Fondo de armario
El (sin)sentido de la vida
Raúl Gay 23/09/2015
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Perros de paja. Reflexiones sobre los humanos y otros animales
John Gray
Traducción de Albino Santos Mosquera
Editorial Paidós, 2008
200 páginas
Hace años, debatía con un amigo si, a fin de cuentas, el ser humano merecía la pena. Si toda la violencia, toda la pobreza, el hambre y el dolor, si todas las guerras y las enfermedades se equilibran en cierta manera al poner en la balanza lo bueno de la humanidad: el amor, la amistad, el arte, el progreso… Dependiendo del momento, nos inclinamos por una u otra respuesta.
El filósofo británico John Gray se hace esta misma pregunta en Perros de paja y responde un rotundo no. A lo largo de 200 páginas, presenta una sucesión de reflexiones sobre los animales, los humanos, la ciencia, la empatía, la religión… De su lectura uno sale perturbado, molesto, incómodo. ¿Tiene sentido la existencia? ¿No nos diferenciamos en nada de los animales? ¿Somos virus en un cuerpo llamado Tierra,? ¿Cómo sobrellevar el día a día con esta forma de ver al ser humano?
El filósofo británico John Gray presenta una sucesión de reflexiones sobre los animales, los humanos, la ciencia, la empatía, la religión… De su lectura uno sale perturbado, molesto, incómodo
Recordando a Lovelock y su teoría de Gaia, escribe:
El Homo Sapiens es sólo una de entre una multitud de especies y no es obvio que valga especialmente la pena preservarla. Tarde o temprano, se extinguirá. Cuando se haya ido, la Tierra se recuperará.
Todo el volumen está trufado de citas de filósofos, artistas y científicos que apoyan la idea de que la Humanidad no es positiva. Desde los investigadores racistas a los literatos que defendieron el Holocausto. También recuerda sucesos en los que, por decirlo con suavidad, las personas no hemos estado a la altura. Éste es uno de los ejemplos más estremecedores:
El 23 de abril de 1899, un domingo por la tarde, más de dos mil georgianos blancos, llegados algunos de ellos a bordo de un tren especialmente fletado para la ocasión, se congregaron cerca de la localidad de Newman para presenciar la ejecución de Sam Hose, un georgiano negro. Familias enteras acudieron a mirar. Los padres enviaron notas a las escuelas pidiendo a los maestros que excusaran a sus hijos.
Tras enterarse de la muerte de su marido en uno de esos espectáculos, Mary Turner, una mujer negra embarazada de ocho meses, juró dar con los responsables y castigarlos. Pero una multitud se congregó decidida a darle una lección. Tras atarla de los tobillos, la colgaron de un árbol boca abajo. Mientras aún vivía, le abrieron el abdomen con un cuchillo. El bebé se cayó del vientre de la madre y uno de los miembros de la turba le aplastó la cabeza. Acto seguido, Mary Turner fue asesinada a balazos (cientos de ellos).
Todo el volumen está trufado de citas de filósofos, artistas y científicos que apoyan la idea de que la Humanidad no es positiva
¿Vivieron los niños sonrientes que fueron fotografiados contemplando tales hechos atormentados por el remordimiento el resto de sus días? ¿O los recordaron con nostalgia y disimulada satisfacción?
Mi lectura de este libro coincide con la publicación de la fotografía del niño muerto en la playa y la “crisis de los refugiados”. Es fácil pensar que Gray tiene razón y que este mundo asquea, que los humanos somos animales con instintos más desarrollados pero no por ello mejores en el plano ético. Pero también es cierto que la historia y la realidad dan ejemplos en sentido contrario. Frente a las personas que mueren huyendo de la guerra y los políticos que deciden cerrar las fronteras, hay familias que se ofrecen para dar acogida en sus casas. Frente a las turbas que linchaban negros, había quien afirmaba, en contra de la corriente, que todos los humanos eran iguales.
Gray escribe capítulos cortos, a veces de una página, en los que desarrolla un pensamiento, una intuición. Recuerdan en ocasiones a aforismos alargados. También vienen a la memoria los textos de Emil Cioran. El filósofo rumano mantiene unas opiniones similares, aunque no utiliza tanto las citas o las alusiones a la tecnología. Ambos caen en el mismo defecto: se exceden en lo negativo. De tanto decir lo inmoral, dañino y aberrante que es el ser humano, de tanto repetir el sinsentido de la vida, su tesis pierde fuerza. Cioran caía en el humor absurdo. Gray, en la pesadez de la repetición.
La tesis de Perros de paja puede ser cierta, pero no las consecuencias que ofrece el filósofo. Una vez descartado Dios y después de 150 años de avances en biología, se sabe que los humanos compartimos un altísimo porcentaje de genes con otros animales, y somos el resultado de la combinación entre naturaleza y ambiente. ¿Significa que no somos libres, que no tenemos capacidad de decisión ética? Dice Gray:
Creemos que nuestras acciones expresan nuestras propias decisiones. Pero en casi todos los aspectos de nuestra vida, la voluntad no decide nada.Nuestros actos son puntos finales en una larga secuencia de respuestas inconscientes. La mayor parte de nuestra vida es puesta en escena sin que nosotros seamos conscientes de ello.
El volumen termina con una conclusión contradictoria. Después de despreciar durante páginas todos los sistemas de pensamiento anteriores, Gray da un salto en el tiempo, alude al cristianismo y al budismo y dice que la clave está en vivir sin esperar un sentido, en simplemente vivir. Esta conducta puede parecer muy espiritual pero tiene un peligro: que nos sentemos a ver cómo otros destruyen el mundo. El pesimismo de Gray puede llegar a paralizar: todo está mal, todo es un error, simplemente disfruta de tu pequeña parcela.
Termina el libro:
Actualmente, la vida buena significa hacer pleno uso de la ciencia y de la tecnología, sin sucumbir a la ilusión de que puedan hacernos personas libres, capaces de raciocinio o, siquiera, cuerdas. Significa buscar la paz sin esperar un mundo sin guerra. Significa apreciar la libertad, aun sabiendo que no es más que un espacio intermedio entre la anarquía y la tiranía.
Los demás animales no necesitan propósito alguno en su vida. Siendo, como es, una contradicción para sí mismo, el animal humano no puede vivir sin uno. ¿Tan inconcebible nos resulta que el objetivo de la vida sea sencillamente ver?
La respuesta a esta pregunta debe darla cada lector.
Perros de paja. Reflexiones sobre los humanos y otros animales
John Gray
Traducción de Albino Santos...
Autor >
Raúl Gay
Periodista. Ha trabajado en Aragón TV, ha escrito reseñas en Artes y Letras y ha sido coeditor del blog De retrones y hombres en eldiario.es. Sus amigos le decían que para ser feliz sólo necesitaba un libro, una tostada de Nutella y una cocacola. No se equivocaban.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí