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Cual Chanquete ha aparecido Mariano Rajoy ante las cámaras durante la temporada estival. Ya sea ataviado con una indumentaria corriente, bermudas y polo, o entre chapuzones en los ríos de Galicia, el presidente del Gobierno ha tratado de transmitir su peculiar tranquilidad. Por primera vez desde que comenzó la legislatura popular, las vacaciones han sido un tema recurrente en muchos medios y tertulias. No porque el PP rehusara la posibilidad de controlar los viajes de los diputados y los senadores pagados con dinero público. “Esto no es un colegio”, que decían tras el escándalo de Monago. Tampoco por hacer efectivo el debate sobre las consecuencias directas de la pobreza en el país: el 41% de los hogares no puede permitirse ir de vacaciones fuera de casa.
Es un imperativo moral para los carteros del orden establecido omitir cualquier detalle incómodo que permita pensar en la necesidad de un cambio político. En cambio, los fieles escuderos del sistema han puesto el grito en el cielo por el “alto coste” que han tenido las vacaciones de Manuela Carmena. Es un fiel retrato de la preocupación que existe entre los líderes del segundo país con más desigualdad de la UE porque una persona con 50 años de bagaje laboral haya conseguido ahorros suficientes como para vivir sin preocupaciones económicas. También, claro, es una más de las innumerables argucias de este gobierno para que las portadas de los diarios de información se tiñan de rosa. Una alcaldesa de Madrid que ha desnudado las políticas clientelistas del PP durante 20 años --17 empresas se repartieron 3 de cada 4 euros en adjudicaciones del Ayuntamiento de Madrid-- aparecía en bañador en la primera página de lo que se denomina como periódico. Más allá de un insulto sensacionalista hacia cualquier lector, es una reducción obscena de la labor política.
Es probable que este sea el último verano de gobierno popular, pero lo que es seguro es que ha sido uno de los más patéticos de toda su gestión. No porque se haya usado a Gibraltar, una vez más, para correr un tupido velo sobre la reunión de un ministro en sede oficial con un imputado por cinco delitos fiscales. Ni mucho menos porque el Gobierno recurra sistemáticamente a créditos extraordinarios para cumplir con los compromisos a largo plazo con la industria armamentística. Desde 2012, el ministerio de Morenés gasta un 37% más de lo aprobado por el Congreso.
El mes de agosto ha servido para atisbar el modelo de país que está en juego para los siguientes cuatro años. Por un lado, como si se trata de un espejismo en un desierto de pobreza y desigualdad, la Oficina de Intermediación Hipotecaria de Madrid paralizó en un mes todos los desahucios de la ciudad. Hecho que contrasta con las pequeñas iniciativas estratégicas del PP para afianzar el orden establecido. Tras aprobarse la ley mordaza, que impide a las ONG protestar en la calle, se ha lanzado el globo sonda de la subida de tasas judiciales para complicar además protestar ante la justicia. Así se recortan libertades. Por otro lado, la reforma del Código Penal aprobada por el Gobierno del PP ha convertido en delito la venta ambulante de productos falsificados, que hasta ahora suponía una multa económica. Otro clásico del manual neoliberal: criminalizar la pobreza y dejar impune la corrupción del poder.
El PP, con menos descaro que vergüenza (por menos de esto un vitoriano recibió 200 euros de multa) ha puesto sobre la mesa su programa electoral, pero de forma discreta. Vacaciones marcadas por conflictos de intereses, Soria veranea por cuarto año consecutivo en un hotel ilegal de Lanzarote; autorizar el incumplimiento de la ley: un ex fiscal general del Estado ha sido autorizado para trabajar para el despacho de abogados Garrigues sin esperar los dos años de incompatibilidad que marca la ley; o hacer negocio con la solidaridad del vecino, alcaldes del PP tejieron una trama de venta de ropa destinada a pobres.
No hay tinta suficiente para enumerar los desmanes en un solo mes del régimen neoliberal que se oculta tras la careta “conservadora” del PP. Imagínense en otros cuatro años.
Cual Chanquete ha aparecido Mariano Rajoy ante las cámaras durante la temporada estival. Ya sea ataviado con una indumentaria corriente, bermudas y polo, o entre chapuzones en los ríos de Galicia, el presidente del Gobierno ha tratado de transmitir su peculiar tranquilidad. Por primera vez desde que...
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Ekaitz Cancela
Escribo sobre política europea desde Bruselas. Especial interés en la influencia de los 'lobbies' corporativos en la toma de decisiones, los Derechos Humanos, la desigualdad y el TTIP.
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