1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

ALEJANDRO GÁNDARA / ESCRITOR

“Finales honrosos hay pocos, pero hay que intentarlo”

Esther Peñas 24/02/2023

<p>Alejandro Gándara, en un vídeo de la Escuela Contemporánea de Humanidades.</p>

Alejandro Gándara, en un vídeo de la Escuela Contemporánea de Humanidades.

YouTube

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hay un territorio de la memoria que nos recuerda qué altura puede alcanzar el corazón, qué simas de desesperación y qué intensidad de fulgor. Un recuerdo que contiene la imagen en la que, por vez primera, se nos rompe. Un aprendizaje en el que todo fue extremo, la gloria y la catástrofe, la alegría y la angustia. De alguna manera, gracias a él ganamos la inmortalidad. Y perseveramos en su delirio. Alejandro Gándara (Santander, 1957) se adentra en esa geografía con su novela Primer amor (Alfaguara), construyendo una narración sencilla y hermosa sobre un asunto (acaso el asunto) radical.

El primer amor, ¿es siempre el cronológico?

El cronológico… el primer amor es el primero, otra cosa es que suceda en la juventud o más adelante. Hablamos de “primer amor” para designar aquel amor en el que uno se juega la vida, así de sencillo. Al ser primero, eso supone que hay un segundo y un tercero, es decir, que el corazón se ha roto. Nuestro paso a la edad adulta sucede con el primer amor: sentimos angustia, desesperación, incertidumbre, el miedo a desaparecer… es la primera vez que intercambiamos cartas con la muerte y nos hacemos mayores. Podemos experimentarlo a los 17 o 18 años, como el protagonista, o a los 40. Con él nos hacemos adultos. En el mundo griego uno se hacía adulto cuando viajaba al Hades, tuviera 20 años o 45, como Parménides. El viaje al Hades, en cualquier caso, es nuestro gran rito de paso.

Es la actitud ante la muerte lo que define a los individuos

El primer amor supone el primer viaje al Hades y ¿también al Olimpo?

El viaje iniciático es al Hades, al reino de los muertos, porque es la muerte la que nos da una perspectiva de la vida, la que nos hace tomar decisiones en un sentido u otro. Es la actitud ante la muerte lo que define a los individuos.

¿Cuánto de invención tiene el primer amor cuando se hace memoria de él?

Muchísimo, todo recuerdo tiene una parte de invención, los recuerdos se elaboran, son como la nota de un piano, hay algo que lo dispara y, partir de ese algo, se crea una melodía que depende del momento que estemos viviendo, depende para qué queramos recordar y depende de lo que hagamos con ese recuerdo. La memoria es un aparato de elaboración psíquico que trata de nutrir a la existencia de sentido. Un poco como los sueños, parecen que están ahí para nada, pero son el alimento del aparato psíquico.

La escritura, de alguna manera, ¿es un intenso enamoramiento?

Escribir novelas sobre lo que está sucediendo es quedarse corto

Depende de lo que estés escribiendo. Si es sobre actualidad, algo que considero completamente inútil porque la realidad desborda la ficción, sobre todo en los últimos tiempos, desde luego que no; escribir novelas sobre lo que está sucediendo es quedarse corto, hay que proponer otro tipo de realidades alternativas y creo que esa es la función de la novela ante una actualidad tan desaforada, desbordante e imponente. Escribir es enamorarse de la vida y la actualidad no es eso.

¿Escribir es vivir menos, como afirman algunos autores, o ensanchar la vida, como apuntan otros?

Ni una cosa ni otra, es vivir, simplemente; entre las muchas cosas que hacemos en la vida, algunos escribimos. Vivir menos solo sucede en algunos casos, como ser empleado, estar empleado en una empresa es vivir menos, cualquier tipo de enajenación o confusión acerca de la experiencia, cualquier sublimación, falsificación o mixtificación de nuestros actos es perder la vida, pero las cosas que hacemos, también la creación, forman parte de la sustancia de la vida. Vivir es crear, generar, como decía Platón. Vivimos generando, lo que amamos genera cosas, productos, novelas, recuerdos, política.

Andrés y Brígida, los protagonistas de esta historia, en un momento determinado se citan en la catedral, ¿es el amor epítome de lo sagrado?

Es un rito de paso, por tanto, tiene algo de sagrado, de lugar al que todos acudimos en algún momento, es un espacio de la vida no temporal, un espacio de la vida por encima de la muerte y en ese sentido es sagrado, no puede ser tocado por los accidentes de la vida. Eso mismo que se pretende en el recinto de un templo, crear una espacialidad y una temporalidad distinta a la de la vida cotidiana.

El primer amor “se rompe”. Pienso en aquello que escribió Agamben de que “no basta con hacer, es necesario saber salvar lo que se hace”. ¿Por qué cuesta tanto conservar el afecto, la relación, con la persona a la que hemos amado?

Ese es uno de nuestros grandes errores de la existencia de los individuos, romper con un tiempo y con las personas que han tenido ese tiempo; cuando se rompe con un ser amado, ha de saberse que se pierde todo el tiempo que esa persona conoce de él, ese tiempo desaparece; como con los duelos, cuando alguien muere, esa persona se lleva esa parte de nosotros que vivimos con él, se la lleva para siempre, cuando muere un padre hay una parte de ti que solo conoce él y se la lleva, no la va a poder compartir contigo, y a partir de ese momento, con tu propia memoria e imaginación, toca reconstruir aquello que solamente él sabía. Una pérdida, en términos absolutos, es una tragedia, es una desgracia de la vida, por eso hay que preservar y mantener, en lo posible, la relación con ese tiempo que no puede permanecer en nuestra vida, salvo que se convierta en un duelo interminable.

¿Es más difícil amar hoy, con tanta prisa, tanta liquidez, tantos estímulos, distracciones y espectáculo que en otras épocas?

Amar siempre ha sido muy difícil; a pesar de que la publicidad y el arte, el cine sobre todo, nos han convencido de que es algo que sucede en la vida, lo cierto es que le sucede a muy pocas personas. Amar es perderse en el otro, y organizar la vida alrededor del otro. Nos fundimos en el otro y nos perdemos en él, esto es muy infrecuente, no solo por las largas épocas de nuestra historia en las que el amor ha sido un simple interés, una necesidad de algún tipo que se cubría mediante la pareja, el apego y la pasión. El apego no es amor, la pasión amorosa, el enamoramiento no es amor, el amor es lo que queda después de todo eso, el sentimiento permanente después de que haya pasado la tempestad.

¿Cuánto de voluntad y cuánto de prodigio hay en el amor?

Es algo misterioso y mágico realmente que dos personas decidan seguir juntas y ver juntas su propia muerte

Es tan misterioso y mágico el enamoramiento, esa imagen de la otra persona como sublime, revestida por nuestra fantasía, como misterioso y mágico es el hecho de que la permanencia de dos individuos uno junto al otro mucho tiempo, bajo otras condiciones, cuando la pasión amorosa –que tiene su propia geometría– desaparece, y deciden seguir juntos, porque han encontrado una empatía mucho más profunda que la pasión amorosa. No es cuestión de voluntad, es algo misterioso y mágico realmente que dos personas decidan seguir juntas y ver juntas su propia muerte, envejecer juntos, desaparecer juntos. Mucho más mágico y poderoso que la pura pasión, que puede ser una pulsión neurótica, un apego desaforado, una necesidad o una angustia.

¿Cuál es el peor sucedáneo del amor?

El amor al trabajo, sin duda. Hay gente que se enamora de su trabajo, no es una manera de hablar, se enamora de una página excel o una página web, de coger el pico y la pala… Mucha gente ha sustituido con mucho el amor al trabajo por el amor a las personas, al fin y al cabo, el amor al trabajo sigue una gramática muy literal: ganar, perder, avanzar, retroceder, subir, bajar… es fácil. El amor es más complicado, nunca sabes del todo dónde estás y siempre caminas por el filo de la navaja, aunque no lo sepas, y esa es una forma de vivir completamente distinta a la del trabajador, a la del enamorado del trabajo.

Me interesó la distinción que se hace en la novela entre el “tiempo del fin” y el “final”. ¿Por qué tantas veces nos empeñamos en alargar algo que sabemos que ha terminado en vez de darle un final honroso?

Finales honrosos hay pocos, pero hay que intentarlo. La concepción que el viaje al Hades y la muerte proporcionan a las relaciones humanas, al aproximarnos al fin y tener eso en cuenta, permite vivir mejor y con mayor calidad el amor, que de todas formas puede que tenga término o puede que no. Saber de la muerte, de la posibilidad de final nos permite vivir esa historia en presente, viviéndola de veras. El problema con el amor es que es una historia de la que nos olvidamos, seguimos con alguien, seguimos con el proceso afectivo pero estamos completamente desenganchados, nos hemos desvinculado en algún momento y pensamos que es una rutina más. La perspectiva de que eso tiene un fin es importantísima para poder alimentar las emociones de todos los días, porque si no, se desvanecen por la rutina.

“El dolor no se va, querido Andrés. No se va nunca, no importa lo que hagas. Echa raíces, crece, se llena de ramas y dentro de ti se vuelve un árbol fuerte, capaz de sostenerte y de resistir el vendaval. Reza para que se haga mayor (…) para que no se pudra”.

Es que estamos muy acostumbrados a los analgésicos, queremos que desaparezca el dolor lo más pronto posible, cuando el dolor es parte de nosotros; debemos cuidarlo, conservarlo para que haga florecer y nos dé todo lo que necesitamos de ese dolor, no huir de él, sino quedarnos con él hasta ver qué nos ocurre a nosotros con ese dolor, de esa forma crecemos y aprendemos. Con analgésicos, con la huida del dolor, el dolor nos pudre por dentro con resentimiento y amargura, toda huida, además, invoca a los fantasmas, acaba apareciendo en algún momento, y los muertos son los únicos que resucitan. Apagar el dolor, ocultarlo, matarlo con analgésicos es la garantía de que aparecerá con mayor fuerza y mayor oscuridad. Hay que dejar que el dolor crezca hasta que se agote, hasta que ya no tenga más dolor para nosotros. En ese momento hemos crecido y hemos aprendido de él.

Apagar el dolor, ocultarlo, matarlo con analgésicos es la garantía de que aparecerá con mayor fuerza

“A ella el amor le sacó la pereza del alma y a él le dio una barrera que saltar”. Pero el amor, ¿no es aquello que afirmase Lacan de que “es dar lo que no se tiene a quien no es”, es decir, no saber exactamente qué damos ni qué recibimos?

Creo que he mejorado la frase de Lacan o, por lo menos, la he completado, porque creo que el amor es dar lo que no tienes ni tendrás, a quien no es ni será. Es un poco más grave que lo que pensaba Lacan. En realidad, el amor es un proceso de revestimiento del otro, lo deformamos con nuestras fantasías, al otro no lo vemos, es una imagen que hemos compuesto en nuestra mente; lo que hay que intentar es que el velo de la fantasía no nos haya ocultado por completo a la persona amada, para que así el amor prosiga una vez que desaparece la pasión. Ese revestimiento lo hacemos con todo, para salir de vacaciones con la familia, para pensar que el trabajo o cualquier esfuerzo tiene un sentido, incluso que el Real Madrid gane la Copa de Europa. Hacemos un revestimiento continuo, el ser humano necesita revestirlo todo, no puede tratar directamente con la realidad de las cosas porque es muy precaria y perecedera.

Si un amigo le pidiera un consejo para amar bien, ¿qué le diría?

Espero que no me lo pregunten nunca, pero le hablaría de la palabra griega agápē, muy importante para el amor, que se tradujo como ágape o banquete, san Pablo lo tradujo por caridad, y que no es exactamente nada de eso; tiene que ver con que, en el amor, uno da un paso atrás, no espera recibir gran cosa, sino que se consuela y se satisface con el amor que da, con el amor que da al otro para que el otro esté bien. No es solo esto el amor, pero sirve como actitud ética ante el amor: uno no debe estar en primer lugar, poder amar es un regalo, un regalo inmenso, porque no se le da a todo el mundo, muchos pueden ser amados, acaso todos, pero muy pocos tienen la capacidad de amar.

Hay un territorio de la memoria que nos recuerda qué altura puede alcanzar el corazón, qué simas de desesperación y qué intensidad de fulgor. Un recuerdo que contiene la imagen en la que, por vez primera, se nos rompe. Un aprendizaje en el que todo fue extremo, la gloria y la catástrofe, la alegría y la angustia....

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí