CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN
Ideología populista en España. Unidas Podemos
El cambio democrático hacia la supremacía de la voluntad general requiere enfrentarse a la casta formada por la coalición de las oligarquías financiera y económica con partidos políticos corruptos
Eduardo López-Aranguren 24/11/2021
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En España, toda alusión al populismo, cualquiera que sea su origen, contempla con una misma mirada crítica y peyorativa a un “populismo de izquierda”, representado por Unidas Podemos y a un “populismo de derecha”, representado por Vox. Pero el análisis realizado en el libro del que se ha extraído este artículo muestra que la ideología populista debe ser considerada exclusivamente como una ideología de izquierda. A mi juicio, carece pues de sentido hablar de una ideología populista de derecha; la de Vox es más bien una ideología neofascista neoliberal. Pero veamos lo que podría ser un manifiesto ideológico de Unidas Podemos.
Todas las afirmaciones, enunciados, proposiciones, y propuestas en las secciones a continuación sobre la ideología de Unidas Podemos proceden de, o están directamente basadas en, materiales cuyo origen es el propio partido: estatutos, documentos, programas electorales y libros de sus personajes más representativos Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón. Nada en el presente texto tiene su origen en el autor de este artículo ni tampoco en los análisis o comentarios de los muchos políticos, estudiosos, comentaristas o periodistas que se han ocupado de Podemos o de sus líderes.
1. España a partir de 1978
El sistema político creado por la Constitución Española de 1978 ha descansado sobre cuatro grandes pilares: el bipartidismo PSOE-Alianza/Partido Popular, la autonomía regional de las Comunidades Autónomas, el mantenimiento del status quo económico, y la permanencia de la nación en la órbita de los Estados Unidos de América.
El régimen emergido de este sistema político adoptó el modelo neoliberal de desarrollo político-económico basado en los principios de liberalización de la economía y el libre comercio, contención del gasto público social, y reducción de la acción del Estado en la economía a favor de la empresa privada.
En el ámbito estrictamente político, el reemplazo del dictatorial régimen franquista implicaba la recuperación de la democracia. El régimen de 1978 ha ido creando a saltos irregulares por medio de la Constitución y leyes posteriores una democracia limitada, en la que, para empezar, no se ha permitido a los españoles y españolas decidir sobre la naturaleza monárquica o republicana de la jefatura del Estado.
La desigualdad económica se convierte y manifiesta en desigualdad de poder a través del Congreso de los Diputados
La crisis económico-financiera de 2007-08 ha mostrado las deficiencias y carencias del modelo neoliberal defendido por empresarios y banqueros corruptos y por políticos que se comportan como mayordomos de los poderosos, beneficiándose unos y otros de la impunidad que permite el sistema. La respuesta a la crisis por parte de los gobiernos del bipartidismo fue básicamente desplazar sus consecuencias desde el sector financiero (favorecido con la inyección de muchos miles de millones de euros de dinero público aun sin devolver a las arcas del Estado) hacia la gente de este país, que ha venido sufriendo las consecuencias de la precarización del mercado de trabajo, de los recortes salariales, de los recortes y privatización de la sanidad y la educación, de los recortes en los servicios sociales y en las pensiones, de la pérdida de la vivienda con continuos desahucios.
En España, pues, se puede comprobar que no se cumplen los derechos de la ciudadanía que consagra la Constitución: el derecho a un empleo digno, a unas pensiones suficientes, a una vivienda asequible, a una sanidad y educación públicas y de calidad (Programa de Unidas Podemos para las Elecciones Generales del 10 de noviembre de 2019. Introducción: “El país que podemos ser”). Por otro lado, a partir de 2007-08 creció significativamente la desconfianza ciudadana en el sistema político ante los numerosos casos de corrupción en partidos de ámbito estatal y de ámbito regional. Creció la indignación de la población ante la impunidad de que gozaban los corruptos y ante la sumisión de los dirigentes políticos al poder económico. Y a ello se sumaba la creciente crítica a una ley electoral que no respeta la proporcionalidad de los resultados de las votaciones, y a los recortes en derechos y libertades de la ciudadanía aprobados en el Congreso de Diputados. Todo ello ha conducido al cuestionamiento del sistema político existente, que se extendió a partir del Movimiento 15 de Mayo (2011), y ha generado una grave crisis de representatividad –o déficit de representación– que se manifestaba en el clamor popular: “No nos representan” implica la exigencia de que los partidos cumplan realmente con sus funciones y sean plenamente democráticos y responsables (Monedero, 2013). “Democracia Real, Ya” denuncia que lo que hay no es democracia y ciertamente no satisface las necesidades ni los sueños de la gente (Monedero, ibidem).
2. El estado de la nación
El sistema político del 78 y el modelo neoliberal adoptado por los gobiernos del régimen han desembocado en un estado de la nación caracterizado por los siguientes rasgos interrelacionados.
a) Estamos comprobando en España la existencia de una crisis de régimen, el agotamiento del modelo político y social surgido del proceso de transición a la democracia acaecido tras la muerte de Franco en 1975 y la degradación política del país en el contexto de recortes en libertades y servicios sociales y de un empobrecimiento más y más generalizado de la población (Iglesias, 2014 y 2015). La crisis de régimen entraña una “democracia secuestrada” por los poderes fácticos y financieros (Errejón y Mouffe, 2015).
b) En esta sociedad española, en buena medida frustrada, desmoralizada y crecientemente indignada, la dicotomía crucial es la formada por la casta a un lado y la gente al otro. La casta está formada por las oligarquías rentistas, inmobiliarias, financieras y energéticas del país (élites económicas) y por la clase política corrupta. La casta es “los de arriba”, la minoría de privilegiados. La gente es el conjunto de hombres y mujeres de este país que trabajan o buscan empleo, pagan impuestos, viven en una vivienda hipotecada y se esfuerzan por salir adelante en condiciones difíciles. La gente es la mayoría social formada por la ciudadanía del país. En la sociedad española, como en general en las sociedades capitalistas actuales, es consustancial la confrontación y el conflicto en torno la generación y la distribución de la riqueza y el poder, entre la casta de minorías oligárquicas privilegiadas y los ciudadanos que forman la mayoría social.
La casta surge en un proceso de conexión endogámica entre las élites políticas y las élites económicas y financieras, de manera que crecientemente coinciden sus intereses y estilos de vida, conexión rentable y provechosa para ambos grupos. Aparecen así dos fenómenos estrechamente ligados a la existencia de la casta: la corrupción y la impunidad. Por medio de la corrupción las oligarquías económicas consiguen poner al Estado a su servicio. Las puertas giratorias entre el gobierno y los consejos de administración no son sino modalidades de corrupción institucional.. Y estrechamente ligada a la corrupción, la impunidad. La realidad es que la ley no es igual para todos: los delitos cometidos por miembros de la casta, tanto corruptores como corrompidos, quedan con frecuencia impunes.
c) El problema principal en la nación española en la tercera década del siglo XXI que ahora comienza es sin duda la desigualdad en ingresos y riqueza ligada a la desigualdad en poder. Desde la crisis de 2007-08 España es el segundo país de la Unión Europea donde más ha aumentado la desigualdad económica, hasta llegar a la distancia siguiente: en la año 2016, el 1,00 por 100 de la población – los super-ricos – acaparaba un 25 por 100 de la riqueza del país, mientras que el 20 por 100 más pobre solo poseía el 0,1 por 100 de la riqueza (Programa de PODEMOS para las elecciones del 10 de noviembre de 2019. Sección “Garantías de Justicia Fiscal). Y la desigualdad ha aumentado con la crisis ligada a la extensión de la pandemia de la Covid-19.
Existe una muy íntima relación entre la desigualdad en el ámbito económico y la desigualdad en el ámbito político. La desigualdad económica se convierte y manifiesta en desigualdad de poder a través del control de la institución crucial del Estado, el Congreso de Diputados. De ahí la denuncia popular “No nos representan”. La desigualdad de poder implica para el pueblo la incapacidad de lograr un cambio radical y democrático en este estado de cosas. El conflicto nace de la desigualdad y el conflicto es lo que pone en marcha el cambio en las sociedades. En suma, el motor de la historia es la desigualdad. (Monedero, 2013 y 2018).
3. Propuestas principales para el cambio
Unidas Podemos (en adelante, partido UP) se propone “construir la democracia”: arrebatar el poder a las elites que lo acaparan para repartirlo entre el pueblo con el fin de conquistar la libertad, la igualdad, la soberanía, y recuperar la solidaridad. En esta invitación general al cambio de régimen, el partido UP está guiado por dos principios fundamentales señalados en el artículo 2 de sus Estatutos: promover la participación democrática del pueblo en la decisión y ejecución de las políticas públicas y promover la aplicación efectiva de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El partido UP quiere contribuir al proceso de empoderamiento del pueblo con el objetivo de que la gente adquiera la capacidad de determinar su propia vida por medio de la participación directa en el proceso político y social. Un paso crucial en este esfuerzo es profundizar en la presencia del partido en el parlamento y en el gobierno, para lo cual es necesario el voto de la gente. UP. Cuanto mayor sea la fuerza parlamentaria del partido UP mayor será su impacto en la profundización democrática a lo largo de dos dimensiones: por un lado, la recuperación de derechos que han perdido los ciudadanos desde la crisis de 2007-08; y por otra parte, el logro de una respuesta eficaz a demandas relativas a derechos sociales, justicia fiscal y solución negociada del conflicto territorial.
El cambio democrático hacia la supremacía de la voluntad general requiere enfrentarse a la casta formada por la coalición de las oligarquías financiera y económica con partidos políticos corruptos
La supremacía de la voluntad de una minoría de privilegiados debe ser reemplazada por la supremacía de la voluntad popular: que sea la gente la que tenga la capacidad de determinar su propia vida por medio de la participación directa en el proceso político y social (Documento Político). Se exige, por tanto, “garantizar la celebración de referéndums vinculantes”, entre otros un referéndum sobre la forma de Estado, así como la “obligatoriedad de ratificación democrática de los cambios constitucionales” y el “derecho a decidir” , es decir, el derecho de los distintos pueblos a constituirse como tales y decidir democráticamente su futuro (Programa para las Elecciones al Parlamento Europeo de 2014). De acuerdo con el principio de democracia participativa, se necesita un marco normativo que facilite las iniciativas de la gente: iniciativa legislativa popular, iniciativa de veto popular, iniciativa de consulta popular. Y también hay que reformar la legislación electoral de 1985 y 2011 para corregir el valor desigual de los votos, que beneficia a los partidos grandes del bipartidismo y perjudica a los partidos pequeños de ámbito nacional (Programas Elecciones Generales de 2015, 2019).
El cambio democrático hacia la supremacía de la voluntad general requiere enfrentarse a la casta formada por la coalición de las oligarquías financiera y económica con partidos políticos corruptos. Son necesarios y urgentes, primero, un Plan Nacional contra la Corrupción y para la Transparencia de las instituciones; segundo, un Plan Integral de lucha contra el Fraude y la Elusión fiscal; tercero, ambos planes deben incorporar un conjunto de medidas para combatir la Impunidad.
La lucha contra la corrupción, el fraude fiscal y la impunidad, la lucha en defensa de los derechos humanos y de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales del pueblo solo tendrá éxito cuando haya un Estado fuerte plenamente legitimado por un apoyo electoral masivo de la ciudadanía.
La principal emergencia social actual en nuestro país es la lucha contra la desigualdad. La desigualdad es, ciertamente, un complejo problema multidimensional: económico (de renta y riqueza), político (de poder e influencia), social (discriminación) y territorial (desequilibrios entre regiones y provincias). Tal realidad exige indicar las propuestas de cambio y transformación separadamente para cada ámbito. Limitándonos, por razones de espacio, al ámbito económico, la principal propuesta es una reforma fiscal integral para que el Estado obtenga los recursos necesarios para invertir en servicios públicos y servicios sociales orientados a mejorar la situación económica del 20 por ciento de la población con menos ingresos, eliminando los privilegios fiscales de una minoría.
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Este artículo es un fragmento de El populismo y la ideología populista en España (Editorial Popular, 2021).
Eduardo López-Aranguren fue catedrático de Sociología en la Universidad Carlos III.
En España, toda alusión al populismo, cualquiera que sea su origen, contempla con una misma mirada crítica y peyorativa a un “populismo de izquierda”, representado por Unidas Podemos y a un “populismo de derecha”, representado por Vox. Pero el análisis realizado en el libro del que se ha extraído...
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Eduardo López-Aranguren
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