Más contexto / Tragedia en el Mediterráneo
400 inmigrantes… y dos personas muertas
Ekaitz Cancela 16/04/2015
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Una de las noticias de la semana pasada fue la muerte de dos espeleólogos españoles en una zona montañosa del sur de Marruecos. Esta columna tenía como fin dar “contexto” al suceso. Se titulaba: “Marruecos y España: ¿Cooperación o miedo?” y hablaba de que el único superviviente del accidente atribuyó a la incompetencia de la Gendarmería marroquí la muerte de uno de sus compañeros, de que el aterrado Gobierno español eludía culpar directamente al país con quien comparte perímetro fronterizo y del que depende para frenar el yihadismo, también como socio comercial y, por supuesto, para controlar los flujos de inmigración ilegal. Punto. Era una de las noticias de la semana hasta que el martes se conoció la muerte de 400 personas tras naufragar su embarcación en el Mediterráneo.
Lo único que cambia entre ambas noticias son el número y el color de los muertos. También la forma de referirnos a ellos, personas contra inmigrantes, y el espacio que le han dedicado los grandes medios. Los cuartos de final de la Champions se estaban jugando en ese momento.
Según Save The Children, en 48 horas más de 5.100 inmigrantes intentaron cruzar las aguas del Mediterráneo en 18 pateras. 450 eran niños, de los cuales 317 viajaban solos. Las 400 personas muertas elevan la tragedia a la más grande hasta el momento en la ruta entre África y Europa. Sí, hasta el momento.
En la anterior columna también hablaba de que la muerte de dos personas tenía responsabilidades directas para un gobierno. En este caso, más de uno: todos aquellos que acabaron con Mare Nostrum, una operación que permitió a Italia rescatar a 73.686 personas desde el 18 de octubre de 2013. Comenzó 16 días después de que 368 inmigrantes murieran ahogados frente a las costas de Europa en Lampedusa, la tragedia por excelencia en el Mediterráneo. Ya no existe.
Gracias a Mare Nostrum, Italia -prácticamente en solitario- salvó las vidas de más de 155.000 personas que se arriesgaron a perecer ahogadas en aguas europeas. La UE lanzó en su lugar una operación fronteriza denominada Tritón, con una inversión tres veces menor que la anterior. “Es un ejemplo claro de que Europa sigue más preocupada por proteger sus fronteras que por proteger a las personas”, señalaba Amnistía Internacional, organización cuyo lema dice casualmente: “El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo”.
Por último, el anterior texto, que nunca se publicó, hablaba del aumento de las cifras de refugiados que llegaban a España por Marruecos, y que en este caso se traduce en esas personas que arriesgan su vida en el mar porque escapan de la guerra en sus países. Y si huyen es porque el mundo se enfrenta hoy “a la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial”. Siria ha cumplido cuatro años de conflicto y nuestras fronteras lo notan. Sólo en España, 3.305 sirios llegaron en 2014 de forma irregular, porque para entrar regularmente hace falta dinero.
No hace ni dos meses, Soledad Gallego-Díaz escribía: “¿Europa va a hacer algo para impedir la muerte de miles de refugiados políticos a dos palmos de sus costas o se va a esconder detrás de complicados procedimientos burocráticos?”.
Una de las noticias de la semana pasada fue la muerte de dos espeleólogos españoles en una zona montañosa del sur de Marruecos. Esta columna tenía como fin dar “contexto” al suceso. Se titulaba: “Marruecos y España: ¿Cooperación o miedo?” y hablaba de que el único superviviente del accidente atribuyó a la...
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Ekaitz Cancela
Escribo sobre política europea desde Bruselas. Especial interés en la influencia de los 'lobbies' corporativos en la toma de decisiones, los Derechos Humanos, la desigualdad y el TTIP.
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