1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

YAYO HERRERO / ACTIVISTA ECOFEMINISTA

“Hay que generar marcos políticos que imaginen y construyan horizontes de utopía alcanzables”

Vanesa Jiménez / Miguel Mora 14/06/2023

<p>Yayo Herrero, en una imagen de archivo. / <strong>Manolo Finish</strong></p>

Yayo Herrero, en una imagen de archivo. / Manolo Finish

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Yayo Herrero (Madrid, 1965) no necesita muchas presentaciones, y menos en esta revista, donde coordina la sección de Crisis Ecosocial y es miembro destacado de su Consejo Editorial. Antropóloga, ingeniera técnica agrícola y diplomada en Educación Social, Herrero es una de las personas más relevantes de nuestro país en la defensa del planeta y de una transición ecológica justa para proteger a todos los seres que lo habitan.

En los últimos meses, la activista ecofeminista ha publicado dos libros: Toma de Tierra y Ecofeminismos. El primero es una recopilación de textos, editados por Brenda Chávez y revisados por Isabel Lerma, de la editorial Caniche, que giran en torno a la necesidad de organizar el aterrizaje en la Tierra y en los cuerpos de un mundo dopado con petróleo que no puede seguir sosteniéndose con la misma lógica. Ecofeminismos forma parte de una colección editada por Icaria y presenta distintas reflexiones ecofeministas a través del diálogo con Verónica Gago, pensadora y activista argentina.

Mientras cerraba estos dos libros, Herrero encabezó uno de los grupos de trabajo de la plataforma electoral de Yolanda Díaz, “para mí una obligación moral”, según explica. En esta entrevista, también reflexiona sobre las lógicas de los partidos llamados de izquierda y rechaza el veto a Irene Montero. “Un error repetido. Lo mismo hicieron con Ada Colau, Mónica Oltra o Carlos Sánchez Mato”.

Usted lideró el grupo de Transición Ecológica Justa de Sumar. ¿Por qué aceptó la propuesta de la vicepresidenta del Gobierno?

Me pareció que la propuesta tenía muy buen enfoque. No se trataba de hacer ni un programa electoral ni un programa de gobierno. Nos propusieron mirar con un horizonte de diez años y pensar cuáles serían las prioridades y las líneas de trabajo fundamentales sobre Transición Ecológica Justa en ese período. Se quería además que fuese un proceso de trabajo lo más participado posible, teniendo en cuenta que había que hacerlo en dos meses.

Creo que cuando a las activistas nos preguntan sobre lo que habría que hacer, debemos tratar de contestar

Yo no estoy en ningún partido político ni plataforma electoral, pero creo que cuando a las activistas nos preguntan sobre lo que habría que hacer, debemos tratar de contestar. Yo lo he hecho y, en general, el movimiento ecologista lo ha hecho siempre que una candidatura ha preguntado. Para mí, aceptar era una obligación moral.

En el fondo, suponía tratar de anclar en la política reflexiones como las que hacía en los libros. No es frecuente que desde el ámbito de la política institucional se impulsen procesos de reflexión que vayan más allá de la próxima campaña electoral. Y a mí me parece que es crucial.

La cuestión ahora es si con el adelanto electoral y la bronca, que no se cómo definir, va a existir la posibilidad de aterrizar en un programa la enormidad de problemas que se cruzan poniendo el bienestar de todas las personas como prioridad y reconfigurando la calidad de vida en contextos de translimitación, pérdidas de cosechas, sequía, olas de calor, etc.

En el proceso deliberativo, usted reunió a decenas de personas muy diversas, por origen y por formación. ¿Cuál era el objetivo?

Efectivamente. Pedí ayuda al Foro de Transiciones, del que formo parte, para coordinar el trabajo. Pedimos documentos breves a personas, grupos de investigación, a diversos movimientos sociales y colectivos expertos sobre transición ecológica, derechos humanos, energía, minerales, ecología política, seguridad, derechos laborales, mundos rurales, urbanismo y ciudad, cultura, economía ecológica, ordenación del territorio, pensamiento ecosocial y resiliencia, tratados comerciales, etc.

Creamos un grupo de deliberación constituido por unas setenta personas que, a partir de metodologías de construcción colectiva, debatieron y construyeron propuestas en cuatro sesiones virtuales de tres horas y media cada una. Había personas pertenecientes al movimiento ecologista, feminista, pacifista y vecinal, trabajadoras domésticas, abogadas, trabajadores del campo, directivos y directivas de gran empresa y de pymes, personas migradas, profesores y profesoras, juristas, sindicalistas de diversas organizaciones estatales o autonómicas, militantes de diversos partidos o corrientes políticas que han participado a título individual (por ejemplo, de Podemos, Más País, IU, Equo, Alianza Verde, Comunes, Bildu, PSOE o Compromís), personas del ámbito de la cultura, de la autogestión rural, activistas por el derecho a la vivienda y contra la pobreza energética, supervivientes de diferentes tipos de violencias, amas y amos de casa, jóvenes pertenecientes a organizaciones sociales, pensionistas, etc.). Participó gente de todas las comunidades autónomas y de la Ciudad Autónoma de Melilla –se nos quedó fuera, lamentablemente Ceuta–. La mitad provenían de entornos urbanos y la otra mitad de los espacios rurales.

También organizamos un grupo de discusión con niños y niñas de entre 8 y 12 años y realizamos tres entrevistas en profundidad con personas con conocimiento y experiencia en Transición Justa, sobre todo en el ámbito del empleo y de la energía.

No todos eran especialistas, entonces.

La mayor parte de la gente que participó no pertenecía al movimiento ecologista y no trabajaba en cuestiones relacionadas con la ecología. El objetivo era consensuar un punto de partida, un suelo común que pisar, un diagnóstico y desde ahí construir propuestas. Para nosotros la Transición Ecológica Justa no es un punto más en un proyecto político, sino el contexto y propósito en el que debe enmarcarse toda la política pública. No es así como se ha planteado inicialmente desde Sumar, pero esperamos que se termine comprendiendo de este modo.

Para nosotros la Transición Ecológica Justa no es un punto más en un proyecto político

En el diagnóstico abordamos la crisis ecosocial y también la situación de precariedad, pobreza y despojo de condiciones de vida en el vive una parte no pequeña de personas en el Estado español. A partir de ese diagnóstico, que evidencia que la crisis ecosocial, la precariedad y la explotación están fuertemente correlacionadas, hemos tratado de establecer prioridades para poner en marcha una Transición Ecológica Justa y una propuesta de la gobernanza de alcanzarla. Entregamos el trabajo en enero. Después, Sumar ha abierto el proceso a la participación de cualquier persona que lo desee. Cualquiera podía sugerir propuestas en la plataforma de Sumar, previa inscripción, que no necesariamente tienen que estar sujetas a lo que plantea este documento.

Las prisas y las circunstancias de las elecciones del 23J han hecho que ese trabajo, que requiere debate y tiempo de calidad para construir consensos, se haya detenido, al menos por el momento. Sumar se ha metido de lleno en hacer un programa que tiene que cerrar con urgencia. Yo en este proceso ya no estoy, porque considero que quienes deben marcar las prioridades son las personas que se van a comprometer a cumplirlas ante su electorado. Pero creo que el documento que hicimos permite extraer los compromisos sin mucha dificultad, porque estaban calendarizados para los próximos diez años.

El documento final resume en más de 30 páginas el trabajo de muchas semanas. ¿qué destacaría?

La propuesta está colgada en la plataforma de Sumar y más completa en la del Foro de Transiciones porque hicimos un par de anexos, que no cabían en el esquema de la propuesta de Sumar –por exceder la extensión propuesta– pero que nos parecía importante recoger y poner a disposición de quien los quiera leer.

A mí me parece un documento que tiene un enorme interés. En realidad nos lo parece a las personas que participamos en él. No es un documento cómodo. Y es ambicioso. Pero creo que plantea una incomodidad y ambición directamente proporcional a la magnitud del problema que afrontamos. Es un documento que debe entrar en diálogo con muchos de los otros grupos de trabajo que se configuraron en Sumar y, en general, nos gustaría que con otras organizaciones y partidos políticos.

Destacaría, por ejemplo la propia definición que hacemos de la Transición Ecológica Justa como el proceso compartido, planificado y deseado de reorganización de la vida en común, que tiene por finalidad la garantía de condiciones de existencia digna y buena para todas las personas y comunidades, con plena consciencia de que ese derecho ha de ser satisfecho en un planeta con límites ya superados, que compartimos con el resto del mundo vivo y que estamos obligados a conservar para las generaciones más jóvenes y las que aún no han nacido.

Dicho a lo bruto, reconoce que el meollo de la transición ecológica justa es pensar en cómo vamos a garantizar vidas dignas y suficientes en lo material para todas las personas en contextos de cambio climático y de contracción material en términos de agua, energía, minerales, etc.

¿Cómo afrontar la frustración que producen esas nuevas realidades?

En contra de la idea de que hablar de estas cuestiones da bajona, quienes han participado en este proceso han comentado, sin ser ecologistas, que lo que les deprime y entristece es intuir que las cosas no van bien. Decían que miran alrededor y ven que cada vez más gente tiene dificultades para acceder a la vivienda, para pagar la luz, para llegar a fin de mes; que cada verano se sacan menos bolas de heno de los prados, que los insumos para producir en el campo son carísimos, que a partir del día 20 del mes muchos hogares dejan de poder comprar fruta u otros alimentos que consideran necesarios, que las personas más jóvenes se marchan de los pueblos porque te alquilan casa de octubre a junio, pero la tienes que abandonar en el verano para que la ocupen los turistas que van de vacaciones. Se señalaba que la gente que tienen alrededor está en una situación de cansancio y malestar permanente, está triste y crispada. Lo que les agobiaba es que no se aborden los problemas de frente, que no se nombren. Señalaron que lo que más desafección política causa son las peleas feroces, que se dan fundamentalmente en las redes sociales y en los medios de comunicación, entre todos los que dicen que la prioridad es atajar los problemas sociales.

Quienes han participado en el desarrollo colaborativo de este informe han calificado el proceso y el resultado como ilusionante

Lo más significativo es que con el diagnóstico tan duro que hacíamos, quienes han participado en el desarrollo colaborativo de este informe han calificado el proceso y el resultado como ilusionante, clarificador, enriquecedor y muy positivo.

El texto se estructura en tres apartados: el porqué de una Transición Ecológica Justa, los objetivos y la propuesta de gobernanza para España y la necesidad de una transformación cultural. Si pudiera desarrollar brevemente cada uno de ellos.

En cuanto al porqué una Transición Ecológica Justa, en el texto señalamos que vivimos una crisis multidimensional y global que comienzan a vivirse con intensidad también en el mundo enriquecido –muchos pueblos viven en una situación crítica y violenta desde hace muchísimo tiempo–. Las consecuencias de vivir bajo un orden económico, político y cultural que ha declarado la guerra a la vida son el caos climático, escasez de algunos bienes ligada al uso irracional de recursos finitos, vulneración de la protección social –que afecta asimétricamente en función de la clase, de la edad, del género, de la procedencia–, degradación y graves ataques a la democracia, recortes de derechos sociales y económicos que, aunque insuficientes, habían sido adquiridos con mucho esfuerzo, guerras, migraciones forzosas (internas e internacionales), extractivismo y expulsión...

Las personas participantes en este proceso hemos nombrado de forma diferente este momento histórico: largo declive, mutación, colapso, desbordamiento…, pero coincidimos en que estamos asistiendo al desmoronamiento de un sistema económico y social cimentado en el crecimiento productivista e industrialista, en la aplicación intensiva de tecnologías duras, en el uso desmedido de recursos naturales finitos y en la producción de armas de destrucción masiva. Un modelo capitalista –incluyendo el capitalismo de estado de China– atrapado en una racionalidad fantasiosa y despiadada que le incapacita para resolver los problemas que él mismo ha creado. Un modelo exitoso para la acumulación y concentración de poder pero fallido para garantizar la vida decente de personas y comunidades en el presente y en el futuro.

La cuestión es que ni el presente ni el futuro de las sociedades humanas están predeterminados ni escritos. Tenemos medios, capacidad y potencialidad para poner en marcha un proyecto que salga de la trampa que obliga a elegir entre economía o vida. Un proyecto que no rehúya ni disfrace la realidad, no deje a nadie atrás y permita mirar el presente y el futuro con compromiso y esperanza.
Hemos definido ocho objetivos que debería perseguir esa Transición Ecológica Justa. El primero sería garantizar que todas las personas y comunidades puedan disfrutar de una vida segura y digna, porque sin justicia no habrá transición ecológica. Si hay que elegir entre la supervivencia económica en el corto plazo, y supervivencia ecológica y económica en el corto-medio plazo, se priorizará la primera opción volviendo inviable la segunda. Pero sin una política que gestione la escasez inducida por una economía que desborda los límites, con principios que garanticen lo suficiente para todo el mundo, ponga límites al exceso y redistribuya la riqueza, será el mercado el que racione, generando cada vez más despojo, desigualdad e insostenibilidad de las vidas.

Los siguientes objetivos apuntan a la reducción de la huella ecológica del sistema económico para compatibilizar la cobertura de las necesidades de todo el mundo con la biocapacidad del país y la global y el abordaje del cambio climático; adaptar el trabajo y el empleo a las circunstancias de la crisis ecosocial y al servicio de la Transición Ecológica Justa; desplegar procesos que acometan las situaciones de contingencia y urgencia derivadas de los efectos de la crisis ecológica y climática; detener los principales procesos de destrucción ecológica; restaurar y favorecer la resiliencia de los ecosistemas clave del país y proteger la vida no humana; transitar hacia modelos territoriales justos y sostenibles que generen nuevas relaciones de cooperación entre los mundos urbanos, rurales y naturales; y construir un soporte económico y financiero que haga viable la Transición Ecológica Justa. Para esta última parte, nos ayudó Carlos Sánchez Mato, que nos hizo “las cuentas” para financiar esta transición.

También hemos tratado de hacer una propuesta que imagine cómo gobernar una Transición Ecológica Justa para el horizonte de los próximos diez años en el que nos pidieron trabajar. La cuestión de la profundización de la democracia, la participación real y la deliberación en todas las escalas territoriales es clave, al igual que colocar el objetivo de la Transición Justa como una prioridad de gobierno para todos los ministerios y administraciones públicas. De lo contrario, no funciona. Hicimos el esfuerzo de imaginar cuál sería la forma de hacer efectiva la Transición Ecológica Justa en sus primeros diez años.

El documento dedica varias páginas a la cuestión del cambio cultural.

Sí. El gran reto de la Transición Ecológica Justa es la reorientación de las aspiraciones y deseos de una buena parte de la sociedad. Por eso, una de sus mayores dificultades es la transformación cultural que se requiere para hacerla deseable.

Hay que asumir que hoy los imaginarios sociales, especialmente en los países más ricos, se inscriben en los paradigmas del crecimiento, el consumo y los proyectos de vida individualizados y que, sin un amplio apoyo social, es evidente que no se podrán abordar en profundidad y con urgencia los cambios necesarios. Es más, en situaciones de dificultad, la demagogia, la frustración y la proliferación de las opciones populistas y autoritarias podrían verse fortalecidas, tal y como ya está ocurriendo.

El gran reto de la Transición Ecológica Justa es la reorientación de las aspiraciones y deseos de una buena parte de la sociedad

Sucede en los mismos grupos de trabajo que ha creado Sumar. Los resultados de los grupos son contradictorios entre sí al no partir de un diagnóstico compartido. Por eso la deliberación es clave.

Uno de los principales problemas que, a mi juicio, tiene la política institucional es que los partidos carecen, en general, de espacios de deliberación y elaboración tranquilos, no digo lentos, sino no expuestos en el escaparate de los medios de comunicación. Tampoco tienen, mayoritariamente, trabajo en lo concreto ni anclaje en el mundo real, donde la gente sufre y vive los malestares.

No es fácil encontrar un equilibrio entre el reconocimiento tranquilo y realista de la situación que atravesamos y la generación de marcos políticos que imaginen, propongan, construyan y consensúen horizontes de deseo y utopía que sean motivadores y alcanzables. Pero es muy importante hacerlo. No equilibrar ambas cosas conduce a hacer diagnósticos durísimos que no ofrecen salida esperanzadora o asumir planteamientos cuya insuficiencia se traduce en vidas precarias o vidas perdidas presentes y futuras.

En nuestra opinión, las personas y cuadros que vayan a llevar adelante este proyecto tienen que ser capaces de comprender bien qué es la Transición Ecológica Justa y deben saber explicarla con nitidez, honestidad y convicción. En un marco social como el actual, la confusión que hay alrededor de conceptos manidos se convierte en un enorme obstáculo. Algunas etiquetas pueden funcionar en un primer momento, pero éste es un camino de largo recorrido, y las promesas fallidas o las ilusiones no satisfechas en el plano de la política institucional generan una enorme decepción y desafección que le pone la alfombra roja a la entrada de opciones autoritarias, populistas, que conectan con esos malestares. También aquí hay que pensar en el corto, medio y largo plazo.

Por eso, lo cultural es muy importante. En nuestra propuesta, una cuestión central era la articulación de una campaña enorme que llegase hasta el último rincón. La Asamblea Climática Ciudadana que puso en marcha el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, y nuestro propio proceso, aunque modestos y pequeños, evidencian que cuando gente diversa se pone a pensar y a dialogar, puede llegar a un entendimiento. Yo, personalmente es a lo que decidí dedicar mi esfuerzo desde hace mucho.

¿Hay opción de supervivencia no ya para España, sino para el planeta, sin una Transición Ecológica Justa?

Opción de sobrevivir hay, claro, la clave es cómo, qué vida es la que queremos vivir. Es muy probable que dentro de cien años las sociedades sean más “ecológicas” porque sí o sí se vivirá con menos energía y materiales, y aquello que se precise vendrá de más cerca… La cosa es cómo llegaremos allí, si nos dejaremos a mucha gente por el camino, si el mundo se habrá dividido, aún más, entre sectores ricos y atrincherados y mayorías empobrecidas, o si habremos logrado encarrilar la situación y viviremos en sociedades en las que se produce lo suficiente para garantizar vidas dignas, si la tecnología será una tecnología humilde al servicio de la conservación de las vidas humanas y no humanas, si se habrá avanzado en sociedades libres del dominio de unas personas sobre otras y en el disfrute de una vida sencilla en lo material pero rica en lo relacional, en autonomía interdependiente, en tiempo…

En nuestra opinión, es claramente un cambio a mejor. Cuando se dice que una transición ecológica justa empobrece, se olvida que ya hay mucha gente que vive mal, que no puede pagar la casa, la factura de la luz o que llena la tripa como puede, que tiene miedo a salir a la calle por si le agreden por ser lo que es, o tiene miedo a quedarse en casa porque es un lugar violento, que tiene miedo al futuro y al desamparo. Para toda la gente que hoy lo pasa mal, la Transición Ecológica Justa es ir a mejor. Es poder vivir sin el miedo y angustia que da pensar que nadie se va a hacer cargo de ti. Precisamente para los sectores sociales más empobrecidos, una transición como la que hemos descrito es un proyecto político emancipador, probablemente el único que pueda asegurar la cobertura digna de las necesidades.

Para toda la gente que hoy lo pasa mal, la Transición Ecológica Justa es ir a mejor

¿Cómo queda todo esto con la situación actual en Sumar y el adelanto electoral?

No lo sé. Espero que el trabajo que hemos hecho sirva para inspirar las propuestas que se hagan. Pero es un trabajo que sirve más allá de la coyuntura electoral, me consta que se está compartiendo en muchos lugares, incluidas otras opciones electorales, y siendo fuente de debate y contraste. Ese es su sentido.

Para mí, lo que pasa en las instituciones es muy importante. Desde luego no me da igual quién gobierne, pero a veces tengo la sensación de que a quienes están en la contienda electoral llega a darles igual.

Me cuesta enormemente entender la lógica de los partidos de esto que llamamos izquierdas. Si el motivo de vetar a Irene Montero es que resta votos porque la derecha, el lawfare y muchos medios de comunicación la han convertido, a los ojos de ciertos sectores, en una persona odiosa y sin valor, me parece un error. Un error repetido. Lo mismo hicieron con Ada Colau, Mónica Oltra o Carlos Sánchez Mato. Y salvo, afortunadamente, en el caso de Colau, el resultado fue también el abandono más absoluto por parte de los suyos. Y también la renuncia a los logros políticos obtenidos por estas personas en el desempeño de sus cargos y la asunción de la derrota ante una derecha reaccionaria a la que, de alguna manera, se le otorga el poder de definir qué es posible y qué es lo que no se va a tolerar.

Yo me alegro de que se hayan integrado tantos partidos en Sumar, pero me parece amargo cómo se ha construido. Tampoco necesito ilusión, una palabra vacía que se ha convertido para la izquierda en lo que la libertad es para Ayuso. En realidad nunca he sentido una gran ilusión por votar.

Que en estos momentos no me ilusione especialmente Sumar no significa que esté desesperanzada o desmotivada para votar. Me importa lo que pasa en la institución y sé que las vidas concretas de muchas se verán afectadas por lo que salga. Pero tengo claro que no es lo único. Sé que los cambios institucionales para la Transición Ecológica Justa tendrán que venir empujados desde la sociedad civil. Sé que los movimientos sociales y las organizaciones de base ahora no son fuertes, pero cada cual tiene que elegir desde dónde empuja y yo he elegido estar ahí. Y desde ahí, colaborar con todo lo que busque construir una vida digna, disfrutona y, como dice Francia Márquez, sabrosa.

Yayo Herrero (Madrid, 1965) no necesita muchas presentaciones, y menos en esta revista, donde coordina la sección de Crisis Ecosocial y es miembro destacado de su Consejo Editorial. Antropóloga, ingeniera técnica agrícola y diplomada en Educación Social, Herrero es una de las personas más relevantes de nuestro...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Vanesa Jiménez

Periodista desde hace casi 25 años, cinturón negro de Tan-Gue (arte marcial gaditano) y experta en bricolajes varios. Es directora adjunta de CTXT. Antes, en El Mundo, El País y lainformacion.com.

Autor >

Autor >

Miguel Mora

es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. juan-ab

    Yayo Herrero, tanto tiempo siendo referencia ineludible, incansable y generosa (“obligación moral”, dice ella, y su afirmación no es en absoluto baladí en los tiempos que corren) a la hora de enseñarnos que, cuanto más tiempo pasa con más motivo, debido a la situación en que se encuentra la Vida en la Tierra, la política si no va trenzada con los valores del ecologismo y el feminismo a la postre nada resuelve y, tal vez, ni siquiera vale la pena. “Escucharla” e imaginar su sonrisa en esta entrevista ha sido, como siempre, aprender disfrutando. Gracias, muchas gracias.

    Hace 1 año 5 meses

  2. manuel-acena-escolano

    Sin duda una lectura muy enriquecedora y que invita a la reflexión.

    Hace 1 año 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí