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La vara de medir la educación cívica más allá de los Pirineos siempre fue aquello del papelito. Recuerdo cuando me llegó la historia siendo niño. El tópico, supuestamente real, se lo contaba a mi madre una tía abuela del pueblo que vivió gran parte de su vida en Suiza: “Si allí se le ocurre a alguien tirar un papel al suelo, la gente lo mira mal; y lo mismo, hasta alguno se acerca a decirle que lo recoja y lo tire a una papelera”. Los europeos aquellos eran la leche. Al salir de casa de aquella tía abuela ya nunca pude dejar de mirar una bolsa de patatas fritas perdida en el suelo como una consecuencia de la falta de suizos en España. Aquello se me quedó para siempre. Los niños se empeñan en ideas imposibles y de adultos siguen haciéndolo. Qué imbéciles.
Años después, ya bien adultos, descubrimos que el civismo europeo había decidido dar un paso más allá. De nuevo, centrándose en el papel. Un alto cargo por allá ha dimitido tras descubrirse que hizo trampas en los exámenes de la universidad. Otro ministro se va a su casa porque se supo que plagió su tesis doctoral. El mal uso del papel castiga a Europa. ¿A toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles españoles resiste todavía y siempre al mal uso de la celulosa. En mitad del Luis sé fuerte sin consecuencias políticas, descubrimos a este lado de los Pirineos que allá donde iban las tías abuelas la gente dimitía por haber hecho trampas universitarias. “¡Por hacer trampas en la universidad!”, nos repetíamos con las manos en la cabeza, mirándonos como mi perro me mira mientras le lleno de sobras el plato. Hoy Cristina Cifuentes nos ha dado un baño de realidad para que dejemos de salivar. Según publica el eldiario.es, la presidenta de la Comunidad de Madrid habría sacado un par de notables en su máster en Derecho en asignaturas a las que no se presentó. Como niños, muchos nos imaginamos esta mañana que ser europeos era cosa nuestra hasta que España, pieza a pieza, ha comenzado a mover la máquina de ubicarnos en el lugar en el que, al parecer, nos toca estar. Cada pieza sabe qué movimiento le toca. La presidenta guarda silencio, el rector de la universidad pública sale a dar explicaciones opacas y la mayoría de medios replican esta explicación, insuficiente, como si fuera de notable alto. Que el profesor del máster falsificado fuera colocado por el PP en el Ayuntamiento de Pozuelo y que todo indique que ha existido una falsificación de documento público relacionada con un actual alto cargo, pasa a ser una anécdota sin más en la calle mientras tiramos la bolsa de gusanitos al suelo y Ciudadanos, partido que sostiene a Cifuentes al tiempo que se dice oposición amenaza enérgicamente con exigir que esos notables sacados de la manga pasen a ser sufis a secas o tendrán que vérselas con la furia naranja. Tenemos tan interiorizada la danza de la impunidad que deberíamos establecerla de una vez como baile típico.
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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