El consumo cultural es uno de los aspectos más valorados por la población española a la hora de alcanzar cotas de bienestar y felicidad altas. Desde acudir a una sala de cine hasta descargarse videojuegos a través de internet, son muchas las actividades de este tipo que se practican en los tiempos de descanso o de ocio. Sin embargo, y pese a su importancia, ni siquiera una décima parte de los presupuestos de los hogares españoles se dedica a estos fines, según datos publicado recientemente por Eurostat: durante 2017, apenas un 7,4% del gasto de los hogares en el país fue destinado a bienes y servicios culturales. El ratio es más de un punto inferior a la media de la Unión Europea, donde el consumo alcanzó en 2017 el 8,5%, lo que deja al país en el puesto 19 dentro del marco comunitario en este tipo de inversión.

Los datos del portal estadístico señalan, además, que el volumen de gasto que los hogares españoles dedican a actividades culturales no se ha conseguido recuperar desde los años anteriores a la crisis: En 2007, las familias destinaban un 8% de su presupuesto a estas ocupaciones. Desde entonces, el gasto fue descendiendo hasta el 7%, para después remontar a partir del año 2014. En los tres últimos año con registro –2015, 2016 y 2017– apenas ha aumentado 0,2 puntos, pese a la mejoría de los datos macroeconómicos y de empleo registrado en el país.

Más allá de estas variaciones en la estadística porcentual, el gasto monetario per capita de los hogares españoles en servicios y bienes culturales sí que se mantenido algo más estable con el paso de los años, si bien la mejor noticia es que permanece congelado desde hace cerca de una década: las familias invierten lo mismo hoy –unos 1.100 euros anuales– en cultura y entrenamiento que en 2007. Los datos de gasto per capita más bajos pertenecen a los años 2012, 2013 y 2014, cuando apenas ascendía a los 900 euros anuales.

En la comparativa europea, estas cifras suponen que los hogares de España gastan cada año 300 euros menos que nuestros socios de la Unión Europea, donde la media alcanza los 1.300 euros para este tipo de actividades, 100 euros más de lo que se hacía en 2007.

De forma individualizada, los países con los hogares que más porcentaje de su consumo dedican a la cultura y el entretenimiento son los nórdicos, con Dinamarca (11,5%), Suecia (11%) y Finlandia a la cabeza. Por el lado contrario, Grecia (4,6%), Rumania (5,8%) y Luxemburgo (5,9%) ocupan los últimos puestos de la lista de consumo.

Pese a la importancia que se da en las encuestas a la cultura y el ocio, en España no solo existe un nivel de inversión bajo en este tipo de bienes en los hogares. También hay importantes diferencias de acceso en función de la renta y el estrato sociocultural de proveniencia: una de cada tres personas pertenecientes a clases altas visita espacios culturales, mientras que apenas un 4% de aquellos que tienen niveles educativos bajos realizan este tipo de actividades.