Cantor de coplas (I)
José Luis Ortiz Nuevo 2/02/2015
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Estas palabras mías que ahora vienen no son no van a ser una académica lección por mor de las coplas cultas que el maestro Morente vertió al flamenco sino como es en mí costumbre y más tratándose de su persona serán seguramente un alegato de querencia otro más y no me pesa aunque sea después de haberse muerto pero no en la memoria mía donde habita vivo y lo recuerdo en tanto y tanto también cuando decía te amo con un amor inalterable engarzaba una cuenta de El collar de la paloma la voz reconocida más remota presente en el lírico cancionero de autor del granaíno de poeta a poeta de siglo a siglo de verso a verso de fonema a fonema así de intensa y de fecunda fue su pasión por transmitir con música suya las escritas pasiones hermosas heridas brillantes hondas preciosas y precisas huellas pensamientos
de Ibm-Hazm
de Al Mutamid
de San Juan de la Cruz
de Fray Luis de León
de Santa Teresa de Ávila
de Lope de Vega
de Luis de Góngora
de Miguel de Cervantes
de Francisco de Quevedo
de Juan de la Encina
de Gustavo Adolfo Bécquer
de Manuel Machado
de Antonio Machado
de Francisco García Lorca
de Federico García Lorca
de Miguel Hernández
de Luis Cernuda
de Dámaso Alonso
de Rafael Alberti
de León Felipe
de Nicolás Guillén
de José Bergamín
de José Hierro
de Ángel González
de Javier Egea
de María Zambrano
de Pablo Picasso
de Pedro Garfias
de Horacio Ferrer de Luis Rius de Leonard Cohen de Luis García Montero a más de las mil coplas anónimas de la colección de cantes flamencos que recogieron nuestro señor Antonio Machado y Álvarez Demófilo y don Francisco Rodríguez Marín El bachiller de Osuna y eran en verdad sus libros de cabecera inquieta curiosa a más no poder dícese que insaciable pretendiendo a la belleza en giros frases sonidos acentos ritmos sílabas y letras las vocales enormes
la a
la e
la i
la o
la u
o enigmas que llamaran o llamasen su atención lo suficiente como para enamorarse de lo leído y aprendido hasta hacerlo propio y darle voz jonda él que no era místico ni ascético ni tampoco clérigo manque de chico fuera monaguillo en la catedral sino aproximadamente como servidor mismo agnóstico andaluz saetero del Cristo moreno y pertinaz amante de las madrugadas que solían encontrarlo predispuesto capaz y decidío para componer y componer sobre esas piedras preciosas de literatura clásica en que se reconocía íntegro y profundo diciendo asegúuuuuuurameeeee asegúrame que cumplirás la promesa y no te cambiarás por mi lejanía asegúrame estar contigo siempre que me concedas ese deseo y Al Mutamid resucita íntegro se acerca viene a nos espléndido y moderno contemporáneo fresco como fruto recién cogido en los campos del amor porque Morente lo reescribe al tres por cuatro trenzado armónico rotundo discursivo y hábil también a las hechuras del baile por los finos encajes del poema como lo hace por otras oscuras galerías con palabras nuevas infinitas aunque sean otras o la misma necesidad y otro sea el momento y sea de noche
en esta noche oscura de la vida
su origen no lo sé pues no lo tiene
mas sé que todo origen de ella viene
aunque es de noche
sé que no puede haber cosa tan bella
y que cielos y tierra beben de ella
aunque es de noche
llega a la barranquera honda del cantor el verbo de San Juan de la Cruz iluminado de fe que por mor de Enrique se transubstancia en son de tango terrenal elegante y propio uno de los primeros del creador a cuenta de esta honda y vieja rama del saber flamenco que tanto exploró incluso por estos predios lírico litúrgicos que el artista entonces la mar de joven descubre como joyas de una escritura a la que accede con la predisposición no de un creyente sino de un hombre librepensador que explora estos prístinos modelos de éxtasis y en ellos halla vetas de singulares arrebatos y de ideas susceptibles de ser utilizadas en el mejor sentido de utilizar y por ello removió pretéritas maneras de cantes no sólo de música sino también sus textos sin detenerse ante las dificultades de composición de ciertos argumentos porque fueran formas poéticas no ajustadas a las tradiciones de las coplas sino versos con otras estructuras imposibles de cuadrar a jondo de no ser por el talento músico de quien siendo un sincero descreído fue capaz de proclamar con el ínclito religioso clásico tan conmovedoramente que
No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte
y de quererte siempre y de agradecerte viejo amigo el caudal fabuloso de tu obra que ahora nos acompaña y nos consuela tu ausencia nos quita lágrimas y nos da contento a salvo la confianza de que está guardao en la memoria de los medios mecánicos la asombrosa aportación que hiciste por tantos sitios diversos de las voces tuyas estelas vivas hasta donde habite el olvido en los vastos jardines sin aurora donde yo sólo sea una piedra sepultada entre ortigas sobre la cual el viento escapa a sus insomnios en las esferas de los tiempos que vengan y antes de extinguirse recuerden la exquisita sutil delicadeza de Luis Cernuda en una de tus incursiones musicales más recientes asomándote al siglo XXI Tú que traías enseñanzas de los Bernardos Aurelios y Matronas naturales del 1887 dos años antes de que el señor Silverio Franconetti falleciera en Serva la Bari y a la vez crecía en uno de sus patios más preciosos la mesura de un muchacho serio cabal luz y sombra firme del árbol centenario de los Machado con sus nombres y he aquí al modesto Antonio profesor de francés traducido también a lo flamenco por mor de bulería reposada serena hilvanaíta al sentido del cantar que crece y se eleva y sube y asciende como se trenza en mágico corro de palmas guitarras jaleos
Y en los labios de los niños
Las canciones llevan
Confusa la historia
Y clara la pena
Como lleva el agua
Clara su conseja
De viejos amores
Que nunca se cuentan
el tiempo se cuenta el tiempo las horas los instantes y los días las fatídicas terribles y las de placer benditas de bonanza que acuden y antes del todo estar se desvanecen presurosas como fragancia en aire
el divino sol que sale
estar contigo siempre
era dulce tu memoria
me gusta por la mañana
hasta el blanco gemío del alba
resplandece el día
de risas eternas
toítos se van despidiendo
cuando yo estaba en prisiones
mi horita mala a mí me llegó
males que acarrea el tiempo
mira que no eres eterno
que le quean cuatro meses
me dieron las doce
a eso de la una
a las dos de la noche
porque de noche con el pensamiento
en los brazos de la noche
esta noche no me acuesto
hasta que la noche llegue
toa la noche de jarana
pasar la noche sin luna
cuando me voy a dormir
de noche no duermo
de día tampoco
Pasan los años y los siglos
Y las horas no cesan
Las olas van y vienen y se rompen
Hay más olas que estrellas
Y en granos de arena
Contamos el tiempo
Con las olas amargas coronadas de espuma
Continuará.
Estas palabras mías que ahora vienen no son no van a ser una académica lección por mor de las coplas cultas que el maestro Morente vertió al flamenco sino como es en mí costumbre y más tratándose de su persona serán seguramente un alegato de...
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José Luis Ortiz Nuevo
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