nuevas conquistas
Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México
La candidata de la izquierda consigue una aplastante victoria electoral con más del 60% de los votos
Liliana David México , 3/06/2024
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Tras una jornada electoral festiva, con una participación aproximada del 60,13%, Claudia Sheinbaum ha logrado una victoria inapelable en las elecciones presidenciales de México sobre su principal opositora, Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido de acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). De acuerdo con el conteo rápido que se dio a conocer minutos antes de que terminara la noche del 2 de junio, la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei Zavala, destacó que, en el ejercicio basado en una muestra representativa del 75% de las mesas instaladas en el país, el resultado final preveía dar a la próxima presidenta un 60,7% de los votos, frente al 28,6% alcanzado por Gálvez. Unas cifras que suponen una ventaja de alrededor de 30 puntos por encima de la candidata del ‘PRIAN’. De esta manera tan contundente, la líder de la coalición política ‘Sigamos haciendo historia’, integrada por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista (PVEM) se ha convertido en la primera mujer presidenta de México.
Ser la primera mujer en conseguir la presidencia es un hito aún más que significativo si atendemos a que el voto femenino fue reconocido en 1953
Su llegada al máximo cargo político le permitirá dar continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación que inició en 2018 Andrés Manuel López Obrador, quien será recordado también como el primer presidente de izquierda en la historia reciente del país, y aquel que llevó adelante una alternativa de gobierno social –que la oposición no ha dejado de tildar de populista– frente a la tradicional derecha conservadora del PRI y del PAN, quienes habían mantenido el poder hasta la llegada de MORENA en 2018. De hecho, fue el actual presidente quien, minutos después de los resultados preliminares, y con una alegría perceptible en su rostro y su voz, compartió un mensaje a través de sus redes sociales en el que destacó su inmenso orgullo ante los resultados: “Hoy es un día de gloria, porque el pueblo de México decidió libre y democráticamente que Claudia Sheinbaum se convierta en la primera mujer presidenta en 200 años de vida independiente de nuestra República. Felicidades a todas y todos los que tenemos la dicha de vivir en estos tiempos estelares de orgullo y transformación. Se puso de nuevo el nombre de México en las alturas. ¡Es un orgullo ser mexicano!”, concluyó el presidente López Obrador.
Ser la primera mujer en conseguir la presidencia mexicana es un hito aún más que significativo si atendemos a que el voto femenino fue reconocido, muy tardíamente, en 1953, junto a la posibilidad de que las mujeres en México fueran también electas para cargos políticos. Así, setenta años después de aquella conquista del voto femenino, Sheinbaum se coloca en el decimocuarto lugar de la lista de presidentas en Latinoamérica, y la primera en alcanzarlo en América del Norte (por delante de Canadá y Estados Unidos). Una larga espera que sin duda refleja las resistencias que ha habido hacia el liderazgo femenino; México aún deberá enfrentarse a las prácticas recurrentes de una sociedad que vive instalada en la cultura forjada por el poder patriarcal, prolongada hasta este 2024.
La jornada electoral fue de amplio alcance, ya que, además de la presidencia, se ha votado por toda la geografía mexicana a 20.000 candidatos para distintos cargos locales. A nivel federal se han elegido 128 puestos para el Senado, 500 cargos para diputados y diputadas en la Cámara Baja. Entre los cargos locales, también se votó para 9 gubernaturas (entre ellas la de la Ciudad de México), 14. 560 regidurías, 1.975 sindicaturas, 1.802 presidencias municipales, 1.098 diputaciones locales, 204 concejalías y 22 presidencias de juntas municipales.
Con todo, una vez concluida la contienda político-electoral, que comenzó en septiembre de 2023, Sheinbaum deberá asumir la dirección de un país que afronta muchos retos y promesas que cumplir. La principal será, sin duda, la de atender las demandas de la ciudadanía frente a la violencia e inseguridad que desangra a México, un tema que se mostró capital durante la campaña electoral y fue utilizado por la oposición –sobre todo a partir del segundo debate televisado entre los candidatos– como la principal recriminación al sexenio de López Obrador. El aumento de la criminalidad en el país y la impunidad con la que sigue operando en muchos puntos de su geografía el crimen organizado es desde luego un tema que impondrá a la nueva presidenta una revisión de la agenda internacional, la cual deberá pactar con Estados Unidos, país que se halla inmerso en una convulsa batalla por saber quién ganará las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre. Mientras que a México ha llegado la primera presidenta del país y de la región, Estados Unidos podría tener el primer presidente condenado.
La jornada electoral fue de amplio alcance, ya que se ha votado por toda la geografía mexicana a 20.000 candidatos para distintos cargos locales
Pero más allá de las mañas y malas artes de la oposición en su uso electoralista de la violencia –algo que llevó a la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez, a llamar “narcocandidata” a Claudia Sheinbaum en varias ocasiones–, lo cierto es que no se puede negar que el proceso electoral en México ha estado marcado una vez más por la sombra del asesinato de contendientes políticos. Así, entre septiembre del 2023 y febrero de este año, se reportaron 33 aspirantes asesinados en el país, el 80% de los cuales disputaban la presidencia de algunas municipalidades. El último fue el pasado 1 de junio, cuando se registró el homicidio de Israel Delgado Vega, quien se postulaba como candidato a síndico por la coalición ‘Sigamos Haciendo Historia’ en el municipio de Cuitzeo, del Estado de Michoacán. Estos crímenes empañan los comicios y vuelven a poner encima de la mesa un complejo laberinto sociopolítico que incluye la disputa territorial entre el Estado y los grupos del crimen organizado, junto con otros agentes menos visibles, pero igualmente activos, pertenecientes al sector de empresas transnacionales con intereses energéticos en el territorio mexicano. No obstante, estas elecciones no han sido las más violentas en México; cabe recordar que hacia el final del mandato del priista Enrique Peña Nieto, durante el proceso electoral 2017-2018, se contabilizaron más de 90 asesinatos de políticos y candidatos: 31 crímenes fueron cometidos a priistas, 17 a perredistas, 8 a panistas, mientras que Morena y PT sumaron 38 muertos por violencia política.
Una nueva página en la historia del país
A partir de su investidura como presidenta, Claudia Sheinbaum deberá cumplir con las promesas de su programa de gobierno, el cual resumió durante el cierre de su campaña el pasado 29 de mayo en el Zócalo de la ciudad de México, y que volvió a repetir en su primer discurso tras la aplastante victoria electoral. Ante los entusiastas defensores de la llamada Cuarta Transformación (4T), la entonces candidata prometió continuar combatiendo la corrupción, velar por los intereses del país frente a los de las grandes industrias extranjeras, paliar los efectos de la inflación –la cual ha subido de manera significativa en los últimos años, afectando el precio de alimentos básicos–, además de no aumentar los costos de las principales fuentes energéticas (gasolina, luz y gas doméstico).
De igual manera, aseguró que defenderá la libertad de expresión, la movilización social, la lucha contra la discriminación, y que fomentará el respeto a la diversidad cultural y política, ofreciendo garantías para que las mujeres vivan libres y sin violencia. Igualmente, habló de trabajar en la protección de los derechos humanos de los migrantes mexicanos en EEUU, de incidir en el fortalecimiento de programas sociales (salud pública y salario mínimo) y de consolidar los grandes programas estratégicos iniciados por López Obrador: el Tren Maya, el Tren Interoceánico y la Refinería Dos Bocas.
Frente a los miles de convocados en la ciudad capitalina y, días después, ante los simpatizantes de la 4T congregados en el hotel Hilton Alameda de CDMX, se comprometió a promover la soberanía energética y alimentaria, así como a impulsar estrategias para combatir los problemas medioambientales, a profundizar en una estrategia de paz y seguridad, y a reformar el Poder Judicial.
En su primera intervención poselectoral, Claudia Sheinbaum aprovechó para agradecer a todos los que le dieron la posibilidad de convertirse en la primera presidenta en la historia del país, y recordó que su triunfo ha sido obra de todas las mujeres. “Como he dicho en otras ocasiones, no llego sola; llegamos todas, con las heroínas, con las madres, hijas y nietas”. Antes de acabar, no quiso dejar de agradecer de manera muy especial el respaldo del presidente López Obrador, al que calificó como “un hombre excepcional, único, que ha transformado para bien la historia de nuestro país”. Ante la mención al veterano líder político, el auditorio prorrumpió en un aplauso que bien podría servir como preámbulo de la pregunta que, en los próximos días y meses, antes de la investidura oficial de la nueva presidenta, muchos volverán a hacerse: ¿cuáles serán a partir de ahora las relaciones entre la nueva presidenta de México y el exmandatario; entre la 4T de AMLO y el estilo de la nueva transformación de Sheinbaum? Ante la incógnita, lo que sí dejan claro los resultados de estas elecciones, ante el aumento del Partido Verde, el buen resultado de Movimiento Ciudadano y el desplome del PRI y el PRD –como han reconocido incluso algunos comentaristas de medios de comunicación opuestos al gobierno– es que una nueva página de la historia política se abre para el país. Lo que vayamos a leer en ella es lo que ahora está por escribirse.
Tras una jornada electoral festiva, con una participación aproximada del 60,13%, Claudia Sheinbaum ha logrado una victoria inapelable en las elecciones presidenciales de México sobre su principal opositora, Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido de...
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Liliana David
Periodista Cultural y Doctora en Filosofía por la Universidad Michoacana (UMSNH), en México. Su interés actual se centra en el estudio de las relaciones entre la literatura y la filosofía, así como la divulgación del pensamiento a través del periodismo.
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