Desde 2010, 313 mujeres han muerto asesinadas por sus parejas en España. En ese mismo periodo se han dictado 174.259 órdenes de alejamiento --sin contar las de este año--, según los datos del Ministerio de Sanidad. La brecha salarial entre hombres y mujeres ha crecido casi tres puntos porcentuales entre 2008 y 2013 y se sitúa en el 19,3%, lo que nos aleja de la media europea, donde es del 16,4%. La tasa de empleo femenino es un 9,6% más baja que la de los hombres, según Eurostat (el 63,4% de los hombres trabaja, frente al 53,8 % de las mujeres). Los consejos de administración de las empresas que conforman el IBEX apenas cuentan con un 17% de mujeres.

A la frialdad de estos desoladores datos hay que añadir las todavía más desoladoras declaraciones machistas de políticos de todos los colores. Las últimas, las del alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP): "Ya sabéis que las mujeres, cuanto más desnudas, más elegantes, y los hombres, cuanto más vestidos, más elegantes". Antes que él, Javier León de la Riva, ex alcalde de Valladolid se había manifestado con un tono igualmente grosero: "Hay veces que en un ascensor a mí me da cierto reparo entrar depende con quien me encuentre dentro. Tú piensa que entras en un ascensor y hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se mete contigo en el ascensor, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que la has intentado agredir".

Miguel Arias Cañete ha conseguido ser comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, pese a que en un debate con Elena Valenciano dijo aquello de que “el debate entre un hombre y una mujer es muy complicado. Porque si haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa”.

Castelao Bragaña tuvo que dimitir de presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior, después de pedir un acta en una reunión y al ver que faltaba un voto, decir: “No pasa nada. ¿Hay nueve votos? Poned diez… Las leyes son como las mujeres, están para violarlas”.

Todos corren a pedir disculpas cuando sus palabras ocupan titulares y revolucionan las redes sociales. Todos se excusan en una “mala interpretación” y en el manido “fuera de contexto”. Algunos, los menos, dimiten. Y, las mujeres --puede que no todas-- nos sentimos cada vez más indignadas.

Ayer esperé que algún responsable político pidiera la dimisión de Torres Hurtado. Esta mañana he buscado en los periódicos esa misma petición. De momento, solo IU lo ha hecho; el PSOE se ha limitado a solicitar un pleno extraordinario para reprobar al alcalde; Ciudadanos, en un vergonzoso ejercicio de hipocresía, ha tenido que borrar un tuit lanzado por la formación en Cataluña donde pedía la renuncia del alcalde, y Vamos Granada se ha conformado con condenar las declaraciones.  

Hace apenas tres semanas, políticos de todos los colores se lanzaron a la yugular del concejal de Madrid Guillermo Zapata por unos desafortunadísimos tuits de hace cuatro años mofándose de unas víctimas. También él alegó falta de contexto y mala interpretación. No sirvió de nada. La campaña de descrédito no paró hasta obtener su dimisión como concejal de Cultura.

¿Y qué pasa con las mujeres víctimas? ¿Quién se acuerda de esas 313 mujeres muertas en cinco años y decenas de miles más discriminadas todos los días en sus lugares de trabajo?

Señor alcalde de Granada, no basta con pedir disculpas y ofrecer estúpidas explicaciones sobre el calor para justificar sus bochornosas palabras. Dimita ya. Señoras diputadas y señores diputados, concejales y concejalas, de cualquier color político: basta ya de hacernos tragar bromas, chistes y comentarios sexistas y ofensivos. Exijan la inmediata dimisión de Torres Hurtado.