DISIDENCIA
Israelíes contra Netanyahu
En un país más derechizado que nunca, aún hay ciudadanos valientes que piden la renuncia del primer ministro y confían en el proceso de paz con los palestinos
Gabriel Izcovich Jerusalén , 18/03/2024
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En las guerras no hay ganadores, pero sí héroes. En Jerusalén conversé con dos de ellos. Dos personas con orígenes y con contextos distintos, aunque con la misma causa. Se sienten tan orgullosos de ser israelíes como avergonzados de lo que su Gobierno lleva años haciendo con los palestinos. Los conocí delante de la Knesset (el parlamento israelí). En días distintos, pero con un mismo objetivo: pedir la dimisión del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El primero es un testimonio desgarrador. Yaacov Godo es un israelí comprometido con la paz y contra la guerra. El 8 de octubre de 2023, terroristas de Hamás asesinaron a su hijo Tomen en el Kibutz Kissufim, a escasos dos kilómetros de Gaza, y tras horas de encierro y de pánico.
Yaacov enterró a su hijo y emprendió su duelo, pero rápidamente entendió que debía movilizarse para evitar un nuevo 7 de octubre, y para poner fin a tantos años de masacre, bloqueo y dolor en Gaza.
A pesar de que fue Hamás quien acabó con la vida de su hijo, Yaacov se plantaba cada semana delante de la Knesset para pedir la dimisión de Netanyahu. Lo conocí delante de la carpa donde acampa desde entonces, y justo antes de un shabat: el momento en que los judíos descansan y reflexionan.
Para Yaacov, el día del asesinato “fue muy difícil, muy doloroso. Dispararon a Tom en la mañana del 8 de octubre. Recibimos el aviso alrededor de las 9 de la mañana. Su esposa, que logró escapar con sus tres hijas, comunicó su muerte a su madre. Y su madre nos lo comunicó a nosotros. Fue muy, muy difícil. Fue como un cuchillo en el estómago”.
Tras celebrar el funeral el 13 de octubre, Yaacov se dijo a sí mismo “que vendría y me sentaría aquí, frente a la Knesset”. Aunque reconoce que antes de su llegada “esta carpa ya estaba establecida”, asume que está liderando la “operación” de protesta, junto a otro activista, Maoz.
Yacoov Godo. / G.I.
Lo hacen con un claro propósito: “Que el gobierno y el primer ministro renuncien, que se vayan de la vida política”. Una vez ocurra esto, Yaacov espera que Netanyahu “sea encarcelado por lo que ha hecho en los últimos años. Ahora está bajo acusaciones y juicio”. Luego, “deberemos reparar todo lo que han destruido”.
Hay muchos israelíes que, como Yaacov, y a pesar de Hamás, contra quien se rebelan es contra Netanyahu. Pero fuera de Israel mucha gente no es consciente de que existe esta parte de la sociedad. Aún sigo leyendo a muchos generalizar y decir que todos los israelíes son colonos.
Sobre esto, Godo explica que “solo una pequeña parte de los israelíes son colonos. Somos alrededor de 10 millones de personas, judíos, árabes, y solo 500.000 son colonos. Así que esa es la proporción. Los colonos son fuertes, porque Netanyahu llevó a su gobierno a dos partidos muy extremistas y racistas. Pero decir que la mayoría de los israelíes son colonos es algo que está muy lejos de la realidad”.
El activista tiene su propuesta para solucionar el largo conflicto: “Debemos cambiar nuestra forma de pensar. La solución no debe ser la guerra, sino el diálogo. Lograr alguna forma de paz con Gaza y Cisjordania. Ambas partes deben estar en algún tipo de Estado. Conviviendo juntos”.
Para acabar, lanza un mensaje al mundo: “Solo puedo decir que la venganza no es una forma de vivir. Y espero que todos encuentren alguna manera de vivir en paz. Vivir en democracia. Que la gente de Israel, los palestinos y los árabes, encuentren una manera de vivir juntos, sin guerras”.
Nina Esekov, una israelí harta y avergonzada de su gobierno
La otra heroína de esta historia es Nina Esekov. Hablé con ella frente a la Knesset y en la misma carpa, pero la semana siguiente, durante una manifestación. Esekov madrugó para llegar a las 9 de la mañana desde Tel Aviv, y habló con la determinación de una mujer harta y avergonzada de su Gobierno.
Esekov nació en Estados Unidos, pero tiene nacionalidad israelí. Ha estado manifestándose “durante muchos meses” contra Netanyahu, al que considera “inmerso en un grave conflicto de intereses entre su capacidad para dirigir un país y su necesidad de protegerse en los tribunales”. Esekov habla del plan de reforma judicial del líder de Likud, que pretende que Netanyahu siga en el cargo de primer ministro a pesar de tener un juicio en curso por corrupción.
“Está rompiendo el sistema legal en Israel y, para lograrlo, está sacrificando el Gobierno, y colocando en él a personas de extrema derecha o racistas que desean ocupar los territorios palestinos”, apunta Esekov, reivindicando que esos extremistas “no representan a la mayoría de Israel, pero tomaron el control del gobierno”.
Nina Esekov. / G.I.
“Nos están convirtiendo en un Estado de apartheid, lo cual es peligroso para todos. El 7 de octubre vimos el resultado de esto. Todos viven con miedo. No hay protección para los ciudadanos, que son ‘soldados’ que luchan por proteger a Israel”, añadió.
Y fue más allá: “La mayoría de Israel quiere la paz. Estoy aquí hoy porque hay una guerra en curso que beneficia a Netanyahu. Cuanto más dure la guerra, más tiempo permanecerá en el Gobierno. Obviamente, es responsable de la atrocidad que ocurrió. Y está en un terrible conflicto de intereses. ¿Cómo va a detener una guerra que quiere prolongar? La mayoría aquí quiere la paz. Y nunca la lograremos con este Gobierno”.
Como Yaacov Godo, Esekov también propone su remedio para este largo conflicto: “Hay muchas organizaciones de paz para los palestinos, como Women Rage Peace. Todo lo que queremos es lograr algún tipo de paz. ¿Y cómo hacerlo? Hay diferentes formas. Donde hay voluntad, hay un camino. Pero no hay voluntad en este momento. Ni en el Gobierno israelí ni en Hamás”.
Sobre Hamás, Esekov recordó que “es escandaloso”, ya que “no tienen razones para hacer la paz con nosotros; quieren matarnos. Pero nuestro Gobierno no es mucho mejor. No podemos tener un Gobierno que crea en la misma lógica que Hamás. No tiene sentido. La mayoría de las personas en Gaza y en Israel somos rehenes de los políticos. Y necesitamos la paz”.
Esekov también señaló a los agentes internacionales que participan en el conflicto: “Necesitamos que el mundo despierte y, en lugar de decir ‘¡no eres un Estado!’, ‘¡estás matando niños!’, que vengan para hacer la paz juntos. Uno tiene que reconocer la existencia del otro. La única solución a la violencia es llegar a algún tipo de acuerdo. Es la única forma de resolverlo”.
¿Y cómo llegar a esos acuerdos? “Hay muchos buenos políticos por ahí. Si solo reemplazaran a Bibi... Solo debe renunciar, y luego cualquier otra persona en su lugar podrá tomar decisiones mejores, que no estén en conflicto de intereses. Y que beneficien al país y a los palestinos. Pero tiene que haber un cambio”, reconoce Esekov.
Finalmente, hablamos sobre quienes sentencian que todo israelí es un colono. Por tanto, de quienes llaman ‘colonos’ incluso a israelíes activistas como ella: “Estadísticamente, menos del 15% de los israelíes son colonos. La mayoría de los israelíes son defensores de la paz. Yo misma lo soy. A Hamás no le importa: mataron a Vivian Silver, que era una activista. No les importa si somos activistas. No buscan la paz”.
Antes de despedirnos y de agradecerle su tiempo y su cordura, Esekov me dejó claro que “estoy de acuerdo con compartir la tierra. Uno de mis amigos palestinos dijo que hay suficiente tierra para todos, y que es mejor compartir la tierra estando todos encima de ella, que estar todos debajo”.
En las guerras no hay ganadores, pero sí héroes. En Jerusalén conversé con dos de ellos. Dos personas con orígenes y con contextos distintos, aunque con la misma causa. Se sienten tan orgullosos de ser israelíes como avergonzados de lo que su Gobierno lleva años haciendo con los palestinos. Los conocí...
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Gabriel Izcovich
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