La casa verde
Cortázar, Vargas Llosa y Patricia: carta, novela y dedicatoria
Marina Sanmartín 15/07/2015
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Hace unos días di por casualidad en la red con la carta que Cortázar le escribió a Vargas Llosa en 1965, a propósito de la segunda novela del autor peruano, La casa verde. Vargas Llosa, en un arranque de confianza, había enviado a Ginebra uno copia del texto mecanografiado, aún inédito, para que Cortázar, prácticamente antes que nadie, lo leyera y le diera su opinión; y Cortázar cumplió su cometido plasmando en unas pocas líneas toda una lección de literatura, porque La casa verde les había parecido a él y a su esposa, que se sumó a la lectura de la obra, un artilugio extraordinario, capaz de llevar a cualquier lector sensible hasta "un estado muy próximo a la hipnosis (y eso no significa pérdida de lucidez, sino paso a otra forma de lucidez, que es el milagro de toda gran novela)".
Después de semejante revelación, decidí que no podía dejar pasar más tiempo sin leerla y la casualidad jugó una vez más a mi favor, porque en una de las visitas a casa de mi padre, buscando en las estanterías de su despacho alguna novelita de género para coger el sueño en medio de tanto calor, La casa verde se presentó ante mí; casi me atrevería a decir que salió a mi encuentro en la "edición definitiva" (al menos eso se indica en la portada) que Alfaguara puso en circulación en 1999.
"Me llevaron a inventar esta historia los recuerdos de una choza prostibularia, pintada de verde, que coloreaba el arenal de Piura el año 1946...". Así empieza Vargas Llosa el prólogo que sigue al escueto índice y precede a la dedicatoria: 'A Patricia'; 'A Patricia', dos palabras escritas en los años sesenta con vocación de eternidad, suspendidas como estrellas en el vacío de la página en blanco.
Todo un obstáculo, el último intento de la realidad por retenerme.
Menos mal que soy fuerte y la realidad conmigo no suele tener éxito.
Desde el principio, la lectura de La casa verde implica un reto: su estructura es tan frondosa e imbricada como la selva en la que transcurre parte de la acción, y por alguna razón que no identifico me recuerda a Las palmeras salvajes... pero no quiero escribir sobre la novela, ya lo hace Cortázar en su carta, y tan bien que es mejor no intentar imitarle.
Quiero hablar de esos dos mundos separados por una frontera casi invisible, por ese 'A Patricia', que es como la señal en los mapas antiguos: "A partir de aquí, monstruos", suerte a aquellos que se atrevan a adentrarse en la ficción (la ficción que cuando es buena es peligrosa y puede convertirse en una trampa).
Cuando era una adolescente, durante un verano, cayó en mis manos otro libro de Vargas Llosa, un conjunto de ensayos sobre algunas obras maestras de la literatura, La verdad de las mentiras. Recuerdo que lo devoré y, gracias a él o por su culpa, empecé a inclinarme hacia ese otro universo que exige no tener los pies en el suelo e inventar siempre: el de las historias ficticias.
Miento mucho. Es una de las primeras cosas que digo cuando me presento a alguien que, intuyo, va a importarme. Con los años he aprendido que existen dos tipos de personas: las que se mueven con más agilidad en la vida real y aquellas que sólo son capaces de sobrevivir refugiándose a menudo en ese estado de hipnosis que implican las mentiras. Sin duda, yo soy de estas últimas. La mayoría de mis certezas provienen de la invención.
"Hay una parte de nosotros mismos", anoto haciendo un alto en la lectura de la novela, "que sólo se revela a través de la ficción, imprescindible para una comprensión integral del mundo".
Y anotó también: "Nunca te fíes de las dedicatorias".
Hace unos días di por casualidad en la red con la carta que Cortázar le escribió a Vargas Llosa en 1965, a propósito de la segunda novela del autor peruano, La casa verde. Vargas Llosa, en un arranque de...
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Marina Sanmartín
Marina Sanmartín Pla (Valencia, 1977) se dedica a la comunicación cultural y escribe novelas; la más reciente es 'El amor que nos vuelve malvados' (Principal de los libros 2014). Desde 2009, se esconde detrás de La fallera cósmica (Mejor Blog Nacional de Creación Literaria 2010 para Revista de Letras). Colabora en MicroRevista, Madriz y Consentimiento, entre otras publicaciones.
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