1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Imperios combatientes

Ucrania está perdiendo la guerra, pero Rusia no la está ganando

Que las grandes potencias se metan en una dinámica de guerra entre ellas es pura demencia, más cuando lo que la humanidad necesita con urgencia es una estrecha concertación internacional para abordar los retos del siglo

Rafael Poch 25/07/2023

<p>Imagen satírica sobre la relación entre Estados Unidos y la Unión Europea.</p>

Imagen satírica sobre la relación entre Estados Unidos y la Unión Europea.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

(Intervención en el IV Foro de voces, en clave de paz de la Universidad de Castilla-La Mancha)

 

Ucrania está perdiendo la guerra. Su contraofensiva es un fracaso. Las armas occidentales y todo el valor de sus soldados se estrellan contra el hecho, apuntado por muchos observadores militares, tanto en Estados Unidos como en Rusia, de la aplastante inferioridad artillera, de aviación y de efectivos empleados. Las armas occidentales suministradas no cambian la realidad sobre el terreno. Eso repercute, necesariamente, en la moral de la tropa y de la población. 

Se suceden las noticias sobre deserciones, reclutamientos forzosos y rendiciones al enemigo de efectivos ucranianos, noticias que nuestra prensa, española y europea, no da, pero que sí aparecen esporádicamente en la de Estados Unidos.

Los medios de comunicación de Lviv (Lvov), en la zona más antirrusa de Ucrania, informan de un escaqueo generalizado en las operaciones de reclutamiento: solo uno de cada cinco movilizados acude a los centros de reclutamiento de esa ciudad. Véase, por ejemplo, la declaración del jefe de dicho centro, Oleksandr Tishchenko: “Si no se remedia esta situación, la movilización puede verse amenazada”, dice Tishchenko.

No hay aquí ningún misterio, porque lo que está ocurriendo es una carnicería en toda regla. El ministro de Defensa ruso maneja cifras escalofriantes de mortandad ucraniana en la contraofensiva. Hay un cuadro horrible de hombres jóvenes muertos y mutilados. También del lado ruso, desde luego, pero de momento los rusos están en posición defensiva y la impresión de que son los ucranianos los que están pagando el peor precio es firme. ¿Quiere decir esto que Rusia está ganando la guerra en el este de Ucrania? Lo dudo.

Matthew Hoh, un analista independiente de Estados Unidos ha descrito muy bien la situación:

“Quienquiera que ‘gane’ en el este de Ucrania ganará una tierra despoblada y llena de infraestructuras destruidas. Esta tierra estará contaminada durante generaciones por las toxinas militares de la guerra y plagada de minas terrestres y artefactos explosivos sin detonar. Es muy probable que las madres ucranianas sufran lo mismo que las madres iraquíes, afganas y del sudeste asiático, dando a luz durante generaciones a niños muertos, deformes y enfermos debido a los legados tóxicos imperecederos de la guerra moderna. Los niños y sus familias, dentro de décadas, serán castigados por esta locura en Ucrania, al igual que los niños y sus familias siguen siendo castigados en todos los países ‘posconflicto’”. 

Rusia justificó su invasión, entre otras cosas, en la protección de la población rusófila del Donbas y en el alejamiento de la OTAN de sus fronteras. La población del Donbas –y parte de la de las regiones limítrofes rusas de Bélgorod y otras– sufre ahora bombardeos y calamidades mucho peores que antes de la invasión. Respecto a la OTAN, ha avanzado sus posiciones: solo la incorporación de Finlandia aporta 1.300 kilómetros más de frontera directa con Rusia.

Rusia menciona que más allá de todo esto, hay un pulso por cambiar la correlación de fuerzas global en beneficio de las potencias emergentes y en perjuicio del “occidente ampliado”, y es verdad que hay algo de eso. Pero los desastres para ella son tangibles e inmediatos, mientras que el resultado de ese pulso superior es un proceso histórico largo y abierto a todo tipo de incertidumbres. Incluida la hipótesis de una tercera guerra mundial.

Incluso si Rusia, que ahora está ganando militarmente, con una estrategia defensiva, pasa a una estrategia ofensiva y amplía su ocupación a todo el sur de Ucrania, llegando hasta Odesa y privando a Kiev de todo acceso al mar, habrá que preguntarse por la estabilidad política y militar de tal ocupación. 

El balance negativo para Rusia de esta loca aventura, que roza la tensión nuclear, es inequívoco

Lo más probable es que resulte en un cáncer generacional para Rusia: una situación inestable por mucho tiempo en esos territorios. En la hipótesis más optimista, el mandato de Putin, quien algún día deberá ser relevado en el poder por otro personaje, algo complicado por la ausencia de normas sucesorias e instituciones característica del régimen autocrático, se hará más social y más represivo. Mientras tanto, lo poco que quede de Ucrania será un territorio furibundamente antirruso por generaciones. El balance negativo de esta loca aventura, que roza la tensión nuclear, es inequívoco.

El segundo aspecto que quiero evocar es el de que de la manera en que se comprende un conflicto, se deriva la vía para su solución. Y este conflicto, particularmente en Europa, no se comprende, por lo que estamos condenados a una mala solución. 

Esta guerra tiene tres causas. 

Primera: la estrategia de Estados Unidos en Europa y su reiterado e ignorado rechazo de los intereses rusos; una seguridad europea primero sin Rusia y luego contra Rusia, cuya última etapa es el ingreso de la OTAN en Ucrania. El fin último de esta estrategia es mantener una Europa dividida y en tensión para impedir la integración euroasiática animada por China con participación de Rusia, que dejaría fuera a Estados Unidos de la gran masa continental. Numerosos estrategas de Estados Unidos llevan décadas anunciando la devaluación del poder americano que supondría “perder Europa”.

Segunda: la negativa de la élite capitalista rusa a aceptar dicha estrategia americana, cuya evidencia acabó con su inicial ilusión de ser considerada en pie de igualdad por sus homólogos occidentales, en la común labor de rapiña de recursos en beneficio de una minoría social. De aquella ilusión ingenua, que Putin compartía plenamente al iniciarse el siglo, el Kremlin fue evolucionando hasta la actual voluntad de romper tal estrategia, lo que ellos formulan como “hacerse respetar” por Occidente. En esa voluntad cuentan con la comprensión de China, enfrentada a una realidad semejante, y de gran parte del mundo no occidental históricamente sometido.

Tercera: el no reconocimiento por parte del gobierno de Kiev surgido de la revuelta / golpe de Estado apoyado por Occidente del invierno de 2014, de la diversidad identitaria interna de los ucranianos en sus diferentes regiones, que provocó revueltas tanto civiles como armadas en el sur y este de Ucrania, así como la anexión rusa de Crimea, sin todo lo cual la invasión militar rusa de 2022 habría sido muy difícil, si no imposible. 

Estas tres causas están interrelacionadas y es necesario actuar sobre ellas para resolver el conflicto.

El coronel suizo Jacques Baud, tiene razón cuando dice que “de la manera en que se comprende una crisis, se desprende la manera de resolverla”.

Sea cual sea la solución al conflicto, lo más probable es que la Unión Europea figure entre los perdedores y perjudicados

En Estados Unidos el conflicto se comprende bien. Al fin y al cabo se trata de sus intereses y la responsabilidad de haberlo desencadenado es mayormente suya, por más que las élites rusas y ucranianas tengan también su parte de responsabilidad. Desde mi punto de vista, con una perspectiva de treinta años, el 70% de la responsabilidad es occidental y un 30% de rusos y ucranianos. Desde luego, este reparto es discutible y puede y debe ser objeto de debate. Lo que es inadmisible es que, en lugar de las tres causas complejas de esta guerra, se abrace una narrativa infantil en la que todo se achaca al capricho de un dirigente autocrático ruso, presentado como el mal absoluto. Estaría bien para un guion de Hollywood, pero no para un análisis serio. El gran problema es que esta es la narrativa que ha hecho suya la Unión Europea. Es decir: el conflicto no se entiende, y como no se entiende estamos condenados a una mala solución. Sea cual sea esa solución lo más probable es que la Unión Europea figure entre los perdedores y perjudicados. 

Muy brevemente, concluyo ya con la pregunta que era el título de mi intervención: ¿por qué la paz es prioritaria?

En primer lugar porque provocar tensión con una potencia nuclear es sumamente peligroso. Y se trata exactamente de eso. Es lo que hemos vivido a lo largo de treinta años; con el cierre en falso de la Guerra Fría, ignorando las promesas realizadas entonces, con la retirada unilateral de Estados Unidos de los acuerdos de desarme y con el avance de la OTAN hacia el este y el estacionamiento allí de infraestructuras militares de inequívoco propósito, entre otras cosas.

Lo que tras la crisis de los misiles de Cuba se evitó por todos los medios, provocar a una potencia nuclear en su patio trasero, se está haciendo con Rusia y con China

Lo que después de la crisis de los misiles de Cuba de 1963 se evitó por todos los medios, es decir, provocar a una potencia nuclear en su patio trasero, se está haciendo ahora no solo con Rusia, sino también con China. Estados Unidos está cercando a sus adversarios nucleares, desplegando contra ellos infraestructuras militares y organizando alianzas militares hostiles junto a sus fronteras.

¡Eso no tiene nada que ver con el derecho internacional, sino con la dialéctica entre superpotencias nucleares y su histórico sentido común! Sobre esto, véase la última entrada en mi blog a cargo de Caitlin Johnstone.

En segundo lugar –lo hemos repetido hasta la saciedad– cuando la humanidad necesita urgentemente una estrecha concertación internacional para abordar los retos del siglo (el calentamiento global, la proliferación de recursos de destrucción masiva y las desigualdades sociales y territoriales, entre otros) que las grandes potencias se metan en una dinámica de guerra entre ellas es pura demencia. Estamos perdiendo un tiempo precioso. Un tiempo que no tenemos como especie.

(Intervención en el IV Foro de voces, en clave de paz de la Universidad de Castilla-La Mancha)

 

Ucrania está perdiendo la guerra. Su contraofensiva es un fracaso. Las armas occidentales y todo el valor de sus soldados...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Rafael Poch

Rafael Poch-de-Feliu (Barcelona) fue corresponsal de La Vanguardia en Moscú, Pekín y Berlín. Autor de varios libros; sobre el fin de la URSS, sobre la Rusia de Putin, sobre China, y un ensayo colectivo sobre la Alemania  de la eurocrisis.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Salva

    Suscribo de pe a pa el comentario de jmhuertas. Muchas gracias a Rafael Poch por iluminar el panorama que otros quieren oscurecer e infantilizar.

    Hace 1 año 3 meses

  2. juan-ab

    Maxim Goldarb, presidente de la Unión de Fuerzas de Izquierda (por un Nuevo Socialismo) de Ucrania, aporta nuevos detalles de lo que está sucediendo en las calles de las ciudades de Ucrania en su artículo, "El reclutamiento militar en Ucrania recuerda a una cacería humana" (Traducido del inglés para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo ).

    Hace 1 año 3 meses

  3. jmhuertas

    Acertado artículo que de modo breve y conciso, pero profundo, nos recuerda cuáles son las verdaderas causas de la guerra, de las que se derivan otras tan evidentes como el Nord Stream II o la supremacía o no del dólar, por ejemplo. Una pena que no solo en España sino en toda Europa se tenga el mismo punto de vista de la "narrativa infantil", en torno a la cual se organizaban programas antes en España y ahora continuamente en Francia, a través del canal LCI, como pude comprobar en un viaje reciente al país transpirenaico. Esa propaganda que deja indiferente a toda la población europea cuando se notifica el uso de bombas de racimo o cualquier otra arma más letal que puede acabar con nuestra civilización. Enhorabuena como siempre a Rafael Poch, quien al menos contribuye a sostener un discurso más veraz y objetivo que el discurso de los medios de comunicación oficiales. 

    Hace 1 año 3 meses

  4. ecac

    II GUERRA FRIA USA-BIDEM versus Zas-ZAR PUTÍN.-Opereta tragicómicas la pela es la pela, vendiendo-traficando armas de destrucción masiva con numerosos daños colaterales los mandamases pésimos BUSCH-BIDEM. ESPAGNISTÁN sobresalen LA ZARZUELA.-JUAN CARLOS I con su coleguita traficante en ABUS DABI.-FELIPE VI. Sus reyezuelos políticos "LA PELA ES LA PELA"-Venta-Tráfico ARMAS ¿PARA PAGAR EL FUEGO GON GASOLINA?.-PP.-Dolores COSPEDAL.-Pedro MORENÉS.-PSOE.-Margarita ROBLES.-ESTIGMAS CANCERÍGENOS.

    Hace 1 año 3 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí