La desobediencia regresa a Sol
Han pasado poco más de cuatro años desde que el centro neurálgico de Madrid se diera a conocer al mundo por el movimiento 15-M. Bajo el lema “volvemos a Sol por nuestros derechos”, retornan a la plaza en protesta contra la Ley Mordaza aprobada por el PP.
Nacho Valverde Madrid , 15/07/2015
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Similar a Darwin y su ciclo de la vida, aquella primavera de 2011 la Puerta del Sol vio nacer, crecer y reproducirse al movimiento mundialmente conocido como los indignados. Y aunque algunos lo quisieron matar antes de tiempo, la prueba de que está más vivo que nunca no solo la encontramos en las pasadas elecciones autonómicas y locales dónde aquellas plataformas y asambleas ciudadanas que capitalizaron las protestas han logrado un éxito sin precedentes; sino en el renacimiento de las protestas en el mismo lugar que hace cuatro años.
Mucho se ha escrito durante estos años sobre el 15-M: ¿Murió? ¿Mutó en diversas asambleas y mareas? ¿Se convirtió en el partido político Podemos? Lo cierto es que no se puede afirmar a ciencia cierta que solo se haya producido una de las tres fórmulas anteriores sino una combinación de las mismas. Si bien es cierto que durante un tiempo la idea transmitida por los mass media fue de capitalización del descontento por parte de Podemos, no deja de ser una visión muy simplista y meramente propagandística dirigida a perseguir a un objetivo común. Así lo dejan patente los diversos ataques contra los ayuntamientos surgidos de las mareas para los que emplean el término “podemitas”. (Hasta el Nobel de Economía -Paul Krugman- ha pasado a ser podemita para el diario ABC)
Pero como las elecciones nos demostraron en el mes de mayo, la realidad era mucho más compleja. Mientras Podemos no pasó de tercera fuerza en la mayoría de autonomías, las plataformas ciudadanas autodenominadas de “unidad popular” fueron el verdadero motor del cambio logrando las alcaldías de Santiago, A Coruña, Zaragoza, Barcelona, Madrid y Cádiz. Aun así, las opciones no solo se reducen a Podemos o las denominadas mareas de unidad popular, todavía existen ciudadanos partidarios de una democracia sin representaciones porque según afirman “el poder está en el pueblo”. En este último grupo es donde se engloba el colectivo de “Acampada Mordaza”.
Consecuentemente, este grupo de ciudadanos han vuelto a unir fuerzas este mes de julio contra la reciente entrada en vigor de la Ley Mordaza decidiendo quedarse a acampar en Sol desde el pasado 7 de julio. Y es que con esta reforma legislativa, unida a la del Código Penal, el año 2015 está siendo testigo del más grave retroceso en derechos y libertades desde el franquismo como aseguró The New York Times en su editorial titulado “Spain's Ominous Gag Law” (La ominosa Ley Mordaza de España) del mes de abril. Por si la opinión de uno de los tabloides más prestigiosos del mundo no fuera suficientemente vergonzosa para la imagen de España, el PP no ha esperado a la entrada en vigor de la ominosa ley poniendo en marcha en primavera una caza de brujas contra centros sociales acusados de ser “movimientos anarquistas coordinados”. Nótese el oxímoron.
Esto sumado a la condena de Alfonso Fernández Ortega (más conocido como Alfon por una supuesta bolsa con explosivos) y el desprecio a las advertencias de la ONU del que el Ministro del Interior -Fernández Díaz- hizo gala hace unos días (poniendo en tela de juicio que los relatores de la ONU se hayan leído la ley); tampoco deja en muy buen lugar la reputación internacional de nuestro país.
Con declaraciones como las anteriores, el Gobierno deja claro que su intención es firme a la hora de criminalizar la protestas y tratar de que no se repita el efecto 15-M que ha derivado en la entrada en las instituciones de las mareas ciudadanas en las elecciones del pasado 24 de mayo. Por ello, la nueva ley sanciona como faltas graves la resistencia pacífica, la celebración de manifestaciones sin comunicar a las autoridades y la ocupación de casas y bancos, entre otros.
Aunque la campaña lanzada en redes sociales bajo las etiquetas #AcampadaMordaza y #YesWeCamp no tuvo éxito durante la noche de la entrada en vigor de la ley, ya han cumplido su primera semana asentados en el Kilómetro Cero.
Según afirman en el manifiesto son gente sin voz: “Somos Yolanda González en un mundo despiadado. Somos los que se suicidan por lo mal que funciona. Somos los enfermos y los ancianos que morirán por culpa del PP hasta que te decidas, sin la sanidad que merecen (Y PAGAN). Somos miles de mujeres maltratadas. Somos tu vecino desahuciado que duerme en la calle y recibirá cada noche cientos de euros de multa. Somos inmigrantes que huyeron de una mafia y ahora serán expulsados y devueltos a ella. Somos Asunción, de 57 años, que contaba con vosotros pero va a ser desahuciada por tercera vez. Somos invisibles niños sin futuro, que han sido violados por grupos de la élite que han comprado su impunidad. Somos aporreados por policías, los cuales reciben clases de aporrear de manos de asesinos. Somos del país donde se cobra el Sol… Somos un país DESOLADO exigiendo ardientemente JUSTICIA. Somos gente normal. Como tú, pero sin miedo”.
Bajo el marco de la Ley Mordaza los primeros días no han sido fáciles para la gente que ha decidido permanecer en la céntrica plaza madrileña. Sometidos al calor de justicia que asola el país denuncian que la policía ni siquiera les deja poner sombrillas y les obligan constantemente a no superar el espacio estipulado. Esto, unido a los problemas de participación y abastecimiento habituales de la acampada (agua, hielo y comida), han hecho más dura si cabe esta primera semana de desobediencia. Pero estos no han sido los mayores conflictos a los que se han visto sometidos. El pasado sábado a las cuatro de la madrugada un dispositivo de la Policía Nacional hizo acto de presencia en la acampada y se llevó detenido al periodista freelance Juan Carlos Mohr por grabar imágenes de los agentes. Recordemos que en el marco de la ley mordaza la grabación de imágenes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad está considerada como falta grave y una sanción desde 601 a 30.000 euros.
Los compañeros de Fotomovimiento.org que estaban presentes en el momento del altercado relatan cómo sucedieron los hechos: “Al acabar con el registro e identificación de Juan Carlos y cuando ya abandonábamos la zona, uno de los agentes gritó, refiriéndose a la multa: ya te llegará la receta a casa. Un insulto hacia ellos, desató la carga sobre los que estábamos ahí”. En la misma línea afirman que la respuesta fue desproporcionada ya que “había más agentes, armados con sus porras y pistolas reglamentarias, que personas”.
En esta segunda semana que comienza para la “Acampada Mordaza” las asambleas seguirán realizándose a las nueve de la tarde para organizarse y proponer acciones contra la Ley Mordaza. Y esto es solo el principio ya que la desobediencia continuará mientras no se derogue la ley.
Similar a Darwin y su ciclo de la vida, aquella primavera de 2011 la Puerta del Sol vio nacer, crecer y reproducirse al movimiento mundialmente conocido como los indignados. Y aunque algunos lo quisieron matar antes de tiempo, la prueba de que está más vivo que nunca no solo la encontramos en las pasadas...
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