El empuje kurdo frena la escalada de Erdogan
El partido del presidente de Turquía pierde la mayoría absoluta ante el avance del HDP kurdo y ve peligrar su transición a un sistema presidencialista y su "islamización tranquila" del país
Grettel Reinoso Ankara (Turquía) , 10/06/2015
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Estos días, la política turca parece una nueva temporada de Juego de Tronos. Tras trece años de hegemonía del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan, esta formación sufrió el domingo un verdadero desplome en las urnas, con una pérdida de casi 10 puntos respecto a los comicios anteriores. El AKP no sólo pierde la mayoría parlamentaria, sino que se enfrenta ahora a un escenario de pesadilla, obligado a buscar una coalición, a gobernar en minoría o a esperar la convocatoria de elecciones anticipadas.
El motivo es la entrada al Parlamento del Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP), un partido de mayoría kurda (si bien refundado para arrastrar el voto de castigo de muchos turcos) liderado por el carismático Selahattin Demirtas, a quien el diario británico The Guardian ha bautizado como el Obama kurdo”. El HDP ha logrado nada menos que 80 escaños, que de otra forma habrían ido a parar en su mayoría al AKP.
“Si queremos una Nueva Turquía, necesitamos 400 diputados”, había pedido Erdogan a los votantes. Pero esa Nueva Turquía que trataba de promover el AKP implicaba un cambio de sistema político hacia un sistema presidencialista, en el que apenas habría contrapesos al poder del presidente Erdogan. Algo que, según los sondeos, rechaza la mayoría de los turcos, incluyendo a muchos partidarios del actual gobierno. Como resultado, el AKP apenas consiguió alcanzar 258 escaños, 18 menos de los necesarios para tan siquiera formar un gobierno de partido único.
El HDP, a quien algunos consideran una especie de Podemos turco, es el primer partido de Turquía en introducir cuotas igualitarias para ambos sexos, y todas sus oficinas y ayuntamientos están codirigidos por un hombre y una mujer. Sus listas también incluían candidatos abiertamente homosexuales y miembros de otras minorías, como cristianos, armenios y yazidíes. El elevado número de mujeres en sus candidaturas ha hecho que el número total de diputadas electas en el Parlamento crezca de 79 a 98.
Con todo ello, el joven partido también le robó votos a una parte de la izquierda turca, que aunque en muchos casos no simpatiza demasiado con el movimiento kurdo, apostó por arrebatarle la mayoría absoluta al AKP y frustrar el engendro de califato que tenía entre manos el presidente Tayyip Erdogan.
De las cuatro principales fuerzas políticas que se disputaron los votos este 7 de junio, fueron precisamente los dos polos opuestos los que aumentaron su resultado con respecto a otros años: el HDP y el ultranacionalista Partido del Movimiento Nacionalista (MHP). El Partido Republicano Popular (CHP), la principal fuerza opositora, de ideología secularista, mantuvo el mismo porcentaje de votos anterior, aunque también perdió algunos diputados.
Una de las claves de las elecciones legislativas ha sido la negociación con la guerrilla kurda del PKK, de la que renegó incluso Erdogan.
“Por lo que hemos visto por las regiones en las que el AKP ha perdido votos, un sector importante de sus votantes kurdos se han ido al HDP, y una parte de sus votantes más conservadores y nacionalistas se ha ido al MHP”, explica Carmen Rodríguez, profesora de Estudios Turcos Contemporáneos de la Universidad Autónoma de Madrid, que ha viajado a Estambul para estar presente durante los comicios.
Para esta analista, una de las claves de las elecciones han sido las negociaciones que el gobierno turco mantiene desde hace dos años con la guerrilla kurda del PKK, para intentar poner fin a un conflicto armado que se ha cobrado alrededor de 40.000 vidas desde los años 80. Hace tres meses, alarmado ante la posible pérdida de votos entre el sector turco más nacionalista, el propio Erdogan denunció el proceso que él mismo había contribuido a poner en marcha, asegurando que “nunca ha habido un problema kurdo en Turquía”.
“La actitud de Erdogan en los últimos meses respecto al proceso de negociación con el PKK ha agraviado a muchos kurdos, que han encontrado en el HDP una forma de canalizar su frustración. También ha hecho mella la campaña del MHP, que ha atacado duramente al AKP por sus casos de corrupción, y también por el proceso de paz con el PKK, que han calificado como una traición al país”, afirma Rodríguez.
El líder del MHP, Devlet Bahçeli, ha impuesto sus propias condiciones para una posible coalición: la no intervención de Erdogan en los asuntos de gobierno, que se aparte a todos los altos cargos implicados en casos de corrupción, y que el actual primer ministro, Ahmet Davutoglu, cancele el proceso de paz. En caso contrario, ha afirmado que su partido está “listo para ser la oposición principal”.
“La elección de los círculos financieros sería una gran coalición entre el AKP y el CHP, que podría traer una nueva constitución que incluyese una solución razonable al problema kurdo”, explica Murat Yetkin, periodista y analista político del diario turco Radikal. Pero dicho pacto podría significar el suicidio político del CHP, un partido que se distingue como heredero de los ideales secularistas de Mustafá Kemal Atatürk, padre fundador de la nación turca. Al mismo tiempo, el CHP ha declarado que impulsará las investigaciones anticorrupción contra cuatro ex ministros del AKP, hasta ahora bloqueadas por el gobierno turco, pero que ya no cuenta con poder suficiente para vetarlas. Una actitud, en cualquier caso, que no parece favorable a una posible coalición.
“Ahora mismo, los partidos políticos CHP y MHP, que han atacado duramente al AKP, tendrían muchos problemas para formar una coalición con este partido si no se producen cambios fundamentales sobre la forma de gestionar el país. Esto creo que va a ser la prioridad número uno, cómo limitar el poder que Erdogan ha ejercido sobre el ejecutivo en los últimos años y restablecer el imperio de la ley en Turquía”, indica Rodríguez.
“Otra posibilidad es una coalición CHP-MHP que desde fuera pudiera apoyar el HDP. En este caso, si el MHP formara parte del gobierno, el proceso de paz se pararía, sin duda. Si estos partidos restablecen garantías para fortalecer los derechos y deberes fundamentales en Turquía, el HDP tal vez podría esperar un poco para plantear sus demandas concretas. Pero todo ello es una incógnita, la victoria del HDP ha generado expectativas muy altas entre la población kurda, que puede esperar resultados inmediatos”, añade.
De esta forma, si en 45 días el primer ministro Davutoglu es incapaz de formar un gobierno en coalición o uno en minoría que pueda gobernar, la constitución le da autoridad al presidente Erdogan para convocar elecciones anticipadas, que deberán ocurrir en un plazo máximo de un año.
Mientras semejantes cálculos tienen lugar, la economía parece ser la principal afectada, con un desplome de un 5 % de la lira turca y una caída de la bolsa de más de un 7 % en las primeras veinticuatro horas tras las elecciones. Las comunidades financieras esperan por tanto la formación de un gobierno en coalición que continúe con los proyectos iniciados, apruebe el inicio de los ya planificados y mantenga las metas económicas a largo plazo creadas por el gobierno anterior.
¿Y Bruselas? “El problema de Europa es que hace ya bastante tiempo que Turquía no está cumpliendo con los criterios de Copenhague, pero la UE es reticente a romper el vínculo porque no quieren una segunda Rusia en el flanco oriental de Europa”, afirma Cengiz Aktar, uno de los principales analistas políticos del país, especialista en asuntos europeos. “Quieren mantener este vínculo durante el mayor tiempo posible. Pero sin duda van a esperar los resultados de las elecciones y tarde o temprano, Turquía volverá al proceso de adhesión. Pero mientras se habrá perdido mucho tiempo y energía”, dice a CTXT.
Estos días, la política turca parece una nueva temporada de Juego de Tronos. Tras trece años de hegemonía del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan, esta formación sufrió el domingo un verdadero desplome en las urnas, con una pérdida de casi 10 puntos respecto a los comicios...
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