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Lo primero que uno se encuentra al entrar al centro de Cádiz es un jardín frente a la Puerta de Tierra en el cual, desde que empezó la campaña, habitan unas letras de tamaño gigante que, colocadas sobre el césped unas junto a otras, rezan: VOTA TEÓFILA. Impacta ver la propaganda electoral fuera de su soporte habitual, pasando del cartel al gigantesco 3D para tomar un monumento público. Es algo habitual aquí, me cuentan un conocido gestor cultural y un dibujante y chirigotero, ambos tachados con el boli rojo de la lista de amigos de la eterna alcaldesa. “Ella es así, esto no es nuevo. En Cádiz la campaña preelectoral de Teófila dura ya 20 años. Tiene copados todos los medios y el bombardeo de publicidad y buzoneo no cesa. Es increíble”.
La alcaldesa no tiene diseñado un plan real de futuro para la ciudad, pero sí tiene siempre alimentado un plan de futuro para ella misma, me dicen. “Cuando le preguntan por estas cosas tan excesivas que hace copando las plazas con su nombre, ella responde que este tipo de instalaciones en espacios públicos son totalmente legales. Ella las ha pagado con su dinero, dice, y el ayuntamiento, es decir, ella misma, se ha dado el permiso oficial para que se instalen. Y las letras gigantes no son lo único que ha hecho. ¿Has visto lo de las cintas de cassette con teclas gigantes que ha colocado por toda la ciudad? Es un puntazo”.
¿Has visto lo de las cintas de cassette con teclas gigantes que ha colocado por toda la ciudad? Es un puntazo”.
Bajo por una calle comercial que desemboca en una plaza y allí me encuentro con las famosas teclas gigantes. Una instalación de unos dos metros de alto por diez de ancho en la cual una tecla de color morado con el nombre del partido con el que Podemos se presenta en Cádiz simboliza el REWIND, es decir, la marcha atrás rápida para la ciudad; una en rojo con las siglas PSOE es el STOP; Ciudadanos de color naranja es PAUSE, quizá simbolizando la espera a posibles pactos después del domingo; y dos teclas azules sin el nombre del PP, ausente en la simbología electoral de toda la ciudad, enseñan el nombre de la alcaldísima junto al icono de PLAY y el avance rápido.
Los comentarios son constantes al pasar junto al peculiar monumento. “Esta tía es la leche”, ríe una pareja de jóvenes gaditanos sin mostrar un gesto que pueda interpretarse como aprobación o rechazo, sino más bien como una simple constatación del hecho de que esta tía es la leche.
Unos guiris le preguntan a la dependienta de una tienda que fuma un cigarro en la puerta sobre el significado de la obra que adorna la céntrica plaza ya que, después de concederle el beneficio de la duda a esto del arte contemporáneo, no acaban de llegar a ninguna conclusión. "Esto es una cosa de las elecciones", los despacha sin mojarse, al tiempo que José Luis, un ex trabajador de Delphi pasa junto a la obra y da en voz alta una versión un poco más emocional que la de la dependienta: “Qué hija de… esto es pa’quemarlo. Hay que tener poca vergüenza, veinte años llevamos ya aguantando las tonterías de la señorita Teo mientras los demás estamos pasándolas putas. Qué poca vergüenza”.
José Luis lleva ocho años en paro y 400 días de encierro con sus compañeros despedidos. Delphi es un símbolo en una zona con la tasa de desempleo más alta a nivel europeo. El brutal nivel de paro y la falta de oportunidades son dos cosas que en Cádiz se han percibido durante demasiados años como se percibe el viento de levante, una molestia que está ahí, pura climatología.
El brutal nivel de paro y la falta de oportunidades son dos cosas que en Cádiz se han percibido durante demasiados años como se percibe el viento de levante, una molestia que está ahí, pura climatología.
Decían Los Enteraos, chirigota de hace unos años comandada por el letrista de Carnaval García Cossío, El Selu, que ellos eran de izquierdas de toda la vida, pero que cuando veían a la alcaldesa del Partido Popular Teófila Martínez, deslumbrando con su glamour y su ropa cara no podían evitarlo y la votaban. No es mal análisis sociológico el del Selu sobre lo que pasa hoy en Cádiz, y viene a coincidir con las encuestas preelectorales: Cádiz, que aupó a Podemos al primer escalón de la ciudad en las elecciones andaluzas de hace solo dos meses, volverá a colocar previsiblemente el personalismo de Teófila a la cabeza en las elecciones a la alcaldía, esta vez, eso sí, sin la facilidad de las mayorías absolutas a las que estaba acostumbrada la imbatible cántabra.
Todos en Cádiz, afines y contrarios a Teófila, coinciden en algo: tiene carisma. En una charla con un café y un helado, un fotógrafo de la zona me cuenta una anécdota. “Por relaciones familiares y tal, Teófila vino al entierro de un familiar mío. Cuando me di cuenta estaba ya saludando a amigos que habían venido de fuera y se sabía sus nombres. Es una relaciones públicas muy potente”.
“Conoce y saluda de esa forma populista que tanto critica su partido a la mitad de Cádiz. A la otra mitad la ignora y la borra del mapa municipal. En cuanto sacas los pies de su tiesto, no existes ni para Teófila ni para todos los medios de comunicación locales”, añade otro. Otra chica recuerda: “A mi abuela iba a verla de vez en cuando a su casa a preguntarle por la circulación de las piernas. Y mi abuela, claro, encantada con la Teo”.
Lo de Teófila Martínez es un hiperliderazgo al estilo latinoamericano de una mujer que llegó a Cádiz hace toda una vida para hacer las Américas de la política y que ahora ve peligrar su asiento. ¿Hay partido en Cádiz? José María González (Por Cádiz sí se puede), Fran González (PSOE), Juan Manuel Pérez (Ciudadanos) y Martín Vila (Ganar Cádiz en común). Quédense con esos nombres porque de los acuerdos que entre ellos se produzcan después del día 24 podría surgir un ayuntamiento sin Teófila por primera vez en 20 años, o en su defecto la continuidad de un Teofilato debilitado y nunca visto.
"Por primera vez, Teófila está nerviosa y tiene miedo", me dice José María González, conocido en Cádiz como Kichi, y candidato de la marca blanca de Podemos.
"Por primera vez, Teófila está nerviosa y tiene miedo", me dice José María González, conocido en Cádiz como Kichi. El candidato de la marca blanca de Podemos, principal alternativa a Teófila según las encuestas, me invita a acercarme a su barrio, La Viña, y tomamos unas cervezas en una terraza junto a Vito, un compañero que le ayuda con la campaña. “Aquí no habíamos vivido un clima de cambio así en los últimos 20 años, se nota en la gente que te lo dice continuamente por la calle”. Me lo cuenta al tiempo que sucede. Le interrumpen la cerveza cada dos minutos. “Kichi, fuerza este domingo”, “¿Vamos a ganar o no, Kichi?”, “Hay que echar ya a la Teo, Kichi. El domingo voy contigo. Oye, ¿y la Tere? ¿Está por aquí hoy o está en Sevilla?”.
Es un goteo continuo y familiar. Kichi sabe que en su barrio juega en casa. Pero no todo es La Viña, y a Kichi --novio de Teresa Rodríguez, líder andaluza de Podemos--, las encuestas lo sitúan por detrás de la actual alcaldesa. Le pregunto qué pasará después del domingo. “Después del domingo lo que va a pasar es que habremos acabado con el bipartidismo. Nosotros salimos a ganar, a ver qué pasa”. ¿Y si después del domingo para echar a Teófila y cumplir con esas ganas de cambio hay que pactar con el PSOE?, le pregunto. Ortodoxia podemita: “Cualquier decisión de ese tipo habría que consultarla en referéndum”. Luego, pone una piedra en el camino: “Nosotros somos conscientes de que la situación de Cádiz no sólo es responsabilidad de Teófila Martínez, es responsabilidad de los dos partidos que durante décadas han abandonado a Cádiz sin apostar por un tejido industrial ni nada que vaya más allá del turismo de playa. Yo nací en Holanda porque aquí no había trabajo para mis padres, y 40 años después Cádiz está en la misma situación”.
Antes de abandonar Cádiz paro en una papelería. La tienda lleva abierta el mismo tiempo que Teófila lleva sentada en el asiento de alcaldesa, es decir dos décadas. “En negocios como este se nota más la crisis y estando en Cádiz es todavía más complicado por las circunstancias del paro, la situación geográfica, etc. ¿Tú qué estás aquí, por vacaciones?”, me pregunta. He venido para escribir sobre el ambiente antes de las elecciones. ¿Cómo ves la cosa?, le devuelvo la pregunta. "Yo creo que Teófila seguirá siendo alcaldesa hasta que decida que quiere dejar de serlo", me dice con tono de resignación.
Lo primero que uno se encuentra al entrar al centro de Cádiz es un jardín frente a la Puerta de Tierra en el cual, desde que empezó la campaña, habitan unas letras de tamaño gigante que, colocadas sobre el césped unas junto a otras, rezan: VOTA TEÓFILA. Impacta ver la propaganda electoral fuera de su soporte...
Autor >
Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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