Análisis
Un presupuesto que empieza a revertir el austericidio
El proyecto de PGE, presentado por el Ejecutivo, incluye más impuestos a los ricos, más gasto social y productivo. Se queda aún lejos de lo que podía esperarse en base al programa de gobierno
Emilio de la Peña 29/10/2020
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Por fin hubo subida de impuestos. No es la primera vez que esto ocurre, pero sí que esta sea exclusivamente a los que más tienen y a las grandes empresas. Ese es el rasgo que más se ha destacado del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021, presentado por el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos. No por la cuantía de la subida, sino por el gesto. De cualquier manera, el Ejecutivo de izquierdas se ha quedado lejos de lo que podía esperarse a la vista del programa de gobierno. Pedro Sánchez ha prometido que se completará con una reforma fiscal completa, en la que, se supone, llegarán otras subidas.
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Veamos lo que ahora se ha decidido. En el IRPF, los que ganan más de 300.000 euros al año tendrán un tipo impositivo dos puntos más alto en el tramo general, del 45 por ciento al 47. Y a los que ganan más de 200.000 euros se les sube tres puntos del tipo impositivo que se aplica para los dividendos o los intereses, del 23 al 26. Son muy pocos los afectados, tan solo 36.000 contribuyentes, ni el 0,2 por ciento de todos los que pagan el IRPF. El acuerdo entre PSOE y Podemos para formar gobierno era más ambicioso. Establecía que la subida de dos puntos alcanzaría a los que ganasen más de 130.000 euros y cuatro puntos a los que obtuviesen más de 300.000 euros.
En la tributación a las grandes empresas, el Gobierno tampoco ha aplicado lo que proponía hace tiempo: que nunca tributasen menos del 15 por ciento de sus ganancias. Se pretende conseguirlo por otro procedimiento. Las grandes compañías multinacionales españolas apenas pagan impuestos, no más del 6 por ciento. Lo consiguen gracias a que pueden descontarse, al declararlo a Hacienda, todos los beneficios obtenidos fuera de España. El argumento es que ya tributan en cada lugar. Ahora se podrán descontar fuera un poco menos, el 95 por ciento. Parece una subida insignificante, pero con ello se recauda más que con la del IRPF: 1.520 millones de euros frente a los 490 del impuesto sobre la renta.
El presupuesto del año que viene cuenta con un gasto social que representa el 19,6 por ciento del PIB. Es el más alto, al menos, desde 2009
La subida en el impuesto de patrimonio apenas es significativa: dos puntos para los que declaran tener más de 10.000 millones. Lo recaudan las comunidades y pueden dejarlo sin efecto, como el caso de Madrid, donde no se paga. El Gobierno se ha comprometido a que se tribute en todas.
Hay otros incrementos tributarios de menor repercusión. Todos los aprobados suponen 1.862 millones en 2021 y 2.135 en 2022. A ellos hay que añadir los nuevos impuestos aprobados o por aprobar fuera de los presupuestos, que suponen 4.200 millones. Visto así, la cuantía no es tan baja, supera los 6.000 millones de euros.
Otro rasgo de este presupuesto. Tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias se han pasado el tiempo asegurando que acabarían con la austeridad. Y llegado el momento se lo han encontrado hecho. No tuvieron que pelear con Bruselas. Un bicho mortífero, la covid-19, obligó a la Eurozona a dejar sin efecto el pacto de Estabilidad, que es como se llama ese cilicio que ha impedido el protagonismo del gasto público y el crecimiento inclusivo como corrector de las desigualdades.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2021 son raros. Cualquiera que haya tenido la insana costumbre de mirarse las cuentas públicas de años anteriores verá que no se parecen mucho a estas. El gasto total del Estado y la Seguridad Social alcanzan los 456.000 millones de euros, un 20 por ciento más que el año anterior. Y un 28 por ciento más que el último presupuesto del PP. Pulveriza la austeridad con un gasto nunca visto.
Es raro también cuando se mira qué es lo que más sube, cuál es la apuesta de gasto del Gobierno. Para empezar el gasto social es un 10 por ciento más que este año y un 21 por ciento mayor que el último del PP (Montoro decía que era el presupuesto más social de la historia). Y si de ahí se descuenta el gasto en pensiones, el más elevado del presupuesto, pero que apenas depende de la voluntad del Gobierno, sino de pagar a los jubilados, el resto del gasto social aumenta un 47 por ciento más que en 2018 y un 29 respecto a este año. Pero hay un baremo más para determinar en dinero el nivel del gasto social: el porcentaje del mismo en relación a toda la actividad económica del país, el PIB. El presupuesto del año que viene cuenta con un gasto social que representa el 19,6 por ciento del PIB. Es el más alto, al menos, desde 2009.
Los otros capítulos donde se dispara el dinero son los dedicados a apoyar un cambio de modelo económico, como la industria o la digitalización. Una parte importante del dinero llega de la Unión Europea: 26.600 millones de euros. Es la primera entrega del Programa de Recuperación para hacer frente a la pandemia. El fomento de la industria, la investigación y la digitalización y la protección social son las áreas que más dinero reciben de ese llamado Plan Marshall europeo.
Repasamos algunas partidas del gasto:
Las pensiones
Prácticamente no suben, el 0,9 por ciento, que es lo que se espera que suban los precios el año que viene. Este 2020 los precios no subirán nada, incluso podrían terminan bajando. Solo las pensiones no contributivas, extremadamente bajas, que reciben los que no han cotizado, suben el 1,8 por ciento, lo mismo que el Ingreso Mínimo Vital.
El gasto en dependencia
Este, uno de los más vapuleados durante la etapa de recortes, sube un 34 por ciento y un 68 por ciento de los últimos presupuestos, “tan sociales”, del PP. El total contará con 2.354 millones, cantidad todavía demasiado baja, con la que no se llega a cubrir la obligación del Gobierno de aportar la mitad de dinero para dependencia mientras las comunidades aportan la otra mitad.
Pobreza infantil
En España la pobreza alcanza al 27 por ciento de los menores, el segundo país de Europa en este triste apartado. En realidad, en el Presupuesto es una partida pequeña, 159 millones, pero representa un 60 por ciento más que este año.
Las becas
Contarán con 2.090 millones. Cuando se fue, Rajoy acababa de subirlas y su Gobierno presumía de que era la cifra más alta de la historia. La partida era un 44 por ciento menor que ahora.
El acceso a la vivienda
Es el capítulo que más sube de todo el presupuesto, un 368 por ciento. No es de extrañar si se tiene en cuenta que, desde los recortes, apenas se destinaba dinero. Eso en un país donde 160.000 familias han sido expulsadas de sus casas, aún prosiguen los desahucios y los precios de los alquileres se dispararon. La bajada de los mismos por la crisis de la pandemia no compensa ni de lejos las subidas de los últimos años.
El sistema sanitario
Este ha demostrado sus debilidades con la covid-19. Corregir esas carencias impuestas en parte por la austeridad es ahora uno de los empeños de la Unión Europea. Para ello ha entregado a España más de la mitad del dinero destinado en los presupuestos a sanidad. En total cuenta con algo más de 5.000 millones de euros.
La industria
Recuperar la industria, desatendida con la falsa creencia de los poderosos de que es más rentable fabricar fuera, era otra de las condiciones acordadas con Bruselas para la recuperación. También la Unión Europea ha entregado más de la mitad del dinero para ello. Cuenta con 11.200 millones de euros. Además la UE impuso desarrollar la investigación y digitalizar plenamente los sistemas productivos. Para esto, aporta una cifra muy alta. Con ello, se llega a los 11.500 millones. Todos estos últimos capítulos de gasto, dedicados al desarrollo económico, suben entre un 100 y un 150 por ciento.
Las áreas que suben menos
Pero hay áreas que no ven incrementar sus dotaciones de esta manera, y suben de forma modesta. ¿Cuáles? Pues varias de las que en presupuestos anteriores salían muy bien paradas. La Seguridad Ciudadana, es decir, la policía, es la que menos aumenta, el 3,5 por ciento. En el último presupuesto de Rajoy subió el doble. En Defensa, el expresidente popular se despidió con una subida del 10 por ciento; ahora sube la mitad, que no es poco.
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Por fin hubo subida de impuestos. No es la primera vez que esto ocurre, pero sí que esta sea exclusivamente a los que más tienen y a las grandes empresas. Ese es el rasgo que más se ha destacado del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021, presentado por el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas...
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Emilio de la Peña
Es periodista especializado en economía.
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