explicar a la gente, y es el de las implicaciones inflacionistas de la Renta Básica: una vez que el gobierno gasta sin requerir nada a cambio, se genera inflación, por diversas razones. La RBU no integra mecanismo alguno para anclar la inflación por lo que, si se produce un sobrecalentamiento de la economía, la inflación sigue creciendo. El problema, digamos, letal, de la Renta Básica Universal es que no controla la inflación, como sí ocurre con el programa de Trabajo Garantizado que, por definición, acoge a las personas que se han quedado fuera del sector privado y cuyos salarios no compiten con los del mercado, algo que sí ocurre con la RBU.
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6 comentario(s)
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Massi
La centralidad del trabajo en una sociedad es la parte central de la entrevista. Me parece un artículo bastante honesto. La propuesta del trabajo garantizado la llevaba adelante Garzón de IU, como contropopuesta a la de la RBU. Gracias por esta publicación.
Hace 7 años 1 mes
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Heliodoro
No todos los países que tienen moneda propia tienen una baja inflación, con el récord de Venezuela. Y si tenemos varios millones de funcionarios trabajando al ralentí incorporar todavía más parece un sinsentido.
Hace 7 años 1 mes
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Pepito
Merjor en 2010, ahora pagando la cota de autónomos y no sacando ni para ella, eso es lo que tenemos en estos momentos
Hace 7 años 1 mes
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José Carlos García Hernández
Magnífica entrevista que podría haberse titulado Desmontando los mitos creados por la generación de las transición según los cuales los demonios patrios de la inflación de los setenta y el franquismo fueron borrados por la pertenencia al euro. Los desmonta Bill Mitchell al responder a las preguntas Andrés Villena.
Hace 7 años 1 mes
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Big17man
BILL MITCHELL, un articulo interesantisimo, deberían leerlo políticos y no políticos, en este mundo globalizado cada día más ....los centros de poder y decisión no pasan por las urnas, y los partidos en el gobierno son simplemente títeres de una élite que ni vive en el país ni sus intereses son la de la población que la sufre.
Hace 7 años 1 mes
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retro
joder!! pues yo encantao de volver a 2010; vas a comparar como estaba a como estoy.
Hace 7 años 1 mes
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