1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

ASTROS DEL FÚTBOL

El jugador que nos habíamos perdido está acá

De Messi recordaremos a Messi, aunque acaso haya todavía una jugada maravillosa que aparecerá en breve, en el diciembre argentino que siempre explota, cuando ojalá sepa cuánto pesa la Copa del Mundo él también

Ignacio Fusco 10/12/2022

<p>Messi celebra el pase a cuartos de final del Mundial de Catar.</p>

Messi celebra el pase a cuartos de final del Mundial de Catar.

messi.com

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Cuando Maradona le grita a Kusturica “¡qué jugador que nos perdimos!”, lo que ninguno de los dos sabía era que ese jugador ya existía, ya había debutado, ya estaba ahí; simplemente debían pasar unos cuantos años (el documental del serbio se estrenó en 2008) para comprobar que esa teoría podía acercarse a la verdad. La teoría: cómo hubiera sido un Maradona sin la explosión de las fiestas, “sin cocaína”, hasta dónde hubiera llegado un hombre sin ese fuego negro que a él lo quemó adentro y al que cada tanto exorcizaba con ideas como –un ejemplo– llegar a un entrenamiento de Boca manejando un camión. Cómo hubiera sido, cómo, un crack industrial, obediente, fabril. De la mansión a la cancha y de la cancha a la mansión. La respuesta ha llegado ahora, 14 años más tarde, en Oriente Medio, y ese jugador se llama, obviamente, Lionel Andrés Messi.

No hay un solo hombre que haya hecho lo que está haciendo el capitán de la Selección Argentina, a los 35 años y medio, en un Mundial. No existe, no lo hay. Zinedine Zidane, el monje karateca que la rompió toda con Francia en 2006 (quizás el único que se le acerca), recién había cumplido los 34 cuando jugó la final. El Diego Rocky –el Maradona Balboa del Mundial 94– tenía entonces 33. Platini se retiró a los 32. A la edad en la que Messi imantó polacos y australianos, Ronaldinho jugaba en el Querétaro, en México, y en el Cosmos de los Estados Unidos estaba Pelé. En el Mundial de Rusia, cuando le metió tres goles a España, el cyborg portugués, Cristiano Ronaldo, tenía 33. Justo a esa edad se retiró el otro, el Ronaldo campeón del mundo, en el Corinthians de Brasil. Nadie, ninguno, pasados los 35, enjaulado entre rivales que se preparan como astronautas para competir, hizo esto que hace este animal: salir del tiempo, olvidarlo, intentar las apiladas y gambetas que hacía en 2014, cuando el dólar estaba a ocho pesos, y que le salgan igual. Lo que sucedió en el 2-1 a Australia debe haber sido una publicidad encubierta para Marvel y sus multiversos. En un mismo partido jugaron el Messi de los 19 años, el de los 25, el de los 33.

No hay un solo hombre que haya hecho lo que está haciendo el capitán de la Selección Argentina, a los 35 años y medio, en un Mundial

“Esto es vivir. Ésta es la manera de sentir un Mundial (…) Porque yo sentía, en esos últimos diez minutos, con el 2-1, que era yo el que la tenía que tener. Los demás tenían que dar vueltas alrededor mío, mostrarse, correr, pero la pelota era mía, la tenía yo. Me llamaba. Por todos lados. Tenela vos”.

La expresión, maravillosa, no es de Messi tras el duelo de octavos: es de Maradona, la misma noche del 2-1 a Nigeria en el Mundial 94, charlando con el periodista Adrián Paenza en una entrevista exclusiva para Canal 13. “La pelota, en vez de la marca, tenía mi nombre. Decía: ‘Diego, Diego, Diego…’”. Todo ese embale –todo ese amor– se perdió después en las tinieblas de la historia porque apenas unas horas más tarde, al otro día, llegaría el descubrimiento masivo de la palabra efedrina, el silencio pandémico en las calles de la Argentina y la segunda exclusiva con Paenza, la que nuestra cultura no puede olvidar: “Me cortaron las piernas, ¿sabés?”. Aquel partido, el de Nigeria, había sido la última vez –según la empresa de datos Opta– que un jugador mayor de 33 años había logrado al menos cinco gambetas en un mismo juego de un Mundial. Eso, hasta que hace unos días llegó Polonia, en la fase de grupos, y Messi hizo lo mismo con dos años más. Una nueva línea se ha abierto en el tiempo. El jugador que nos habíamos perdido ya está acá.

Y acá es donde entra su propia historia. Su tragedia. Una travesía que empezó con una derrota y una noticia falsa. Con su bronca. Con una explosión.

El primer partido que Messi jugó en el ciclo de Lionel Scaloni fue en Madrid. En marzo de 2019 (año uno antes de la pandemia) la Selección perdió 3-1 contra la Venezuela de Rafael Dudamel. Ese día debutó Lisandro Martínez en la Mayor. Pity Martínez fue titular (arriba, con Messi y Lautaro) y en el segundo tiempo entraron (hablando de multiversos) Walter Kannemann, Roberto Pereyra, Domingo Blanco, Matías Suárez y Darío Benedetto. Iván Marcone y Matías Zaracho estuvieron en el banco también. Cuatro días después el equipo se enfrentó a Marruecos (el partido se jugó en Tánger), pero Messi no viajó: un dolor en el pubis le impedía jugar. Entonces, zócalo rojo, último momento, atención: el periodismo industrial, indignado por que el delantero se había bajado, lanzó a la arena pública su furia hacia a ese tipo que tantas veces no le había rendido a nuestra querida Nación. Ya harto, Messi le mandó un mensajito al periodista Pablo González, de TyC Sports, que en ese momento tenía un programa de radio con Martín Souto, ahora en ESPN. “Llamame ahora”, le escribió. La producción lo llamó y, al aire, una mañana argentina, con el canal Todo Noticias transmitiendo la entrevista en un urgente dúplex, en vivo, apareció el Messi de verdad: el que putea, el que se calienta. El que dice boludo. El que dice petacular.

Una mañana argentina, con el canal Todo Noticias transmitiendo la entrevista en vivo, apareció el Messi de verdad: el que se calienta

“Ya se hizo costumbre mentir, pegarme, decir cosas sobre mí. Me pegan cuando estoy, me pegan cuando no estoy (…) Cuando yo decidí volver a la Selección tuve mucha gente en contra: familia, amigos… Muchísima gente me decía: ‘Pero no vuelvas más. ¿A qué vas a volver? ¿A que te maten, a sufrir?’. Mi hijo, ¡mi hijo!, de seis años, que ya entiende, me dice: ‘¿Por qué te matan en Argentina, papi? ¿Para qué vas a la Selección?’”.

Todo eso pasó después del primer partido de Messi con Scaloni. El primero. Otra Selección comenzaba, pero él seguía igual. Para colmo, ese mismo año, tres meses después, el equipo cayó en semifinales de la Copa América contra Brasil. Otro golpe. Otro fracaso. La piedra rodando hacia abajo una vez más.

–¿Vos te das cuenta de que si perdemos –le dice Rodrigo De Paul a Alejandro Gómez, el Papu, en la concentración argentina, la tarde previa a la final de la Copa América 2021 contra Brasil– éste capaz no vuelve más?

“Éste”, dice De Paul, y cabecea hacia donde está, ahí solo y calladito, Lionel.

La tragedia del jugador más fabuloso de todos ha sido siempre la Selección. En el país de Maradona, Housemann, Bonavena y Monzón, cada deportista ha tenido la suya. Hay algo, una fuerza negra, contra la que no se puede navegar. Todo será maravilloso, sí, pero esto no. Es la cláusula roja en el contrato, el pacto, la condición. “¡No! ¡Yo lo voy a seguir intentando, yo quiero ganar!”, se emperraba Messi en aquella entrevista radial. Es algo más insólito que sus récords lo que ha sucedido entre 2021 y este 2022: finalmente hubo un chico de 34, 35 años, que le ganó a su propia tragedia. Décadas de haters, cuatro finales perdidas: justo donde había nacido no le profesaban tanto amor. Pero lo logró. Aquel zurdito de flequillo flogger que no cantaba el Himno finalmente lo logró.

“Después del 3-0 a Venezuela que jugamos por las Eliminatorias en la Bombonera –cuenta Pablo Aimar en el documental Sean eternos– le dije a Leo algo que le había escuchado contar a Michael Jordan en sus últimos años de carrera”.

Lo que Jordan había dicho era que durante 1998 y 1999 –cuando ganó su quinto y sexto anillo con los Chicago Bulls– él jugó cada partido para los hinchas que ese día, en el estadio, quizá lo verían por última vez. Para ellos, o para los que recién entonces vivían la experiencia de tenerlo ahí cerquita en una cancha –y tal vez ya no hubiera otra. Yo soy esto. Así juego. No me olviden. No lo olviden más.

La tragedia del jugador más fabuloso de todos ha sido siempre la Selección

–¿Sabés? –le dijo Aimar a Messi en un vestuario de la Bombonera– Vos acabás de hacer lo mismo recién.

Y lo mismo hizo contra México. Y contra Polonia. Y contra Australia. Ojalá el viernes lo pueda hacer también.

Eso sí: pase lo que pase ante Países Bajos, algo se ha movido por suerte en la patria comunicacional. El capitán ya tiene un respaldo de influencers y youtubers que crecieron con él (Coscu y Momo tienen 31 años, Luquitas Rodríguez 30, Ibai Llanos 27), y que –como justamente les pasa a Leandro Paredes, Dibu Martínez, Julián Álvarez, De Paul– eran apenas adolescentes mientras el enano se mandaba sus maravillas; entonces, ya flasheados, no les influirá en nada qué dirán –qué gritarán– los representantes del panelismo niembrista (ver Toti Pasman), o qué hizo Maradona en el 86. Leo es su Diego. Es su generación la que le ha bajado el volumen a esa horda de hinchas argentinos +40 que durante años celebró –o más que celebrar, se aliviaba– cada vez que un defensor paraguayo le robaba la pelota a Messi en un partido de Eliminatorias en Asunción: viste que no era tan bueno, a mí no me iba a cagar. ¿Se acuerdan? Eso se decía. En el país de la avivada, Messi había pasado a ser una trampa más. Yo sabía, se repetían. No es Diego. No bardea. No se rebela. No se parece a vos. No se parece a mí.

Y entonces, porque el problema ha sido siempre nuestro, a diferencia de negarlo tres veces, lo quisimos tres veces nada más: cuando lloró y dijo que renunciaba (porque si hay algo que entendemos es el cansancio, la frustración), cuando trató de corrupta a la Conmebol (una vez que pensamos lo mismo) y, finalmente, cuando –al fin– ganó. A Brasil, y en Brasil. Porque tenía que ser a Brasil, y en Brasil. A Perú en Ecuador quizá no se hubiera valorado tanto.

Éste de Qatar es el primer Mundial en el que somos, ante todo, hinchas de él. El primero. Han pasado 16 años y una final del mundo en el medio y recién ahora –ingratos, porque ganó– Messi vive un torneo al que ya de entrada viajó liviano, ya mural, ya querido, sin la némesis de Fiorito encima suyo. Y aunque de Maradona recordaremos siempre el gol en el que se gambeteó a medio imperio, ¿qué jugada recordaremos de Lionel? ¿No es verdad que son tantas que se mezclan, se repiten, se confunden, como si la que apareciera ahora borrara la anterior? De Messi recordaremos a Messi, aunque acaso haya todavía una jugada maravillosa que aparecerá en breve, en el diciembre argentino que siempre explota, cuando ojalá sepa (ojalá por favor sepa) cuánto pesa la Copa del Mundo él también.

--------------------------

Este artículo se publicó originalmente en Anfibia.

Cuando Maradona le grita a Kusturica “¡qué jugador que nos perdimos!”, lo que ninguno de los dos sabía era que ese jugador ya existía, ya había debutado, ya estaba ahí; simplemente debían pasar unos cuantos años (el documental del serbio se estrenó en 2008) para comprobar que esa teoría podía acercarse a la...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Ignacio Fusco

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. ecac

    Es el mejor jugador del mundo del fútbol en plena segunda década del siglo XXI con 35 años; Argentina-Campeón en acullá.-Brasil, ya no es la que era con Pelé y compañía; la actual, a pesar de ser autóctonos, son futbolines euros peseteros mercenarios, seleccionados por "Actividades Crematísticas Sumergidas en el irreal Madrid Florentino-Casa Oficial Apuestas CODERE"-Paga triple dijo en cierta ocasión el jugador brasileño CASIMIIRO; siempre que gane "Madrid Futbolines Club ACS-Millonarios".

    Hace 1 año 7 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí