1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

Carta desde la desesperanza climática

Sólo sabiendo la magnitud de lo que nos enfrentamos podremos aceptar los sentimientos que ello nos provoca, y seguir luchando

Andreu Escrivà 26/09/2018

Brocken Inaglory

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Quería escribir algo distinto sobre cambio climático. Quizá sobre los treinta años del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), sobre cómo han acertado sus predicciones. ¿Y entonces qué? Porque podemos estar contentos, hasta orgullosos, de que la ciencia (universal, verificable, no patrimonializable) haya sido capaz de prever con tanta antelación lo que hoy, para nosotros, es ya una realidad de la que no podemos escapar. Pero es un triunfo con sabor amargo: cuanto mejor ajusten las imágenes que superponen los gráficos de los artículos de los 80 y las mediciones del siglo XXI, peor estamos. Hemos hecho un fabuloso trabajo predictivo y un pésimo trabajo preparatorio. Nos hemos hecho mil análisis de sangre, monitorizando hasta la variable más nimia del torrente sanguíneo, pero no hemos parado de comer bollería industrial, ni hemos salido a hacer deporte, ni hemos dejado de fumar. Nos conocemos las miserias al dedillo. Y claro: como aún seguimos vivos pensamos que podemos seguir haciendo lo de siempre. Keep calm and business as usual.  

Cada dato que sale sobre el calentamiento es peor que el anterior: esto es así, y será así siempre. Lo que está en nuestra mano, eso sí, es decidir cuánto peor

Pero el caso es que no. Hace un par de años escribí un libro titulado Aún no es tarde, sobre el cambio climático. “¿Sigue sin ser tarde?”, me pregunta mucha gente tras leerlo. “Depende de para qué”, contesto a veces. Depende también del día. Porque esto es jodido, y cansado, y frustrante, y ni siquiera quienes entendemos las implicaciones del cambio climático y leemos decenas de páginas al día sobre ello nos comportamos como ciudadanos ejemplares. Algo falla. “Depende”, digo, y es que hay días en los que uno está al borde de tirar la toalla, lo reconozco. Cada dato que sale sobre el calentamiento es peor que el anterior: esto es así, y será así siempre. Lo que está en nuestra mano, eso sí, es decidir cuánto peor. Pero la concentración de dióxido de carbono seguirá subiendo en la atmósfera; los océanos seguirán acidificándose, royendo la vida que ahora los hace bullir; la temperatura aumentando, décima a décima, como una fiebre que no tiene prisa pero tampoco conoce la pausa; la superficie de hielo ártico disminuyendo, alterando aún más el clima; el nivel del mar subiendo, engullendo costas, cultivos, marjales, casas y paisajes. Y esto será así para ti, para todas las personas que alguna vez llegues a conocer y para todas las generaciones que compartan tiempo contigo, incluso aquellas que nazcan el preciso instante de tu muerte.

Hay días en los que lees sobre hielo antiquísimo quebrándose, navíos que surcarán lo que antes era una blancura inmensa e impenetrable, cultivos en el precipicio nutricional. O simplemente alguien ha conseguido visualizar de nuevo, y de qué forma, lo que ya sabemos: que el mundo se calienta aceleradamente. Todo ello aderezado con un escenario sociopolítico poco proclive (vamos a decirlo así) a tomar medidas urgentes y contundentes frente al cambio climático. Y sí, por supuesto, hay que conjugar todo esto con la pereza inmensa que produce debatir algo tan consolidado a nivel científico (afortunadamente, eso sí, cada vez hay más gente dispuesta a rechazar entrar en debates que incluyan a negacionistas del cambio climático).

Así que... ¿Sigue sin ser tarde?

Sí. Pero hay que definir muy bien tarde, y, sobre todo, para qué.

Sigue sin ser tarde para evitar un cambio climático catastrófico. Sigue siendo social y técnicamente posible limitar el calentamiento a los 2ºC que fueron adoptados como “barrera de seguridad” en el acuerdo de París, aunque sea extraordinariamente complejo y difícil (el objetivo de 1,5ºC, pese a que es significativamente mejor que el de los dos grados, es prácticamente inalcanzable). Sigue siendo más que posible quedarnos en 3ºC y no llegar jamás a los 4ºC que el Banco Mundial considera una auténtica pesadilla. Seguimos teniendo la oportunidad de trabajar para adaptarnos a una subida de cuatro grados y mitigar para quedarnos en dos (como cuando estudiábamos para sacar un notable y así asegurábamos el aprobado). Seguimos teniendo una pléyade de opciones delante de nosotros, desde aquellas apoyadas casi exclusivamente en la tecnología (que no nos salvará por sí sola, pero que será siempre necesaria), hasta la modificación drástica de comportamientos humanos en tiempo récord, algo que hemos visto multitud de veces en los últimos dos siglos (desde las conquistas sociales hasta cambios económicos, productivos o de hábitos diarios). Es tarde, y lleva siéndolo mucho tiempo, para revertir el cambio climático –sí, a pesar de mis ganas de creerme a Paul Hawken–. Es un proceso con una inercia tan enorme que sería de ilusos pensar que podemos pararlo en seco. Lo que sí podemos hacer es pisar el freno a tope, abrocharnos el cinturón y asegurarnos de haber comprado un coche con todas las opciones de seguridad. Pero que vamos a chocar –y de qué forma– con el cambio climático es algo que deberíamos asumir ya. Por cierto, ¿os habéis fijado de qué forma la cochecracia está instalada en nuestra sociedad, que no he sido capaz de encontrar un símil mejor que usando uno de los símbolos por antonomasia del deterioro ambiental?

Y no, no es nada fácil. It's very difficult todo esto; incluso hacer humor, lo acabáis de comprobar. Mirad si no este artículo bajonero. Pero bueno, tengo excusa: gran parte de quienes nos dedicamos a esto del calentamiento global (calentólogos, nos llaman cariñosamente los negacionistas) estamos un poco tarados, o deprimidos, o simplemente frustrados. Uno de los últimos números de Nature Climate Change estaba dedicado a ello.

El cambio climático es una mierda, porque hay que lidiar con la sensación de pérdida de futuro, de pasado y presente. De recuerdos, de disfrute actual y de expectativas. Lo cambia todo, como dice Naomi Klein, aunque ella tampoco sea capaz de ofrecer una alternativa coherente y potente. Cambia las reglas del juego, los escenarios, las relaciones de poder. Y lo más importante: las cambia queramos o no. Quedarse aferrados a una realidad fósil puede parecer una vía de escape, pero no lo es. Jack en realidad no cabía en el tablón de madera, porque se hubiese hundido, pero nos gusta pensar que sí, y que Titanic podría haber acabado de otra forma.

Lo que sí está meridianamente claro es que, si no hacemos nada, el escenario alternativo sí se parecerá, con toda seguridad, a una oscura distopía futurista

Cuando hablamos de frenar el cambio climático no nos referimos a cortar en seco ese cambio, sino a dirigirlo. A enfocarlo para que produzca, como resultado y tras mucho esfuerzo (nada de transformaciones mágicas), un mundo menos desigual, en el que los costes del calentamiento se repartan entre todos –especialmente entre quienes más tienen–, donde los países pobres (y los estratos de pobreza en países ricos, cada vez más amplios y dolorosos) no sean fosas sépticas en las que hundir todos los subproductos del calentamiento y los engranajes rotos que necesita la fábrica de riqueza del 1%. Un mundo en el que el calentamiento nos obligue a repensar la energía, el consumo, los cuidados, los indicadores de bienestar, cómo y por qué nos movemos, qué comemos y dónde lo cultivamos. Y no, ese mundo no es una utopía de color de rosa salida de un cuento infantil o un filósofo socialista del siglo XIX. Es un mundo imperfecto y mutable, incierto y aún así, mejor y más deseable. Lo que sí está meridianamente claro es que, si no hacemos nada, el escenario alternativo sí se parecerá, con toda seguridad, a una oscura distopía futurista. Aunque quizás en Blade Runner se equivocaron con aquello de la lluvia, mira tú por dónde.

En días como hoy, en los que las noticias azuloscurocasinegro campan a sus anchas, es difícil mantener la compostura climática, si se me permite la expresión. No derrumbarse. No, no albergo ni un engrudo de optimismo... pero sí esperanza. Una esperanza que nace del hecho de que cada vez más gente es consciente del estado en el que estamos. Que todos empezamos a entender qué pone en esas analíticas de sangre que antes sólo leían los médicos y ahora salen hasta en el informativo: huracanes, sequías, migraciones, contaminación. Esperanza porque sólo sabiendo la magnitud de lo que nos enfrentamos podremos aceptar los sentimientos que ello nos provoca, y seguir luchando. Esperanza también porque, a pesar de todo, el cambio climático no es un juego de solución binaria en el que se gana o pierde, y ello implica que, por muchas ganas que tengamos, tirar la toalla no es una opción.

Cada victoria, por pequeña que sea, es valiosa. Cada cambio de hábito, a nivel individual o colectivo, son gramos o kilos o toneladas de dióxido de carbono que no acaban en la atmósfera. Cada paso en la dirección de un mundo más humano es otro alejándonos de la línea roja de los informes del IPCC que, eso ya lo sabemos, no se equivocan por mucho que cerremos los ojos. Llevan treinta años demostrándonoslo: ¿cuántos más necesitamos para actuar?

-------------------------

Andreu Escrivá es ambientólogo y Doctor en Biodiversidad. Autor de Aún no es tarde: claves para entender y frenar el cambio climático (PUV, 2018), Premio Europeo de Divulgación Científica Estudi General.

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Andreu Escrivà

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Godfor Saken

    "At the heart of the bizarre disconnect between what climate change activists call on everyone to do, and what they’re willing to do themselves, lies the simple fact that most people in the modern industrial world have never really grasped that they themselves are part of nature". John Michael Greer, "The Flight from Nature". https://www.ecosophia.net/the-flight-from-nature/

    Hace 5 años 11 meses

  2. Abel

    muy muy interesante este artículo, pero tengo una consulta, ¿porqué el autor solo describe calentamiento y no calentamiento global como se suele describir al menos en latinoamerica?

    Hace 6 años 1 mes

  3. Joaquin

    Hola Andreu. Enhorabuena por tu artículo. Me gustaría saber tu opinión acerca de los informes realizados por el club de roma en los 70 y sus predicciones, concretamente de Meadows et al, los limites del crecimiento, beyond the limits y los limites del crecimento 30 años despues. Gracias

    Hace 6 años 1 mes

  4. Godfor Saken

    From the book "World on Fire", by Michael Brownstein: Because it's a mistake to think this culture will last much longer. Walking on eggshells, out on a limb, state of denial. Western white noise powered by psychotic episodes dressed up as healthy ambition. Western white noise, how I long to hear the silence behind your posturing. But, unlike me, nature's not impatient. She waits, compassionate, all-knowing. Time means nothing to her. She doesn't care if a million years go by before life's balance is restored. She laughs—you can't hear her laugh but it's everywhere, in the crowding and acceleration, in the epidemics and famines, in the ruined lives—she laughs at the desperate compulsions spewing out of Western white noise's mouth. She laughs at the very disasters which are destroying her. Yes, even my clairvoyant glimpses of revenge, of oil industry meltdown, she views with a trickster gleam in her eye, indifferent to any outcome. She smiles at those working tirelessly for her benefit because she knows their egos are involved in what they say and do. Whereas her power is beyond ego, beyond name and form, beyond individual identity, beyond striving. The great detachment of the Goddess, breathtaking and fearful. The terrible distance from which she churns out and ingests all life—good and bad, beautiful and ugly, vital and sickly, just and monstrous. The indifference of the stars, the galaxies which come and go without explanation, without bias, without a sound. The silence of the Goddess making any witness—even the bravest of all—crumple in awe, "go blind in her presence," as the ancient texts averred. Because she doesn't care the way "you" and "I" care. No matter how bad things get, she knows her survival is beyond influence. No matter the polar ice caps melt, no matter the half-life of nuclear stockpiles leaking into everyone's tomorrow, no matter the disappearance of her precious creatures, her trees and flowers, no matter the poisoning of her air and water, no matter the end times. End times for us is nothing to her, literally nothing at all. Looking us in the eye—her glance that burns our retinas—she reaches under her gown and fingers herself, making herself wet, making herself come, over and over again. Out of her moaning mouth spill unending life-forms, forever taking the place of what disappears. That's all she does, from here to eternity. And we can't believe it, we refuse to accept it, the knowledge of our insignificance pulverizes us.

    Hace 6 años 1 mes

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí