Radiografía del nuevo salario mínimo
El SMI ha mejorado los ingresos de los trabajadores que sufrieron los peores efectos de la crisis y que llevaban años perdiendo poder adquisitivo
Carlos Vacas Soriano 3/04/2019
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El nuevo salario mínimo interprofesional (SMI) entró en vigor el 1 de enero de 2019, pasando de catorce pagas de 735,9 euros a 900 euros para un trabajo a jornada completa. Esto supuso una subida del 22%, la mayor en más de cuatro décadas, muy por encima de las adoptadas en 2018 (4%) y 2017 (8%), tras haber permanecido el salario mínimo prácticamente estable entre 2009 (624 euros) y 2016 (655,2 euros).
Notables caídas salariales como consecuencia de la crisis
La crisis de la pasada década tuvo un impacto muy fuerte en España, cuya actividad económica sólo empezó a crecer de nuevo en 2015 y recuperó sus niveles anteriores a la crisis en 2017. El impacto sobre el mercado de trabajo ha sido incluso más intenso y prolongado, como demuestran las todavía altas tasas de paro (14% en enero de 2019) y la evolución de los salarios, mostrada en el gráfico 1.
El gráfico muestra la evolución de los salarios reales (que solo progresan si los salarios nominales crecen por encima de la inflación) entre 2004 y 2016 (el índice tiene un valor de 100 en el año 2004, que se usa como base). Los trabajadores por cuenta ajena se ordenan en función de los salarios que reciben y se dividen en 5 grupos de igual tamaño (cada uno incluyendo al 20% de ellos), desde el grupo de menores salarios (grupo 1) al de mayores salarios (grupo 5).
Los salarios reales progresaron entre los años 2004 y 2009, pero mucho más entre los trabajadores con salarios más altos. Luego llegó la crisis y los salarios cayeron entre todos los grupos de trabajadores entre 2009 y 2016, pero muy especialmente entre los de menores salarios (una caída del 15% entre el 20% de los trabajadores con los salarios más bajos).
La pérdida de poder adquisitivo entre los trabajadores peor pagados ha sido notable y prolongada
La pérdida de poder adquisitivo entre los trabajadores peor pagados ha sido notable y además prolongada. Mientras que los salarios reales empezaron a crecer de nuevo tímidamente en 2013 entre los tres grupos de trabajadores mejor pagados, han continuado deteriorándose entre los dos grupos de trabajadores con peores salarios (al menos hasta el hasta el año 2016, el último año para el que existen datos salariales de fuentes estadísticas europeas, por lo que no sabemos aún si este deterioro ha continuado hasta ahora).
Ante esta situación, parece evidente que las recientes subidas del salario mínimo van dirigidas a mejorar los salarios de aquellos trabajadores que han sufrido las peores consecuencias de la crisis económica. Si bien las subidas del SMI en 2017 y 2018 ya fueron superiores a las de años anteriores, el SMI de 2019 es una apuesta mucho más decidida en este sentido.
El SMI en el contexto europeo
¿Es alto el salario mínimo español? No lo parece, incluso en el caso del nuevo SMI, como se deduce de la Tabla 1 que compara su nivel con el de los otros países europeos. España aparece en la posición octava entre los 22 países europeos que también tienen un salario mínimo interprofesional (primera columna, salarios mínimos mensuales prorrateados en 12 pagas). El nuevo SMI (1050 euros) se halla por encima de los países del este europeo y también de otros vecinos del Mediterráneo (Eslovenia, Malta, Portugal y Grecia), pero muy alejado del grupo de los países europeos con mayores salarios mínimos, alrededor y por encima de los 1500 euros (Luxemburgo, Irlanda, Holanda, Bélgica, Alemania, Francia y Reino Unido). Además, hay que tener en cuenta que España se encontraría en una posición más retrasada si se incluyeran también Dinamarca, Finlandia, Suecia, Italia y Austria (que no se incluyen por no tener un único salario mínimo interprofesional, sino varios suelos salariales negociados por los agentes sociales en diferentes sectores a niveles relativamente altos).
¿Podría ser que la posición de España sea mejor si tenemos en cuenta que el coste de la vida es más barato que en los países europeos con mayores salarios mínimos? No. Las diferencias en los salarios mínimos entre los diferentes países se suavizan cuando se tienen en cuenta sus diferencias en el coste de la vida, pero España seguiría ocupando el mismo puesto (segunda columna de la tabla).
Existe un indicador que nos da una mejor idea sobre el nivel del salario mínimo en relación a la situación del mercado de trabajo en cada país: el porcentaje que el salario mínimo representa sobre el salario medio que ganan los trabajadores (tercera columna de la tabla). Los últimos datos oficiales disponibles son del año 2017 y muestran a España a la cola de los países europeos (solo por delante de Grecia), pues el salario mínimo representaba entonces menos del 34% del salario medio español, lejísimos de casi el 50% en el caso francés. Este indicador será en 2019 mayor gracias al nuevo SMI, pero ciertamente no pondrá a España entre los países europeos que están a la cabeza, más teniendo en cuenta que otros países también han subido su salario mínimo en los últimos años.
Existen varias razones para explicar por qué el porcentaje que el salario mínimo representa sobre el salario medio es tan bajo en el caso de España. Por un lado, el nivel del SMI no parece elevado cuando se compara con los países de nuestro entorno. Por otro lado, España es uno de los países europeos donde menos trabajadores reciben salarios alrededor del nivel del SMI, ya que los sindicatos y la patronal acuerdan mediante negociación colectiva suelos salariales en diversos sectores de la economía por encima de los establecidos por el SMI.
Esto significa que la reciente subida del SMI permite reducir su distancia respecto al nivel de los salarios mínimos en los países más desarrollados de Europa y, en la práctica, no es una medida que vaya a afectar a una proporción muy grande de los trabajadores españoles, como vemos ahora.
Una estimación del impacto del nuevo SMI
Todavía no existen datos para conocer el impacto del nuevo SMI sobre los salarios de los diferentes tipos de trabajadores, pero podemos intentar estimar de forma aproximada sus principales efectos basándonos en los últimos datos disponibles en las fuentes estadísticas europeas (la encuesta EU-SILC para 2017, que se refiere a los salarios de 2016).
¿Podemos esperar que el nuevo SMI afecte a muchos trabajadores españoles? No. De entre todos los países europeos, España es uno de los que tiene menos trabajadores ganando salarios cercanos a los niveles del SMI. Por ejemplo, menos del 5% de los asalariados españoles tenían en 2016 salarios alrededor del nivel del salario mínimo de aquel entonces, muy lejos de la mayoría de los países europeos (con proporciones mayores del 10% en países como Portugal, Polonia, Hungría, Chipre o Luxemburgo).
Según esta misma fuente, un 7% de los trabajadores por cuenta ajena españoles recibía salarios que se encontraban entre los niveles del SMI de 2018 y el de 2019. Como España tenía casi 16 millones de asalariados, esto quiere decir que aproximadamente 1,13 millones de entre ellos se verían directamente afectados por la reciente subida del salario mínimo. Esta estimación es bastante cercana a la de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que usando fuentes estadísticas nacionales más recientes calculaba un impacto sobre el 8% de los asalariados, aproximadamente 1,2 millones.
Hay que tener también en cuenta que existen trabajadores que reciben salarios por debajo del marcado por el SMI. Por ejemplo, según las fuentes usadas aquí para el año 2016, un 9% de los trabajadores por cuenta ajena recibían salarios por debajo de los establecidos en el SMI de aquel momento. Ello puede deberse a diferentes razones, como a errores en la recogida de los datos de la encuesta, a que el SMI no afecta a ciertos colectivos (como jóvenes en prácticas) o bien a la presencia de economía sumergida fuera de las normas laborales y donde la precariedad es mayor (y que una encuesta realizada directamente a los hogares sí puede capturar, al contrario de lo que ocurre con los datos de afiliación a la seguridad social o los facilitados por las empresas).
Si sumamos ambos grupos, podríamos decir que un 15-20% de los asalariados españoles estaban en 2016 por debajo del nivel marcado por el SMI de 2019. Sin embargo, no parece que tenga sentido incluir a los trabajadores a los que no parece aplicar el salario mínimo cuando se pretende estimar el impacto del nuevo SMI, incluso aunque algunos de sus integrantes pudieran beneficiarse de él. Por ello, una estimación prudente permitiría afirmar que la reciente subida del SMI afectará a menos del 10% de los asalariados españoles, según se desprende de este análisis y de otros disponibles.
Impacto desigual entre los diferentes grupos de trabajadores
El nuevo SMI va a tener un impacto desigual sobre la fuerza de trabajo, pues ciertos tipos de trabajadores suelen tener salarios más bajos. El gráfico 2 muestra las características de los asalariados que se encuentran por debajo del nivel marcado por el SMI de 2019 y que van a ser por ello los más beneficiados por los aumentos salariales resultantes de su reciente introducción. Según la estimación efectuada aquí, entre estos asalariados hay:
– Más mujeres (casi el 60%) que hombres.
– Una gran mayoría de trabajadores sin educación universitaria (72%).
– Casi tantos con contratos temporales (44%) como indefinidos.
– Una presencia muy significativa de jóvenes entre 15 y 29 años (25%) a pesar de que no son tan numerosos en el mercado de trabajo debido a los largos años de estudio.
– Casi la mitad trabajan en empresas pequeñas de hasta diez trabajadores.
– La mayoría trabajan en sectores como el comercio, hostelería, servicios comerciales y otras actividades de servicios.
– La mayoría pertenecen a las categorías profesionales de trabajadores de los servicios y vendedores de comercios y mercados, profesiones elementales, oficiales, operarios y artesanos de artes mecánicas y de otros oficios y personal de apoyo administrativo.
– Una mayoría de trabajadores de Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana.
¿Contraindicaciones del SMI?
Esta importante subida del SMI mejoraría los salarios de aquellos trabajadores que más lo necesitan y reduciría los relativamente altos niveles de desigualdad salarial en España, que se situaban en la posición novena entre los 28 países de la UE en 2016. Además, existen otros argumentos en favor de esta medida: su efecto positivo sobre el consumo y la demanda agregada que puede empujar el crecimiento económico; el incentivo que suponen para aumentar la productividad de los trabajos peor pagados (para que sean rentables en respuesta al salario más alto) y ayudar a la creación de más actividades de mayor valor añadido.
Alemania y el Reino Unido han adoptado recientemente subidas de sus salarios mínimos que no parecen haber tenido los temibles efectos que muchos pronosticaban
¿Por qué han emergido entonces tantas voces criticando la subida del SMI? El motivo es la posibilidad de que se pierdan puestos de trabajo. La teoría económica clásica advierte que si los salarios mínimos se fijan a niveles demasiado elevados (por encima de la productividad marginal del trabajador), no sería rentable para los empresarios contratar a los trabajadores menos cualificados y productivos, precisamente aquellos a los que en principio el salario mínimo intenta ayudar. En la práctica, la existencia o no de posibles efectos negativos de los salarios mínimos sobre el empleo es uno de los temas académicos más polémicos y estudiados y sobre el que se considera que no hay evidencia concluyente. Sin embargo, los estudios empíricos más recientes coinciden en que las subidas de salarios mínimos no han provocado caídas en los niveles generales de empleo de la economía, si bien algunos estudios han identificado algunos efectos negativos sobre las perspectivas laborales de ciertos trabajadores como los menos cualificados o los más jóvenes.
¿Qué sabemos sobre los casos más recientes en países de nuestro entorno? Alemania y el Reino Unido han adoptado recientemente importantes subidas de sus salarios mínimos que no parecen haber tenido los temibles efectos que muchos también anunciaban en esos países. En 2015, el gobierno alemán llevó a cabo una política muy atrevida consistente en introducir un salario mínimo interprofesional por primera vez en su historia y sus tasas de desempleo han seguido reduciéndose. El Reino Unido viene aumentando su salario mínimo desde el año 2016 de una forma mucho más notable que anteriormente y esto tampoco parece haber resultado en desempleo.
¿Cabe esperar un impacto negativo del SMI sobre los niveles de empleo en España? Sería difícil imaginar un efecto muy significativo en nuestro país, por la sencilla razón de que la proporción de trabajadores que se van a ver afectados por esta medida es pequeña, como hemos visto. Algunas voces ya culparon al nuevo SMI por la caída de afiliación a la seguridad social en el mes de enero, pero la realidad es que este es históricamente un mal mes para el empleo en nuestro país y la caída de afiliación que se produjo en enero de 2019 con respecto a diciembre de 2018 (-1,1%) no fue muy diferente a la que se produjo en años anteriores (-1% en enero de 2018 y 2017; -1,2% en enero de 2016 y 2015), y después los niveles de afiliación crecieron de nuevo en febrero y marzo. Sí que se aprecia una ligeramente menor creación de empleo en todos los meses de 2019 en términos interanuales (comparando la afiliación en un mes de 2019 con el mismo mes de 2018, la afiliación creció un 2,9% en enero, febrero y marzo de 2019, comparado con un 3,4%, 3,5% y 3,3% en los mismos meses de 2018, respectivamente).
En cualquier caso, estos son datos muy generales cuya evolución depende de muchos factores y coinciden con un momento en que la actividad económica está desacelerándose en Europa de forma general. Hay que ser cautos y esperar un tiempo que nos ofrezca mayor perspectiva y datos más detallados de empleo con los que poder hacer evaluaciones más sólidas sobre el efecto del nuevo SMI sobre el empleo y, muy especialmente, sobre las perspectivas de empleo de ciertos grupos de trabajadores como los más jóvenes o menos cualificados. De momento, el nuevo SMI ya ha mejorado desde enero de 2019 los ingresos de los trabajadores con los salarios más bajos que sufrieron los peores efectos de la crisis y que llevaban años perdiendo poder adquisitivo.
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Carlos Vacas Soriano es investigador de la Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo (Eurofound) y doctorado en economía aplicada por la Universidad de Salamanca.
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Carlos Vacas Soriano
Es investigador de la Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo (Eurofound), doctorado en Economía aplicada por la Universidad de Salamanca.
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