simbolismo rojiblanco
La rebelión de la afición ninguneada
Cansados de ver cómo se les imponen símbolos con los que no se identifican, numerosos colectivos de seguidores del Atlético ponen en marcha iniciativas para hacer oír su voz ante los dirigentes del club
Ricardo Uribarri 24/06/2022
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Hartos de que les cambiaran de estadio sin consultar. De que les sustituyeran el escudo por un logo sin preguntarles. De que quieran hacer pasar como leyendas a exjugadores que pagan con desprecio el apoyo y el cariño que recibieron en el pasado. Y de ver como cada año la camiseta de su equipo se convierte en terreno propicio para que algún creativo experimente sin ningún respeto a la historia, la afición del Atlético de Madrid ha decidido hacer oír su voz para demostrar su oposición a muchas de las cosas que les vienen impuestas por parte de los dirigentes del club. Un movimiento basado en la idea de que defender los símbolos sobre los que se sustentan los sentimientos es igual de importante, o incluso más, que la búsqueda de un éxito deportivo o de un rendimiento económico.
El diseño de la primera equipación del equipo colchonero para la próxima temporada ha sido la gota que ha derramado un vaso que lleva llenándose desde hace años. Las clásicas rayas rojiblancas verticales se han convertido en unas líneas en curva desde los hombros hasta la cintura que nada tienen que ver con la camiseta tradicional atlética. Si en años anteriores los aficionados ya tuvieron que aguantar composiciones más que cuestionables, con rayas en diagonal asemejando zarpazos o rayas difuminadas con salpicaduras rojas en las zonas blancas, la nueva camiseta ha indignado a muchos seguidores, que cada vez se sienten menos identificados con ella. La justificación del club para aprobar esa idea no puede ser más peregrina: rendir homenaje al río Manzanares, junto al que se situaba el antiguo Vicente Calderón, plasmando en la tela las curvas de su curso.
Pero, como decimos, el vaso de la indignación se ha ido colmando poco a poco. Por ejemplo, con aquel cambio de escudo realizado hace cinco años y medio, que causó un gran malestar en buena parte de la masa social rojiblanca, una situación que, según sus diseñadores, “se pasaría en poco tiempo”, pero que sigue vigente en la actualidad, o con la instalación de un paseo de leyendas en las afueras del Estadio Metropolitano en el que, bajo el único requisito de haber jugado 100 partidos con el Atleti, aparecen muchos jugadores que son cualquier cosa menos leyendas para los seguidores atléticos, más que por los escasos méritos futbolísticos acumulados, que también, por haber tenido tras su marcha actitudes o palabras poco afectuosas hacia la institución.
Todo eso ha terminado por provocar que numerosas peñas y colectivos rojiblancos, además de muchos seguidores a nivel particular, se hayan adherido a un comunicado mandado al club en el que, bajo el lema “Movimiento por la recuperación de los símbolos atléticos”, se pide a los responsables de la entidad tres cuestiones concretas: que se realice una votación entre los socios rojiblancos para ver si se quiere volver al escudo anterior; que se respete en el futuro el diseño tradicional de la primera equipación del equipo; y que se cambie el nombre de Paseo de Leyendas por Paseo Centenario a la vez que el criterio para ser incluido en él. Los promotores de esta iniciativa han dado incluso un paso más, creando la nueva plataforma Despierta Atleti, compuesta por más de 150 peñas y colectivos, cuyo objetivo es defender los símbolos del club y que la masa social sea escuchada por los dirigentes. De forma paralela, un grupo de aficionados ha llevado a cabo una iniciativa a través de redes sociales con el lema #contracamiseta, diseñando una camiseta del Atlético más tradicional que van a poner la venta con fines benéficos “como respuesta a la agresión a la historia llevada a cabo por los dueños de la entidad y para honrar el pasado”.
Ante la repercusión alcanzada por la protesta de los aficionados, a Miguel Ángel Gil Marín, máximo accionista de la sociedad anónima que es el Atlético de Madrid, no le quedó más remedio que aceptar una reunión con representantes de distintos colectivos de la masa social rojiblanca celebrada hace unos días. Los compromisos allí alcanzados no fueron muchos. Apenas la intención de crear una comisión consultiva integrada por aficionados que pueda llevar a los dirigentes el sentir de la afición y la promesa de cambiar la denominación del Paseo de Leyendas. La Unión Internacional de Peñas del Atleti hizo un comunicado tras esa reunión en el que afirmaba que algunos de los temas a tratar por esa comisión serían la posibilidad de llevar a cabo un referéndum para decidir sobre el escudo y también tener en cuenta la opinión de los aficionados a la hora de elegir el diseño de las camisetas. En una carta enviada a los abonados tras ese encuentro, Gil Marín decía textualmente que esa comisión se creará “con el fin de consensuar decisiones relevantes en este sentido, como futuros diseños de camisetas y otros productos, así como debatir sobre aspectos relativos a nuestra historia y símbolos que nos representan”.
Queda por ver realmente si el máximo accionista está dispuesto a aceptar las peticiones de la hinchada o si esto ha sido un simple mecanismo de defensa para ganar tiempo con la esperanza de que el asunto vaya quedando en el olvido. Hay aficionados que, conociendo el historial del dirigente, son bastante pesimistas y creen que no se va a conseguir nada, especialmente en las cuestiones relevantes del escudo y de la camiseta. Sin embargo, mal haría el CEO de la SAD si cree que los seguidores se van a quedar callados. A estas alturas debería haber aprendido que hay muchos que no están dispuestos a ello.
Y habrá quien diga que Gil Marín y Cerezo son los dueños del club (recordemos que ilegítimos, según una sentencia del Tribunal Supremo, y que solo la prescripción del delito les libró de una condena), y que no tienen porqué consultar cada decisión que tomen. Cierto. Tan cierto como que no se entiende que unos dirigentes gestionen una sociedad de espaldas a su clientela. Y más en un club que presume de su afición y que la considera uno de sus activos más importantes. Ya sabemos que las grandes entidades deportivas buscan expandirse a nivel internacional, llegar a más mercados y conseguir más vías de financiación. Pero eso no puede ir nunca en contra del grueso de tu masa social. La que tienes más cerca, la que se deja el dinero todos los años, la que va al campo cada día, la que se desplaza por España y el extranjero para apoyar al equipo. ¿De qué les vale a los responsables del club sacar productos que apenas van a tener salida comercial porque no son del gusto de la mayoría de los aficionados? Cualquier multinacional hace estudios con potenciales consumidores antes de sacar un artículo para ver su aceptación. ¿Por qué no lo hacen los clubes de fútbol? La polémica suscitada en el Real Valladolid con el cambio de escudo decidido por los dueños sin consultar a los seguidores es otra muestra de ello.
Cualquier responsable de un club tiene tres grandes áreas de las que preocuparse: la gestión deportiva, la gestión económica y, tan importante como las anteriores, la gestión del sentimiento. Es precisamente en esta última donde más tienen que ir de la mano con los aficionados, para los que su club es algo fundamental en su vida. Presumía Gil Marín en su carta de llenar el nuevo estadio de guiños al pasado, de colocar en el exterior lemas y símbolos que unen a la hinchada, pero esos gestos no son suficientes. En cuestiones relevantes, como mudarse de estadio, cambiar un escudo, los diseños de las camisetas, el himno, o definir qué exjugadores son leyendas, tienes que ir de la mano de la afición. Imponer no es la solución, porque te puede pasar lo que está ocurriendo ahora. Que te encuentras con una rebelión en tu propia casa. Hay que explicar, ofrecer argumentos, dar opciones, implicar a la gente en el proceso y todo serán ventajas. Las aficiones se lo merecen.
Hartos de que les cambiaran de estadio sin consultar. De que les sustituyeran el escudo por un logo sin preguntarles. De que quieran hacer pasar como leyendas a exjugadores que pagan con desprecio el apoyo y el cariño que recibieron en el pasado. Y de ver como cada año la camiseta de su equipo se convierte en...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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