PROCESANDO LA REPERA
El canto del Chicken
En la detención de Puigdemont –por parte de la policía alemana de tráfico– ha participado de alguna manera el CNI, informa la revista alemana Focus. En los despachos de MAD lo están celebrando –metafóricamente– con un volquete de putas
Guillem Martínez Barcelona , 25/03/2018
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1- En los años cincuenta, la RAI hizo una célebre entrevista a Sciascia. A esa entrevista fue, como acompañante, el núcleo íntimo del autor. Todos tíos y sicilianos, todos vestidos con traje negro, todos gastando la cara impenetrable del indio que pintó Remington, o del caucásico que describió Tolstoi. Entre ellos, estaba el primo de Sciascia. Otro tipo educado y hermético, llamado Giuseppe. Giuseppe Tomasi de Lampedusa, además de poseer el aspecto de guardar un secreto milenario, guardaba, en efecto, un secreto milenario. Una novela colosal, aún inédita, que hablaba de la cultura como secreto no reconocible salvo para los iniciados. El tema de esa novela es el honor. Es decir, la traición. Explica la historia de un hombre que, fiel a su honor, a unas leyes invisibles y antiguas, traiciona. De cómo en una isla invadida por griegos, romanos, musulmanes, normandos, franceses, aragoneses, españoles, napolitanos, garibaldinos, italianos, había persistido un secreto. Ellos. Ellos eran una suerte de resiliencia, unas leyes no escritas, extrañas, ajenas al honor y a la traición, que habían resistido toda ocupación. “Somos bárbaros”, dice el Príncipe de Salina, tal vez uno de los personajes literarios más plenos de civilización en la literatura planetaria, cuando un enviado de Vittorio Emanuele viaja a Sicilia para proponerle ser senador, propuesta que rechaza. Il Gattopardo fue, en su día, un fenómeno entre los consumidores de Sur. Llegó a las manos de Llorenç Villalonga, un autor catalán de Mallorca, otra isla resiliente. Era también un aristócrata, un hombre de honor. Es decir, un traidor. Falangista viejo, había escrito una novela en castellano –la publicó en catalán; fantástica, si bien menor que la de Lampedusa– también sobre una isla, la traición y las culturas bárbaras y antiguas. Quedó tan loco con la novela de Lampedusa que la tradujo al catalán. Se trata de una traducción formidable. El mallorquín ha dado, sin duda, el mejor catalán del siglo XX, como el castellano de Cuba ha sido uno de los mejores para el mismo siglo. Las islas. Las islas son la metáfora de la resiliencia. Pla decía que Catalunya es la parte más occidental de Italia. Es, por lo tanto, la parte mas occidental de Sicilia. Es, por tanto, una isla. Maura, isleño, aludía a los mallorquines –ese colectivo que depuró el concepto March– con estas palabras intraducibles, secretas: 'Naltros som naltros'. Nosotros somos nosotros. Las culturas no tabuladas, las culturas sin Estado, antiguas, viejas –viejas y, por lo tanto, aterrorizadas por la posibilidad de ser ya estériles–, han sobrevivido hasta el siglo XXI traicionando: era su único recurso. Para lo que necesitan una cultura extrañísima, repleta de espejos, que impida ver la traición. Carecemos, en fin, de traducción. Nosotros somos nosotros. Somos poco menos que el Verbo, del que no se puede hablar sin morir fulminado. No hablamos. Nos miramos y nos reconocemos.
2- El Procés es propaganda, etc. Pero también es un secreto no pronunciable en una isla antigua, en la que todos nos miramos y nos comprendemos. Es, por tanto, intraducible. Lo que en el resto del mundo es traición, inoperancia, secreto, indolencia, aquí, en esta parte del mundo que aún viste de negro –y ahora, emoticono con cara llorando de risa, de amarillo–, puede ser, por tanto, otra cosa. En toda esta serie –la serie más larga del mundo, me temo– he intentado traducirlo. Es imposible traducirlo sin hacer una novela. Que ya hizo Lampedusa. Una novela que habla de una muerte que hace siglos que dura. No he hecho una novela. Por lo que, supongo, no lo he traducido. Sólo he hablado de política.
3- Bueno. Al tajo. Política.
4- El sábado 24 de marzo hubo pleno. Un pleno intraducible, para marcarse un nosotros-somos-nosotros, que es, básicamente, lo que sabemos hacer las culturas antiguas. Era, de hecho, un pleno inútil aparentemente, salvo por el hecho de que nosotros somos nosotros. Todos los nosotros del hemiciclo se formularon teatralmente. Fue la culminación a 6 años de nada, de nosotros somos nosotros. Fue la última vez que se jugó al Chicken Game. Fue, en ese sentido, el canto del chicken. Nosotros somos nosotros: a) el nosotros PP abandonó el hemiciclo, no sea que la sesión fuera ilegal –no lo era; era una sesión de investidura suspendida, en la que no se votó nada–; b) el nosotros C's volvió a vertebrar el tema del ya-te-lo-dije-nene, una variante del tema nosotros-somos-otros-nosotros. PSC, vía Iceta, hizo algo raro. Un discurso aparentemente real, en el que a través del nosotros-somos-nosotros ofreció olvidar el pasado y hacer algo de amplio espectro, en tanto que nosotros. Comuns/Domènech hizo algo parecido, a la vez que volvía a emitir señales de que Comuns podría, todo lo contrario, volver a ser el pagafantas del procesismo, ese nosotros no somos vosotros. ERC, sin mencionar República ni otra falta o delito, como aparcar en doble fila, vertebró el tema del nosotros somos nosotros. En este caso, democracia y sufrimiento. CUP/Sánchez enhebró el tema del sufrimiento. Aludió a la República, que por primera vez en la historia de la Península no es una promesa de Primavera, sino de Sufrimiento. De una identidad satisfecha con el sufrimiento. JxC/Torra se cuidó mucho de aludir a la sombra de la sombra de una República, y emitió discurso homologado nosotros somos nosotros. Somos sufrimiento, democracia, etc. Es más, en tanto que todo ello, somos el bien frente al mal. Sólo los procesistas, los más nosotros, somos nosotros. Ningún partido procesista aludió a la creación de un Govern. Sufrimos tanto y eso nos hace tan buenos que el 155, me temo, es una zona de confort para nosotros. Nosotros somos nosotros. Somos secretos inconfesables y antiguos.
El Procés es propaganda, etc. Pero también es un secreto no pronunciable en una isla antigua, en la que todos nos miramos y nos comprendemos
5- El Presi de la Mesa aludió a crear una asociación horizontal para denunciar la represión. Nos permitirá ser nosotros. Y, lo que es mucho mejor, no hacer nada. Salvo reunirnos, mirarnos a la cara y sufrir todo aquello que sólo sabemos nosotros y sólo nos importa a nosotros.
6- El día anterior se inició la tercera fase de la represión judicial. Auto de Llarena y medidas cautelares.
7- Medidas cautelares. Prisión para consellers y emisión de euro-órdenes como para una boda. En el momento en el que escribo estas líneas –no se pierdan el punto 13-, parecen que se están haciendo efectivas. Es decir, Europa, o al menos la Europa más próxima al ramo policial, no observa ninguna patología en el auto, ni en las euro-órdenes.
8- Auto de Llarena. Llarena, el Gobierno y el votante procesista son los únicos mamíferos que se comportan como si el Govern hubiera hecho algo. No hizo, efectivamente, nada, salvo gestionar un nosotros somos nosotros. Que Llarena y Gobierno observen lo contrario es humor negro. La descripción de la violencia necesaria para construir un delito de rebelión es una mala noticia para el activismo post-15M. No hay otro, me temo. El delito de rebelión, aplicado al caso, es una exageración descomunal. La justicia exagerada, como cualquier exageración –no sé, la factura en una marisquería–, no es justicia. El emisor y el consumidor de procesismo ven en todo ello un abuso. Lo es. No hicieron una rebelión. Hicieron varios años de nosotros somos nosotros.
Llarena, el Gobierno y el votante procesista son los únicos mamíferos que se comportan como si el Govern hubiera hecho algo
9- El procesismo plantea en este abuso un combate democrático. Ellos son el franquismo, mientras nosotros somos nosotros. Pero ellos no son el franquismo. Son la reformulación autoritaria de la Transición. Son la postdemocracia. Se empezó a elaborar, en el Congreso, antes de 2011. Participaron en esta auténtica reformulación de la democracia, puntual o sostenidamente, partidos procesistas. Incluso después de haberse iniciado el Procés. La Llei de Transitorietat –nada, una inutilidad hoy penalizable, pensada para no ser aplicada– vertebraba también postdemocracia, un Estado autoritario sin división de poderes. Al nosotros somos nosotros no le importó.
10- No es la primera vez, por ejemplo, que se produce ese abuso de poder por aquí abajo. En 2011, miles de manifestantes rodearon el Parlament, momentos antes de que en él se votaran los presupuestos más salvajes del momento. Ese día, al Parlament fue Mas en helicóptero. El Procés se inició en breve. Fue un intento exitoso de que Mas pudiera ir al Parlament sin helicóptero en tanto era uno de nosotros, y nosotros somos nosotros. En el posterior juicio a varios manifestantes, Gene y Parlament se presentaron como acusación. Consiguieron que el juicio fuera en la Audiencia de MAD. No querían fotos de nosotros somos nosotros entrando a denunciar ciudadanos en la Audiencia de BCN. Ese cambio de sede, por si solo, supuso un endurecimiento de penas. En el primer juicio, los acusados salieron libres. La defensa había conseguido imponer el derecho a la manifestación sobre la acusación de atacar instituciones del Estado –supongo que esa será la defensa, cuando la haya, en este otro caso–. Fiscal, Gene y Parlament recurrieron. * Actualmente, ocho manifestantes están en la cárcel. Son presos políticos. Como cualquier rapero. Nadie lleva lacito por ellos. Ellos no son nosotros. Y nosotros somos nosotros. *[No hay todavía presos en la cárcel por los hechos de Aturem el Parlament. Hay ocho condenados, pero la ejecución de la sentencia está suspendida por un recurso al Tribunal de Estrasburgo].
11- Los nosotros-somos-nosotros en prisión y pendientes de juicio por rebelión –por rebelión porque, por ahora, no hay delito de deicidio– son unos irresponsables, unos psicópatas sociales, unos políticos deshonestos, muy parecidos a los que les han encarcelado y con los que, en ocasiones, comparten la responsabilidad de haber construido este nuevo Estado, creado con la reforma exprés del TC y con varias contra-reformas simultáneas. Lo que no excluye que sean también presos políticos. Lo que no excluye que, con criterios robustos de lo que son los derechos y la democracia, deban ser defendidos de lo que se les avecina y no vieron, mientras vivían hipnotizados por el hecho de que nosotros somos nosotros.
12- El viernes 23 de marzo, el día anterior al pleno del canto del chicken, se sucedieron manifestaciones ciudadanas. Convocaban, con descoordinación y en diversos puntos, los Comités de Defensa de la República (CDR) y la ANC. Es importante saber que la ANC estaba como despistada, y que al colgar un tuit para poner punto y final a la mani, la afición empezó a chotearse de ella. En la mani, retransmitida para CTXT por Elise Gazengel / @EliseGaz, los Mossos dejaron de ser la nostra policia, como se gritaba en las manis del 3D y 8D, cuando nosotros éramos nosotros, para pasar a ser la poli de siempre. Conflictiva. Uno de los cuerpos más violentos del Estado. Al periodista Jordi Borràs le dieron para el pelo, as usual, y a Eli una poli le atrapó por la garganta. Lo que no tiene mérito –Eli tiene el cuello bello y delicado de un canario de otro planeta–. La mani perdió intensidad cuando la exnostra policia sacó las escopetas de foam y disparó al aire, esa cosa que lo envuelve todo.
13- En la mañana del día en el que escribo estas líneas, domingo 25 de marzo, han detenido a Puigdemont. Iba a escribir que han empezado a hacer efectivas las euro-órdenes, y que los exiliados irán cayendo, vía método de la fuente y el cántaro, que tanto va a la etc. Pero parece que va a ser antes. En la detención de Puigdemont –por parte de la policía alemana de tráfico– ha participado de alguna manera el CNI, según informa la revista alemana Focus. En los despachos de MAD lo están celebrando –metafóricamente– con un volquete de putas, el modo de celebración oficial más hondo y apasionado, según explicó Granados, expolítico del PP encarcelado por corrupción, y miembro de la tercera generación de dirigentes de la Transi. Una generación que hoy gobierna en Esp y –es un decir– en Cat. Como el chiste del astronauta español, no tenían que hacer nada, salvo dar de comer a los monos. Han apretado, en Cat y en Esp, todos los botones a la vez. Nosotros somos nosotros.
14- Prosiguen, me dicen, entregas de exiliados en otros puntos de Europa. Ponsatí, en Escocia. Ponsatí, tal vez, el único foco de honestidad en el Procés, reconocía hace unas horas, en TV3, que el Procés no había servido para nada. Lo que en nosotros somos nosotros equivale a decir que fue una estafa.
15- Este domingo se han convocado protestas. ANC y CDR. La ANC, tranqui, me dicen. En el Consulado alemán. Alemania, respeto absoluto y protestante a la ley desde 1945, no entiende el Procés ni esta manifestación. Curiosidades antropológicas de una isla: tanto la ANC como algún gran dirigente procesista han animado a manifestarse después de las vacaciones de Semana Santa. Hoy no, mañana / nosotros somos nosotros. La mani CDR es frente a la Delegación del Gobierno. Incluye una poli / mossos más violenta que hace 24 horas, me dice Eli a través de su cuello. Los CDR parecen alejados del procesismo. Me temo que serán duramente reprimidos judicialmente en breve. Y supongo que, también en breve, será el punto en el que nuevas generaciones vertebren la siguiente casilla, diferente, más lenta. Pueden vertebrar a su vez otra emisión de nosotros somos nosotros, o una propuesta de ruptura, democracia y derechos en esta isla y este Estado tan raros, que tan bien vive sin todo eso, al parecer. Sólo con nosotros somos nosotros parece ir tirando.
16- Es necesario un Govern. Me explico. Hay personas que lo necesitan, que necesitan ir en coche azul, que necesitan volver a su pueblo con coche azul mientras hablan por el móvil, y que en su pueblo les observen y comprendan que nosaltres som nosaltres. Diría que, por primera vez desde el 21D, los partidos procesistas han tenido la epifanía de que deben formar Govern o, tras las elecciones, habrá otro nosotros en el Govern. Es posible que lo hagan en breve. Sería un gobierno intervenido, derrotado, que gestione esta descentralización administrativa, que no chulee con chorradas al Estado –cualquier cosa, a estas alturas de partido, es chulería penalizable; cualquier emisión de política al respecto, me temo, será una chorrada; el procesismo carece de posibilidades y ganas de hacer algo que no sea sólo para consumo interno: nosotros somos nosotros–. Carece, se diría incluso, de posibilidades para dejar de seguir cagándola. En el pleno del 24 de marzo, diversos grupos procesistas, verbigracia, dejaron ir que nosotros somos 2 millones. Vamos, que cinco millones son ellos, no nosotros. Es posible que ese Govern, periódicamente, acuda teatralmente a Estremera, a rendir honores a quienes han traicionado. Esas escenas de sufrimientos pueden copar el nosotros somos nosotros sin necesidad de recurrir a la política o, incluso a los hechos, esos engorros. La traición y el honor, en las islas, son cosas que sólo entendemos, al parecer, nosotros. Nosotros necesitamos que nosotros nos hable en clave. Da igual si luego es real o no. Nos vale. Nosotros somos nosotros. Bárbaros, decía el Príncipe de Salina. Dioses, decía también el Príncipe de Salina. Los Dioses son, básicamente, bárbaros.
17- Me voy a la mani de los CDRs. Esa cosa nueva. Les digo.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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