Tras el capítulo significativo que ha comenzado a escribirse en la historia de México, el culto a la masculinidad se ha quedado en puntos suspensivos, ya que por primera vez son dos mujeres las que lideran la contienda para las elecciones presidenciales de 2024. Este parteaguas, sin duda, abre un proceso que durante los próximos meses deberá aclarar cuál es la voluntad del país y la intención de voto ante los proyectos políticos de Claudia Sheinbaum, candidata de la izquierda por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), y de Xóchitl Gálvez, representante de la oposición (Frente Amplio por México). Luego de darse a conocer el nombre de las aspirantes a la Presidencia de México, ambas han dejado entrever algunos de los ejes que podrían configurar su agenda definitiva y sus propuestas para ganar las elecciones del próximo año.

Mientras que la actual candidata del “obradorismo” ha manifestado que dará continuidad a las políticas públicas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aunque con algunos cambios que se suponen implícitos “por el propio hecho de ser mujer”, como ella misma ha referido a algunos medios de comunicación, Xóchitl Gálvez, su oponente principal, representa a una fuerza conservadora integrada por el PRI, el PAN y el PRD, que buscará plantar una ardua batalla ante quien se vislumbra como la favorita para ocupar el lugar que AMLO mantiene hoy con amplia popularidad.

La trayectoria de las dos actuales candidatas en la vida política de México se remonta a veinte años atrás. Sheinbaum fungió como secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal en el 2000, cuando López Obrador fue el jefe de gobierno del mismo; Gálvez asumió, del 2003 al 2006, la dirección general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el gobierno de Vicente Fox, expresidente del Partido de Acción Nacional (PAN), el mismo con el que Felipe Calderón dio marcha a la peor estrategia de supuesto combate al crimen organizado que ha conocido México.

En el Senado, Gálvez protagonizó varios escándalos que, sin embargo, le sirvieron para darse a conocer

Pero además de su discurrir político, el perfil de ambas también difiere. Xóchitl Gálvez es, sobre todo, una mujer con mayor experiencia como empresaria y con menos trayectoria en la esfera política, aunque sea esta última la que le ha dado visibilidad para llegar al electorado y para ser la candidata de la oposición, conformada por los partidos conservadores que se han aliado para frenar al obradorismo. Hasta antes de revelarse como representante del Frente Amplio, había sido senadora por el grupo parlamentario del PAN. En el Senado protagonizó varios escándalos que, sin embargo, le sirvieron para darse a conocer tanto en las redes sociales como en los medios que se sirven del show político que ella abandera. Una de las más famosas escenas es la que protagonizó, en diciembre del 2022, al disfrazarse de dinosaurio para protestar contra algunas de las medidas propuestas por AMLO, entre las que se encontraba el recorte presupuestario al Instituto Nacional Electoral (INE), donde algunos funcionarios gozan de mejor sueldo que el propio presidente del país.

Sin duda, la candidata por el Frente Amplio se ha hecho más popular procediendo de esta manera, con un estilo trumpista que la derecha política mexicana pone en práctica para volverse viral en las redes sociales y los medios de comunicación que alimentan al electorado con esta clase de telebasura. Hace pocos días, Xóchitl Gálvez ofreció una entrevista para un programa de televisión en México durante el cual dio muestra de un lenguaje soez y vulgar, en el que también se jactaba de ser indígena por decisión propia y de poner de “moda” el huipil (una prenda que portan en su mayoría los indígenas de la zona sureste del país). Asimismo, en sus propias redes sociales se ha grabado bebiendo cerveza, utilizando la peor populachería para atraer la atención de los políticamente distraídos, así como de todos aquellos a quienes “no les importa si eres de derecha o izquierda”, pues “lo que importa a la gente es que les resuelvan sus problemas”, como declaró recientemente a un canal francés de televisión.

Por su parte, Claudia Sheinbaum tiene estudios en Física por la UNAM y como científica es experta en cambio climático y en ingeniería ambiental por la misma universidad. Tras dejar el cargo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, se apresta ahora a coordinar el movimiento político de la Cuarta Transformación (la 4T), ante la posibilidad de convertirse en la primera presidenta de México. En sus planes resulta prioritario continuar con el proyecto de MORENA, buscar la justicia desde abajo y poner por delante el bienestar de los ciudadanos más vulnerables, que viven en México en las peores situaciones de pobreza. Durante la ceremonia simbólica de entrega del bastón de mando, cedido por López Obrador, Sheinbaum prometió públicamente no traicionar jamás al pueblo mexicano y seguir fiel a los principios de una izquierda que concibe como incorruptible, “porque aquel que es corrupto no es de izquierda”, como ella misma ha declarado. En este sentido, también destacó que de llegar a la Presidencia no habrá privilegios para los oligarcas ni se entregarán los recursos naturales de la nación a la inversión privada y extranjera como pretende la oposición conservadora.

El proyecto político y social de Claudia Sheinbaum buscará la consolidación de los planes infraestructurales iniciados por AMLO

El proyecto político y social de Claudia Sheinbaum buscará la consolidación de los planes infraestructurales iniciados por AMLO, como es el caso del Tren Maya, cuya construcción, sin embargo, se ha efectuado en medio de duras críticas al gobierno oficial. También la polémica ha envuelto este año a Sheinbaum, ya que la oposición la acusó de despilfarrar más de un millón de dólares para impulsar sus aspiraciones presidenciales con el concierto gratuito que la cantante española Rosalía ofreció en el zócalo capitalino en abril pasado. Además, la candidata de la 4T ha recibido severas críticas por el derrumbamiento de la línea 12 del metro en Ciudad de México, cuyo colapso en mayo del 2021 causó la muerte de 27 usuarios del transporte público, lo cual puso en entredicho su labor para llevar adelante la administración gubernamental. Sobre ese asunto, la candidata morenista, que buscará dejar saldado el tema en los próximos meses, ha aclarado que su equipo asumió la responsabilidad de un proyecto que, en realidad, deja entrever un expediente repleto de irregularidades que involucra a Marcelo Ebrard, cuando éste ostentó la jefatura de gobierno en la CDMX, desde 2006 a 2012.

Precisamente, fueron Sheinbaum y Ebrard quienes disputaron el proceso interno de MORENA para definir la candidatura a la Presidencia del país en las próximas elecciones. A la ganadora le acusaron de resultar elegida por “dedazo”.

A pesar de las críticas recibidas tanto de la oposición como de militantes izquierdistas, la visión política que ha dado a conocer Sheinbaum engloba también una lucha por los grandes derechos del pueblo mexicano, que van desde el derecho a la educación y la salud hasta el de la vivienda y el trabajo, pasando por el derecho a un salario digno y a disfrutar de un igualitario acceso a la cultura. Una visión humanista la lleva a sostener que la educación supone una gran vía de desarrollo para el país. Igualmente, ha manifestado su convicción para defender los derechos de las mujeres, erradicar los feminicidios y hacerle frente a los problemas del racismo y la crisis medioambiental. La nueva coordinadora de la 4T, Claudia Sheinbaum, ha dejado claro que el movimiento político que representa continuará trabajando por la transformación de México, en la misma línea de López Obrador, quien ha dicho que Sheinbaum es una mujer honesta, con principios, ideales, y con experiencia para gobernar. De este modo, el proceso electoral ha comenzado y concluirá en junio del 2024, un año que podría ser histórico en Latinoamérica, si no se presenta ninguna sorpresa en el proceso político para que cualquiera de estas dos candidatas se convierta en la primera mujer que asuma la presidencia de México.