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El aumento de las transiciones de adolescentes en los últimos tiempos ha suscitado numerosas preguntas y algunas respuestas rápidas y contundentes que no ayudan demasiado a que podamos acompañar mejor a adolescentes en sus malestares. Bellaterra acaba de publicar Adolescentes en transición. Pensar la experiencia de género en tiempos de incertidumbre, un libro de Noemi Parra y Miquel Missé que responde al interés genuino por entender mejor qué nos están planteando las personas adolescentes. El punto de partida es validar su experiencia y entenderlas como sujetos activos y críticos que tratan de dar respuesta a sus necesidades con las herramientas que tienen disponibles. Así, los autores huyen de respuestas manidas o soluciones simples, cuestionan los lugares comunes y complejizan la mirada hacia estas vivencias. Actualmente parece que, de manera mayoritaria, se ha aceptado la perspectiva despatologizadora (que no desmedicalizadora). A pesar de que no podamos descartar retrocesos, el abordaje de lo trans como enfermedad mental está en vías de superación. No obstante, este cambio en la forma de entender lo trans tiene matices: a menudo, personas trans, familiares y profesionales continuamos pensando lo trans desde el paradigma anterior, haciéndonos las mismas preguntas y buscando respuestas que están quedando caducas. Los relatos actuales de adolescentes que escuchamos en los acompañamientos que realizan familiares llenos de dudas o profesionales demuestran que esto se queda corto, que las formas de entender estos acompañamientos deben cambiar y ampliarse para dar cabida a las diferentes formas de transitar, como muestran el crecimiento de la identificación no binaria, la diversificación de las formas de plantear el cambio corporal o la desidentificación con el género asignado sin necesidad de identificarse con otro género.
La experiencia de acompañar muchas transiciones adolescentes, en definitiva, nos muestra que está emergiendo un nuevo paradigma del que quedan muchas cosas por entender. Un nuevo modelo que contiene elementos muy potentes, pero que no está ausente de riesgos. El libro nos ayuda a ubicarnos en este nuevo escenario ante el que conviene no perder la mirada crítica.
Es fundamental reflexionar sobre los riesgos que puede entrañar una sobredimensión del principio de autoidentificación
En muy poco tiempo hemos pasado de la idea de que lo trans tenía que ser diagnosticado y validado por un psiquiatra, a la idea de la autoidentificación, la noción de que el propio sujeto es quien tiene la capacidad para determinar su identidad de género. Este ha sido un paso importantísimo por el que muchas personas trans, familiares, profesionales y activistas feministas y LGTBI+ han luchado incansablemente desde principios de los 2000. Pero en el momento en que nos encontramos es fundamental reflexionar críticamente sobre los riesgos que puede entrañar una sobredimensión del principio de autoidentificación. Hay que tener en cuenta que se trata de una construcción deudora de la lógica neoliberal que nos encontramos en todas las esferas sociales; una construcción que presenta un sujeto omnipotente, que puede y debe marcar su camino; una construcción que no contempla la influencia de las estructuras sociales que habita y los marcos culturales a partir de los que se configura. Esta noción de un sujeto hecho a sí mismo puede conducir a un falso empoderamiento, pues efectivamente suena muy bien la idea de que nuestra vida depende solamente de nuestra voluntad; el problema es que esto no deja espacio para entender que lo que somos es una elaboración compleja; que somos en el marco de una red de personas que dependen unas de las otras porque somos frágiles (a pesar de lo que nos repite incansablemente el discurso neoliberal), porque nos necesitamos (lo que choca con el ideal de autonomía imperante) y porque nos deseamos.
La sobredimensión del principio de autoidentificación dificulta enormemente los acompañamientos. Como expresan en el libro profesionales que llevan años haciendo acompañamiento desde un compromiso inquebrantable hacia los derechos de las personas trans, actualmente trabajan con el miedo de recibir la acusación de transfobia si invitan a la persona a indagar, a cuestionarse o a explorar alternativas. Acompañar debería implicar acoger los sentimientos y emociones de quien transita y, a la vez, poder ampliar perspectivas y opciones, algo que muchas veces aparece cuando se tiene la posibilidad de hablar tranquilamente con alguien sin sentir que se nos juzga, cuando nos abrimos a otras posibilidades, cuando admitimos que los demás puedan ayudarnos a descubrir cosas que ignoramos… Y esto requiere una conversación sosegada, sin presiones, lo que va a contracorriente en una sociedad marcada por la prisa.
Como muestra el libro, mantener una mirada crítica ante estas cuestiones no implica cuestionar las transiciones, todo lo contrario: nos permite hacer acompañamientos más útiles, reconociendo la capacidad de agencia de sus actores (especialmente de adolescentes), ampliándola y ayudando a ver la situación en toda su complejidad.
Adolescentes en transición, además, no solo nos habla de la cuestión trans. La obra trata sobre transiciones: de adolescentes que buscan un lugar en el mundo (y lo encuentran, o no, al desplazarse del género asignado); de familias que transitan con sus adolescentes; de profesionales que ven cómo los marcos desde los que pensar el acompañamiento se mueven; y de una sociedad que transita hacia no se sabe dónde, pero que, cada vez está más claro, no va hacia un destino que ofrezca de nuevo certezas.
La amplitud de la mirada con la que se aproxima a lo trans nos da claves para entender qué está pasando hoy con el género: ¿por qué ha empezado a emerger un número significativo de personas que han habitado la categoría mujer y no se sienten identificada con ella –siendo este el principal motivo de su transición– sin pretender habitar la categoría hombre? ¿Qué fugas existen en los géneros heteronormativos? ¿Qué nos dicen sobre la relación entre género y cuerpo las nuevas formas de transitar? La mirada feminista de Noemi Parra y Miquel Missé les permite dar también pistas para seguir indagando en estas cuestiones, intentando entender qué nos dicen las experiencias trans sobre este momento social y cómo nos afecta a todas las personas.
El libro propone utilizar categorías más livianas para hablar del género
Una aportación clave de esta investigación es el análisis del contexto social en el que se dan estas transiciones. Un contexto marcado por una creciente incertidumbre. ¿Cómo orientarnos hoy para construirnos? ¿Qué pasa con los referentes tradicionales? ¿Se han creado nuevos? Esta incertidumbre ofrece ciertamente la posibilidad de cambios positivos, originales, imaginativos y fuera de la normatividad. Pero a veces podemos vivir la incertidumbre con angustia y desesperación. En cualquier caso, nos guste o no, la incertidumbre es un signo de nuestro tiempo y tenemos que aprender a transitarla, para aprovechar sus aspectos más positivos y para manejar sus interrogantes con menos angustia. En este marco, el libro propone utilizar categorías más livianas para hablar del género, entendiéndolo como una experiencia y no necesariamente como una identidad en sentido fuerte, o cuestionar el propio concepto de detransición [cese o reversión de una transición de género], por la connotación negativa que conlleva de fracaso personal y por entender que la experiencia de género es como un río que transcurre dibujando meandros que, a veces, puede parecer que te llevan al punto de partida, aunque no sea así. Son ejemplos que nos proporcionan herramientas para transitar por la incertidumbre con más calma.
Por último, queremos destacar la honestidad con la que Noemi Parra y Miquel Missé se acercan a la cuestión, con un pensamiento crítico y riguroso que les hace revisar incluso aspectos que han formulado anteriormente. En un momento como el actual, en el que las discusiones se dan, no tanto para aprender de otros puntos de vista, sino para reafirmar tus posiciones y aniquilar al contrario, Miquel y Noemi se han atrevido a salir de la guerra de trincheras y a pensar más allá de las posiciones hegemónicas. Sus voces destacan por la capacidad de escucha, de acoger sin juzgar, de ofrecer miradas aplicadas, críticas, comprometidas y valientes. En momentos de empobrecimiento del debate como el que vivimos, un pensamiento complejo como el de Adolescentes en transición apuesta, en sus propias palabras, por “alumbrar nuevos enfoques que promuevan el bienestar de las personas adolescentes trans sin renunciar a la complejidad”. Por ello, invitamos a encarar la lectura abriéndonos a ampliar horizontes, hacernos nuevas preguntas y navegar la incertidumbre.
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Cristina Garaizábal es psicóloga clínica y activista feminista.
Gerard Coll-Planas es investigador y profesor de la Universidad de Vic-Universitat Central de Catalunya.
El aumento de las transiciones de adolescentes en los últimos tiempos ha suscitado numerosas preguntas y algunas respuestas rápidas y contundentes que no ayudan demasiado a que podamos acompañar mejor a adolescentes en sus malestares. Bellaterra acaba de publicar Adolescentes en transición. Pensar la...
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Cristina Garaizabal
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