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La afición reclama su sitio en el nuevo fútbol
En un momento en el que se debaten importantes cambios estructurales, la organización de aficionados SD Europe presenta a la UEFA sus propuestas para dar voz a los seguidores
Ricardo Uribarri 27/10/2021
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Parece claro que el fútbol vive un momento trascendente en el que se puede decidir cómo va a funcionar en los próximos años. Se habla de nuevas competiciones, calendarios distintos, nuevas reglas, llegan nuevos inversores… Los distintos actores que lo componen mueven sus cartas para posicionarse lo mejor posible y no perder su parte del pastel. Y en este panorama que se presenta, ¿en qué sitio quedan los aficionados? Aprovechando que la UEFA ha organizado una convención sobre el futuro del fútbol europeo, la red de organizaciones de aficionados y clubes democráticos SD Europe, de la que a nivel nacional forma parte la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE), ha presentado un documento con recomendaciones en materias como la sostenibilidad financiera, la distribución de los ingresos o el buen gobierno, con el objetivo final de que la voz de los seguidores sea tenida en cuenta a la hora de tomar decisiones que les incumben.
En el grupo de trabajo que han redactado las propuestas están Borja García, doctor en Política, Relaciones Internacionales y Estudios Europeos de la Universidad de Loughborough y miembro del grupo de expertos en política deportiva de la Comisión Europea, e Iban García del Blanco, diputado en el Parlamento Europeo por el Grupo Socialistas y Demócratas y secretario federal de Cultura y Deportes del PSOE. Con ambos hemos hablado en CTXT para conocer la visión que sugieren para el fútbol del futuro.
En relación con la sostenibilidad financiera, Borja García explica que “el control financiero está asumido y aceptado en muchas ligas. Pero nos queda lidiar con un nuevo problema, los clubes estados, que quieren cargarse eso. Tiene que llegarse a un acuerdo para saber cómo puede ser sostenible el fútbol. No se trata solo de tener beneficios, sino cuánto se gasta y en qué. Es necesaria una regulación más dura en el sentido del control de costes, tanto a nivel europeo como local. Si la única manera es que las televisiones paguen más o que los fondos metan dinero, eso no es una industria sostenible”.
Iban García del Blanco coincide en “la necesidad de establecer medidas mucho más exigentes. Creo que necesitamos nuevas reglas. Aquí no vale con que alguien tenga todo el dinero del mundo y lo ponga encima de la mesa para romper el mercado. Se están dando situaciones como que equipos de mitad de tabla hacia abajo de la liga inglesa tienen más capacidad financiera y más ingresos que muchos clubes históricos. Eso está produciendo una descapitalización del fútbol en el resto de Europa y una suerte de burbuja en el Reino Unido”.
Creo que es mejor establecer un modelo cooperativo y ponernos de acuerdo con UEFA. Hay un interés público que tiene que ser salvaguardado
El eurodiputado propone la posibilidad de “plantearse un operador individual público a nivel europeo, como existe en otros ámbitos, que busque el interés general a la hora de tomar decisiones, con reglas muy claras y que sean las mismas para todo el mundo. Es verdad que la UEFA organiza las competiciones y que es una entidad de carácter privado, pero todos coincidimos que el fútbol es algo más, como demuestra que en el Parlamento Europeo estamos hablando sobre su futuro”.
¿Cómo se podría establecer un regulador que limitara el poder en esta materia a un ente privado como es la UEFA? Del Blanco aboga “por el diálogo. Creo que es mejor establecer un modelo cooperativo y ponernos de acuerdo con UEFA. Hay un interés público que tiene que ser salvaguardado. Este modelo actual en el que uno es juez y parte establece las reglas, es el organizador de la competición y a la vez el tribunal… yo creo que no es sostenible mucho más tiempo. Es algo que trasciende a lo puramente deportivo porque hablamos de un ámbito económico que genera muchísimos ingresos, que da imagen al exterior y que proyecta valores, sobre todo para los jóvenes, al interior. Por eso no puede estar sin regular mucho más”.
Uno de los puntos que recoge el documento es que los aficionados deben ser considerados aliados en la lucha por mejorar la gobernanza en el fútbol. Al respecto, Borja García explica que “la participación de los seguidores beneficiaría a los clubes porque los haría más participativos y democráticos. Aportarían más puntos de vista en la gestión desde un punto de vista estratégico o más práctico, como puede ser la política de precios de entradas. Además, pueden proporcionar conocimientos que los dueños de los clubes no tienen por qué tener. Por ejemplo, un conocimiento histórico, de gestión, de saber cuáles son las estructuras de la entidad, de saber qué cosas pueden funcionar y cuáles no. Pueden ser una base de datos para los gestores y un puente de unión con la comunidad”.
García evalúa otros aspectos en los que los que los aficionados pueden ayudar a mejorar la gestión de un club y hacerla más eficiente: “Fomentarían una mejor toma de decisiones a través de la consulta, algo que siempre ayuda porque preguntas a los que van a ser afectados por tus decisiones. Pueden ayudar asimismo en la rendición de cuentas del club y de los dueños. Es importante que una decisión se explique, se evalúe, y saber si ha tenido efecto y si ha sido positivo. Harían una gestión más transparente. Eso generaría que hubiera más confianza y desde un punto de vista económico puede atraer más y mejores patrocinadores; y desde un punto de vista social captar más adeptos y hacer que se desarrolle tanto a nivel local como globalmente”.
Otro punto importante tiene que ver con buscar una distribución más equitativa de los ingresos que genera el fútbol para fortalecer las competiciones. Borja García tiene claro que “hay que reducir el poder de los 15 clubes más importantes, porque se está creando un oligopolio del fútbol de alto nivel. Los intereses de los clubes más poderosos no son siempre los mismos del fútbol en general y desde luego no son los mismos de clubes de mercados más pequeños. Hay que definir si el sistema es de coproducción o uno en el que solo van a sobrevivir los más fuertes. El consenso que nosotros queremos es que sea uno en el que se pueda trabajar conjuntamente desde la punta de la pirámide hasta la base. La situación actual no solo se está traduciendo en un dominio de toma de decisiones y económico, sino también en un dominio deportivo. Desde que la Copa de Europa se transformó en Liga de Campeones en 1992, todos los que la han ganado son clubes que pertenecían a lo que en su día se llamó G-14, luego G-18 y ahora ECA”.
Una vez hecho el diagnóstico sobre este problema y pensada su solución, la pregunta es, ¿cómo conseguir un fútbol más solidario? “La única manera de lograrlo es o a través de que se pongan de acuerdo los clubes, que no se van a poner, o que les fuerce la UEFA, que la llevarían a juicio estos equipos, o a través de una regulación pública. Es complicado, pero siempre va a depender de lo que se necesite. Cuando en España la Liga quería algo y necesitaba un permiso del Consejo Superior de Deportes tuvo que ofrecer más dinero para otros deportes. ¿A nivel europeo cómo se puede hacer? Pues se necesita regulación. Y eso necesita un acuerdo político que no creo que se llegue a dar, pero nosotros consideramos que sería muy importante, porque los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres”.
Al respecto de ese necesario acuerdo político en las instituciones europeas, el eurodiputado Del Blanco señala que “entiendo el escepticismo de algunos sobre la voluntad para alcanzarlo, pero quienes estamos impulsando este debate tenemos que ir sumando voluntades. Hay muchos temas que ahora están entrando en la agenda de la Unión Europea y que hasta hace poco tiempo ni siquiera se habían planteado. El fútbol es un capital importante para la Unión Europea y para muchos países que la componen. Exporta marca al exterior, recauda ingresos… y por eso no podemos ceder tan alegremente la administración y la organización en la práctica a intereses foráneos que sean los que distribuyan los recursos, decidiendo que liga se descapitaliza y cual no”.
Sin una regulación única en Europa, existe la posibilidad de que se produzcan desigualdades entre países a la hora de establecer nuevas medidas. El integrante del grupo Socialistas y Demócratas reconoce que “ese es un peligro cierto. De ahí que sea necesario tener una regulación y unas normas básicas de carácter europeo. Y por eso abogo por un regulador dentro de la Unión Europea. Como en tantas otras cosas en cuanto a los intereses de Europa a nivel global, nos defendemos y protegemos nuestro modelo mucho mejor conjuntamente que individualmente”.
Hay investigaciones que demuestran que los modelos de propiedad de club que son más efectivos son aquellos que tienen la propiedad más diversificada
Uno de los aspectos más importantes del documento de propuestas es el que incide en cómo pueden los aficionados ser parte de la toma de decisiones en los clubes, algo que está lejos de ocurrir en la actualidad. Borja García explica que “hasta ahora los seguidores han sido considerados clientes. Alguien que pagaba la entrada y camisetas y punto. Lo que poco a poco van consiguiendo entidades como SD Europe y FASFE, es que se considere a los aficionados como una parte más de esta industria, tan importante como las demás. Primero, porque son los que ponen dinero, son el corazón del fútbol. En la pandemia hemos visto que el producto no es lo mismo sin los seguidores. Ni estético ni económico”.
García pone el dedo en una cuestión importante, como es la ausencia de los hinchas en los órganos que regulan el fútbol. “Los seguidores no están integrados en los procesos de toma de decisiones, no están integrados en los comités ejecutivos, en los congresos de las federaciones. En la asamblea de la federación española hay representación de todo el mundo, menos de los aficionados. ¿Por qué? En el Comité ejecutivo de la UEFA tampoco están. Creemos que tiene que reconocerse de manera oficial el estatus de los seguidores. Se están dando pasos, pero es importante que esté escrito. Que la nueva ley del deporte en España lo diga. Que los estatutos de la UEFA lo incluyan. Y a través de ahí que se vayan introduciendo en los clubes, porque no están en los consejos directivos. En la Premier League, los clubes tienen que montar un sistema de consulta formal con los grupos de aficionados y tienen que reunirse dos veces por temporada. Pues hacer algo parecido de manera oficial en el resto de los países”.
El experto en política deportiva de la Comisión Europea explica que “hay investigaciones de Universidades, como la de Vigo o de Oviedo, que demuestran que los modelos de propiedad de club que son más efectivos son aquellos que tienen la propiedad más diversificada, porque se gestionan mejor y acaban obteniendo mayores beneficios de sus recursos”.
La realidad, sin embargo, es que una gran mayoría de los clubes europeos son sociedades anónimas deportivas, lo que dificulta la participación de los aficionados en la toma de decisiones que les pueden incumbir de manera directa. Con relación a esto, Iban García afirma que “hay que ver en qué medida se puede acoger a los aficionados en la administración y la toma de decisiones, al menos en las estructurales, de los clubes. Es verdad que en el modelo de sociedades anónimas deportivas hay dificultades para integrarlos, pero también que los que no tienen esa estructura tampoco dan mucha voz a los aficionados, por lo que pienso que es más un problema de aproximación filosófica a como se concibe la administración del fútbol que de carácter legal. Llegado al modelo ideal, seguro que encontramos la forma de arreglarlo”.
En la propuesta también se habla de que “deben tomarse medidas serias hacia la adopción del modelo de propiedad 50 + 1” que la mayoría de los clubes tienen en Alemania y por el cual, los seguidores mantienen la mayoría de los derechos de voto de la entidad. García reconoce que “este sistema lo vemos como el mejor de los que hay. Pero defendemos que por lo menos haya cierto tipo de decisiones que no puedan ser tomadas sin la participación de los aficionados, como son la venta del club, el traslado a otra ciudad, un cambio de estadio, de indumentarias o de escudos. Eso es lo mínimo. Aspirando a lo máximo pedimos que se regule para que el sistema alemán del 50+1 se implemente, pero somos conscientes que es complicado que todos los países adopten el modelo alemán”.
Del Blanco se muestra algo más optimista sobre su posible implantación. “Alemania nos ha marcado el camino desde el punto de vista positivo, aunque antes lo fue por todo lo contrario. Allí se rompió la burbuja y dieron el paso por necesidad tras la mala gestión anterior. El modelo del 50+1 es el que mejor resiste a la entrada de agentes extraños con otro tipo de principios y valores en la gestión del fútbol porque sus aficionados tienen influencia en la decisión sobre distintas cuestiones. Si en Alemania se ha podido y se han establecido reglas muy claras, no veo ninguna razón por la que no podamos hacerlo en el resto del continente”.
El hecho de que Reino Unido ya no pertenezca a la Unión Europea podría impedir que unas futuras normas que regularan los aspectos de sostenibilidad, distribución solidaria y buena gobernanza se pudieran aplicar allí. Sobre esta posibilidad, Iban García afirma que “llegado el caso, es algo que tendremos que hablar con la Premier League. Y creo que tendrían interés en participar en competiciones europeas, porque si no, se descapitalizará su liga. Si vamos conjuntamente somos el pez grande y entiendo que se deberán amoldar desde el Reino Unido a las normas europeas en lugar de lo contrario. Si queremos, tenemos la sartén por el mango”.
Cuando a Borja García se le pregunta si es optimista para alcanzar acuerdos reales que beneficien a los aficionados señala que “creo que su punto de vista si se va a tener más en cuenta, pero es posible que se haga de manera desigual en distintos países. La redistribución económica la veo muy complicada porque hay muchos intereses. Para que eso pase se necesita un impulso político. Es cierto que si hay un momento para que eso ocurra es ahora, porque nunca había visto un apoyo político tan fuerte a una regulación del fútbol. Pero muchas veces hay apoyo político pero poco progreso real. Y temo que cuando llegue el momento real de hacer una directiva, no la hagan y vayamos a estar en lo mismo”.
Parece claro que el fútbol vive un momento trascendente en el que se puede decidir cómo va a funcionar en los próximos años. Se habla de nuevas competiciones, calendarios distintos, nuevas reglas, llegan nuevos inversores… Los distintos actores que lo componen mueven sus cartas para posicionarse lo...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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