A CONTRAFLECHA
No hay tiempo para certezas
El cese de los bombardeos y del asedio es la verdadera ayuda humanitaria. El tiempo de la reflexión y la duda es el tiempo de la posibilidad de paz
Paco Cano 27/10/2023
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Es el momento de las propuestas de paz. No hay otra. No se puede seguir alargando este exterminio en directo. Ahora mismo son casi 2.500 niños asesinados en las últimas semanas en Gaza.
Es, también, el tiempo de las dudas. No nos podemos permitir más verdades incuestionables. A quienes afirman, con tanta certeza, que Israel tiene derecho a defenderse hay que proponerles que duden un solo segundo y, aprovechando los socorridos símiles futbolísticos, que reflexionen sobre el hecho de que la defensa se hace en campo propio y el ataque en el campo del rival. Vamos, que se cuestionen si, tal vez, Israel no se está defendiendo, sino atacando. Lo mismo que hace Hamás, ese grupo terrorista que no tenía dudas cuando concluyó que Palestina tenía derecho, ya que nadie acudía legalmente en su ayuda, a algo más que a defenderse tras décadas de acoso, asedio y asesinatos. Todos los terroristas piensan y actúan de manera parecida, porque todo terrorismo está motivado por un “derecho a defenderse” que solo genera más odio. El odio es una senda infinita que se recorre a sí misma y de la que es muy difícil salir. Una senda empedrada con certezas incuestionables. Solo si se duda puede desaparecer el odio.
El odio es una senda infinita que se recorre a sí misma y de la que es muy difícil salir
A quienes añaden a esa certeza sobre el derecho a la defensa la solicitud de que se permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, hay que pedirles que vean Senderos de Gloria, aquella peli de Kubrick en la que antes de fusilar en el paredón a Kirk Douglas, como castigo a un supuesto acto de cobardía, sus compañeros y, a la vez, captores, le cuidan para curarle un resfriado. Había que ajusticiarlo, pero con buena salud. Es decir, que aclaren si lo que están proponiendo es que Israel ataque, pero que permita la entrada de agua, alimentos y medicinas en Gaza para que las bombas no cojan sedientos o enfermos a palestinos y palestinas. El cese de los bombardeos y del asedio es la verdadera ayuda humanitaria. El tiempo de la reflexión y la duda es el tiempo de la posibilidad de paz.
A quienes pronostican que podemos estar ante el comienzo de una tercera guerra mundial, cabría preguntarles si, en realidad, no estaremos asistiendo al inconcluso epílogo de la Segunda. Una pequeña parte del pueblo judío, aglomerado bajo el ardor patrio del sionismo, parece no tener bastante con que le hayan acondicionado una tierra expulsando de ella a otro pueblo. Tampoco tienen bastante con incumplir las directrices de la ONU y todo legalismo que se les ponga por delante. Más bien pareciera que, en su insaciable sed de venganza victimista, creen, sin duda alguna, que o alguien paga en la misma medida por lo que sufrieron ellos o la Segunda Guerra Mundial no puede darse por terminada. Diente por diente, ojo por ojo. Genocidio por genocidio, holocausto por holocausto. El sionismo parece regirse por leyes justicieras de hace cuatro mil años.
Adheridos a los muertos, al exterminio, a la expulsión de la tierra y a toda destrucción física o material están el odio y la venganza, como intangibles tumores crecientes. Esos son los cánceres más difíciles de extirpar en esta guerra. La paz no se construirá al alinearse a favor de un bando u otro, ni al hacer análisis históricos o académicos, ni al abstraerse elevando plegarias. Vendrá de un necesario reparto de tierras, del reconocimiento entre Estados, del cumplimiento de la legalidad propuesta por la ONU, pero también, y sobre todo, del aislamiento de quienes están infectados de odio y venganza.
Para la paz, es obligatoria la rebelión ante la barbarie desde todos los enfoques, desde el abordaje integral de la neoplasia maligna en todos los frentes posibles. Desde dentro de Israel, desde el interior de Palestina, desde el judaísmo pacifista, desde el Islam conciliador y desde la comunidad internacional que no termina de saberse qué es. António Guterres ha dado un buen primer paso. Ahora debe mantenerse firme –ya están tergiversando sus palabras– y hay que mostrarle adhesión.
Para la paz, es obligatoria la rebelión ante la barbarie desde todos los enfoques
Pero mientras el vaina de Biden aumente la ayuda económica a Israel para material bélico en vez de imponer un alto el fuego; mientras la ensimismada Europa temple gaitas en vez de liderar un proceso de paz integral con propuestas concretas; mientras el neutral papa Francisco llame al rezo en vez de proponer un encuentro ecuménico con todos los capos religiosos; mientras las comunidades progresistas de ambos bandos esgriman teorías en vez de enfrentarse a quienes empuñan la ceguera de la venganza; mientras los creadores de relatos de Hollywood y los siervos de los grandes medios internacionales se posicionen en favor de quienes tienen el poder de sus empresas y les regale titulares a sus intereses económicos en vez de ponerlos en duda, poco se puede hacer para evitar que los 2.500 niños asesinados en Gaza al comienzo de esta reflexión sean ya 2.913.
Es el momento de las propuestas de paz. No hay otra. No se puede seguir alargando este exterminio en directo. Ahora mismo son casi 2.500 niños asesinados en las últimas semanas en Gaza.
Es, también, el tiempo de las dudas. No nos podemos permitir más verdades incuestionables. A quienes afirman, con tanta...
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Paco Cano
Mis ciudades: Cádiz, Madrid, NY, Washington DC y, ahora, Barcelona. Mis territorios: las políticas culturales, la articulación ciudadana, los cuidados y el común.
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