Victoria del feminismo: el congreso argentino aprueba el derecho al aborto
El Senado tiene la última palabra para ratificar la ley. Una marea verde de mujeres ha logrado en las calles superar el primer obstáculo
Josefina L. Martínez 14/06/2018
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Una jornada intensa, en la que todos los ojos estuvieron puestos en el recinto de Diputados. La votación venía muy reñida, con resultado incierto hasta el último minuto. Nunca en la historia del país tanta gente conoció el nombre de los legisladores: este vota a favor, aquel en contra, ese está indeciso, pero en su provincia presiona mucho la Iglesia, aquella todavía no dio su posición. Durante toda la noche –hubo más de 23 horas de debate– se siguieron por televisión las palabras de los diputados, sumando puntos al conteo de votos a un lado y otro del tablero.
En la calle, una multitud mantuvo la vigilia rodeando el edificio del Congreso, cientos de miles de mujeres con sus pañuelos verdes, una marea dispuesta a arrasar con todo. En el país del papa Francisco, el aborto todavía no es legal –ahora la Ley deberá pasar por el Senado– mientras cientos de mujeres mueren cada año por abortos clandestinos, sin condiciones de salubridad. Un masivo movimiento de mujeres exige el derecho a decidir, un reclamo que ya es mayoritario en la sociedad (un 61% lo aprueba, según un sondeo reciente).
La Plaza había amanecido dividida por vallas, de un lado se ubicarían las manifestantes por el derecho al aborto, del otro, las organizaciones ‘antiderechos’, católicas y conservadoras, protegidas por la policía. En las calles, la superioridad numérica de las partidarias de la legalización del aborto fue abrumadora, mientras la otra esquina del ring quedó escuálida.
“Nosotros defendemos la vida”, decía ante las cámaras una señora, mostrando un muñequito de plástico con forma de feto. “Pero si alguno de los dos tiene que morir, que muera la madre”, agregaba, por si quedaba alguna duda.
“¡Ellos se dicen provida, pero no les importa que mueran mujeres pobres por abortos clandestinos!”, respondía un grupo de chicas de 16 años con la cara pintada de verde. Y para concluir, cantaban a coro: “¡Saquen sus rosarios, de nuestros ovarios!”.
La sesión parlamentaria tuvo momentos bizarros, como cuando la diputada antiabortista Estela Regidor quiso dar un curioso ejemplo: “¿Qué pasa cuando nuestra perrita queda embarazada? No la llevamos al veterinario para que aborte, nos lamentamos y salimos a buscar a quién regalarle los perritos”. O el provocador discurso del diputado Alfredo Olmedo, quien dijo que ya estaba “pidiendo un cementerio para las víctimas del aborto”.
Después del contundente triunfo del Sí en el referéndum de Irlanda por el derecho al aborto, el movimiento mundial de mujeres pega un nuevo salto hacia adelante
Después de semanas de movilizaciones, pañuelazos, encierros en facultades y colegios –incluso algunos religiosos–, cortes de calles y fuertes polémicas en los medios, llegó el momento de la votación. Las últimas horas del debate, por la mañana, se vivieron en un clima de infarto, como si se definiera por penales el partido más importante del mundo. Por 129 votos a favor y 125 en contra, se aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Cámara baja. En los alrededores del Congreso y en decenas de universidades y colegios ocupados en todo el país, estallaron los gritos de emoción y los abrazos. Después del contundente triunfo del Sí en el referéndum de Irlanda por el derecho al aborto, el movimiento mundial de mujeres pega un nuevo salto hacia adelante.
Florencia Angilletta es coautora del libro ¿El futuro es feminista? (Le Monde Diplomatique, edición Cono Sur). Consultada sobre los cambios que están ocurriendo en Argentina, nos habla de una “adrenalínica, confusa, compleja, avasallante e irreversible modificación de los estados de la imaginación pública, política y social”.
Transformaciones "que atravesamos y que seguimos atravesando, impulsados por un movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans, cuya genealogía se remonta hace muchísimos años, pero que encuentra en estos tiempos una masividad y una posibilidad de saltar, de trascender, y de construir alianzas, posibilidades de intervenciones con sectores amplísimos de la sociedad, y eso redunda en mayor igualdad para mujeres y cuerpos gestantes".
Aprobar esta ley es importante porque garantiza "una mayor igualdad de las mujeres y los cuerpos gestantes que hoy por hoy abortan en la clandestinidad. Y porque, además, garantizaría una mayor igualdad, de aquellas mujeres y cuerpos gestantes que atraviesan contextos de vulnerabilidad, y que las condiciones de clandestinidad del aborto muchas veces las empujan a poner en riesgo su salud, o incluso, a la muerte", explica.
Angilletta asegura que hay cambios que ya no tienen vuelta atrás: "el debate que se ha generado en torno a la aprobación de esta ley ha posibilitado una discusión muchísimo más amplia sobre los cuerpos y las subjetividades de mujeres, lesbianas, travestis y trans. Está ocurriendo una reconfiguración irreversible, de cambios profundos. No pasa un día en la Argentina, en el que una mujer o cuerpo gestante, no se encuentre con otra y comparta alguna conversación sobre la sexualidad que posiblemente antes de todo este debate jamás se hubiera dado de la misma manera".
Hoy se decide el voto para la legalización del aborto en Argentina. Vídeos de la manifestación en las calles de Buenos Aires de Valentina Sabaté. pic.twitter.com/x941ryUyKa
— CTXT (@ctxt_es) 14 de junio de 2018
El movimiento de mujeres en Argentina tuvo un hito histórico hace tres años, con las masivas movilizaciones por #NiUnaMenos. Este año, el presidente Mauricio Macri, en un gesto oportunista, decidió abrir el debate sobre el aborto en el Congreso, aun cuando él está en contra. Las mujeres ganaron las calles y conquistaron la votación en cada escuela, en cada hospital, en los lugares de trabajo y la plaza pública.
“Hoy no vamos a discutir aborto si, aborto no. No vamos a discutir las creencias religiosas con nadie. Hoy vamos a discutir si el aborto sigue siendo clandestino o va a haber aborto legal para que no mueran más mujeres”, señalaba la diputada de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Izquierda (FIT), Myriam Bergman, antes del inicio de la sesión parlamentaria. “Los mismos sectores que hoy se oponen al aborto son los que todos estos años se han opuesto a que haya educación sexual integral, a pesar de que hay una ley”, decía en referencia a las jerarquías religiosas. El Frente de Izquierda es el único bloque de diputados que ha votado unánimemente a favor del derecho al aborto, ya que todos los demás grupos parlamentarios se han dividido. Un comunicado firmado por algunos referentes del peronismo (PJ) llegó a afirmar que: “el aborto es un elemento ajeno a la cosmovisión justicialista y forma parte inescindible de la cultura del descarte".
Andrea D’ Atri, autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en el capitalismo (Ediciones IPS), celebra la votación en el Congreso como un triunfo de la marea verde, pero advierte que “ahora viene otra batalla, porque el proyecto tiene que pasar por el reaccionario y feudal Senado, donde todo el poder lo tienen los gobernadores, los mismos que obligan a niñas abusadas a convertirse en madres vulnerando todos sus derechos, por sus acuerdos con la Iglesia”. “Pero nosotras tenemos algo que ellos no tienen. Contamos con nuestra decisión, nuestra convicción y nuestra fuerza de lucha. Vamos a ganarlo”, promete. Eso esperamos.
Queremos sacar a Guillem Martínez a ver mundo y a contarlo. Todos los meses hará dos viajes y dos grandes reportajes sobre el terreno. Ayúdanos a sufragar los gastos y sugiérenos temas
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Josefina L. Martínez
Periodista. Autora de 'No somos esclavas' (2021)
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