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1. Es mejor vivir así. En Bimenes votan 1.110 vecinos. La candidatura Asturianistes saca seis concejales. Hay otros dos del PSOE y uno de IU-IAS. Ni el PP ni Ciudadanos ni Vox tienen representación en el primer concejo que declaró oficial la lengua asturiana. Tampoco Podemos. En Mieres, capital de la cuenca minera del Caudal, arrasa IU-IAS (quince concejales), el PSOE se queda con cuatro y el PP con dos. Podemos, nada. Parecida proporción en Morcín, Riosa, Quirós, Teberga, algo más repartido en L.lena: la montaña central asturiana es el último bastión de Izquierda Unida en esta comunidad autónoma, y casi en todo el reino de España, pero no lo fue siempre. Tradicionalmente esos eran concejos del PSOE, igual que los de la vecina cuenca minera del Nalón, donde el reparto es algo más equilibrado pero también ha subido el apoyo a IU en los últimos ocho años. Era de esperar que la desaparición de la minería se llevara consigo a un PSOE antaño hegemónico gracias a unas redes clientelares sostenidas por el Sindicato de Obreros Mineros de Asturias (SOMA) y gestionadas por el Gran Timonel del sindicalismo asturiano, José Ángel Fernández Villa. Lo que resulta hasta cierto punto sorprendente (y una buena noticia, a mi modesto entender) es que esos concejos hayan encargado a Izquierda Unida (y a sus aliados soberanistas de Izquierda Asturiana) la gestión de una incierta transición a la post-minería y al post-villismo.

2. Parece que fue ayer. La última broma de Villa antes de ser condenado a tres años de prisión por apropiación indebida fue apadrinar al presidente saliente del Principado de Asturias, Javier Fernández, siempre más preocupado por los desafíos del independentismo catalán que por los problemas de la sociedad asturiana y presidente de la comisión gestora que dirigió el PSOE tras hacer caer a Pedro Sánchez en 2016. Los catorce diputados de Fernández se traducen ahora en veinte para su sucesor, el sanchista Adrián Barbón, partidario de la oficialidad del asturiano y responsable de haber propiciado un giro programático del PSOE en esa dirección por primera vez en su historia. Finalmente no habrá reforma estatutaria ni oficialidad para el idioma, salvo conversiones súbitas de última hora, porque el bloque que votaría a su favor se ha quedado a un diputado de la mayoría cualificada para ello, pero las derechas han tenido que tragarse el sapo de que la sociedad asturiana no vota contra la oficialidad sino al contrario: el idioma se muere, pero entre aplausos y cariño.

3. Nada personal. El SOMA gobernó Asturies treinta años, pero el sindicalismo de barricada que representó su contraimagen durante ese mismo período no acaba de ser decisivo para poner ni quitar gobiernos, ni siquiera en el ámbito municipal: la Corriente Sindical d'Izquierda (CSI) fue determinante en la constitución de Podemos en la ciudad más poblada de Asturies, Xixón, y condicionó también que un ayuntamiento con mayoría de izquierdas permaneciera cuatro años más en manos de Foro, el partido de Álvarez Cascos. Conclusión: batacazo de Podemos en Xixón, que pierde la mitad de sus concejales, y paseo triunfal de la candidata del PSOE, uno de los primeros que se da por una ciudad que apenas conoce. Aplausos en sordina, estilo politburó del PCUS.

4. Solamente una vez. Por culpa del capricho de la CSI-Podemos no solo se quedó Foro la alcaldía de Xixón en 2015 sino que también llegó el PSOE a la de Uviéu. El mundo al revés. El tripartito PSOE-IU-Somos Uviéu fue lo más parecido que hubo en Asturies estos cuatro años a un “ayuntamiento del cambio”, por más que se tratara de un parecido muy lejano, casi un simple deseo y apenas la esperanza de poder revertir la mala suerte en 2019. Ha sido peor: Uviéu vuelve a tener un ayuntamiento de derechas. La única buena noticia es que PP y Ciudadanos no necesitan a Vox para gobernar, pero cualquiera que conozca al PP carbayón sabe que la diferencia no es muy grande.

5. Voy a apagar la luz. Desde que Francisco Álvarez Cascos ganó las elecciones en 2011 han sido ocho años de derecha asturiana errabunda y antisistema, pero se acabó. Foro Asturias Ciudadanos, FAC, es historia, pero también es historia su en teoría antagonista natural, Podemos Asturies, quien sin embargo tiene en común con Foro algo más que una foto de archivo en que Carnero y Morala, los dos líderes carismáticos de la CSI, comparten mesa con Cascos en un conocido café gijonés. Foro y Podemos representaban la impugnación del pautu del duernu, el tradicional reparto de poder entre PSOE y PP que se suponía consustancial a la asturianía. De hecho, Foro vivió cuatro años más de lo esperado con respiración asistida por Podemos, y ahora es Podemos el que vivirá otros cuatro con respiración asistida por, paradójicamente, el PSOE, eso suponiendo que entre Pablo Iglesias y Daniel Ripa no se las ingenien para acabar de vaciar el cargador de tanto disparárselo en sus respectivos pies. Nadie, en cualquier caso, asume aquí responsabilidad ninguna: el PP y el PSOE vuelven a estar justo donde estaban antes de 2011, y los que no están donde estaban entonces son los miles de asturianos que emigran todos los años, los únicos que podían cambiar algo en esta tierra donde el único bolero que nadie quiere cantar es Me interesa tu opinión.