En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
La historia militar española da mucho más de sí de lo que parece, más aún si ésta en muchas ocasiones tiene una pura interpretación económica. Es el caso de una de las figuras más importantes del primer ejército español que luchó fuera de las fronteras de la península allá por el siglo XV: don Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como El Gran Capitán.
Aparte de la estabilización de los territorios italianos que pertenecían a la Corona de Aragón, que sirvió para reforzar la posición de Fernando II de Aragón (posteriormente Fernando El Católico), el Gran Capitán ha pasado a la Historia no sólo por sus glorias militares en Italia como las batallas de Ceriñola y Garellano entre 1501 y 1503 sino también por sus triquiñuelas contables.
El Gran Capitán fue uno de los pioneros en el establecimiento de lo que hoy en día conocemos como el “método de la partida doble” en Contabilidad, un sistema que inventó un fraile italiano contemporáneo de don Gonzalo llamado Luca Paciolli: contabilizar cada partida respaldando cada apunte contable con una contrapartida, en román paladino, “cuadrar” todos los apuntes contables siempre y en todo momento, de tal forma que la suma de todos los saldos debía ser cero.
A pesar de la exactitud de este método, El Gran Capitán manipulaba cada una de las contrapartidas con las que tenía que justificar los gastos realizados en las campañas militares, diciendo que el dinero que se desviaba se destinaba a “pagar misas gregorianas por sufragio” de los soldados que morían en el campo de batalla.
De esta forma tan sutil, El Gran Capitán fue también de los primeros que se dio cuenta de que en Contabilidad casi todo cabe y que para evitarlo es necesario el papel de los auditores y las miles de lupas de analistas de mercado que siguen los movimientos de las compañías. Más tarde o más temprano, las manipulaciones contables se terminan descubriendo, especialmente aquellas que afectan a los pequeños y medianos inversores.
Hoy tenemos un nuevo ejemplo de “cuentas de El Gran Capitán” en un sector económico extraordinariamente importante: el fútbol. Hasta hace muy poco tiempo, adentrarse en las cuentas del fútbol español era una operación casi suicida por la opacidad de los gestores tanto en términos de información como en los tiempos utilizados para presentar las cuentas. Tras la creación de la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), esta opacidad tiende a desaparecer, aunque todavía quedan cuatro equipos que no se han convertido en SAD: Real Madrid, FC Barcelona, Athletic Club de Bilbao y el Osasuna.
Precisamente, al Real Madrid le ha tocado el turno de presentar las cuentas correspondientes a la temporada 2014/2015, cuyo año fiscal termina el 30 de junio de cada año. A tenor de lo publicado tanto por el club como lo destacado por los medios de comunicación, el Real Madrid como empresa encabeza el ranking mundial de clubes de fútbol más valiosos habiendo alcanzado los 660 millones de euros en ingresos y un beneficio de 42 millones.
Sin embargo, la realidad es mucho más compleja que estas dos cifras y precisamente es la que muy pocas veces se analiza. En este sentido, es importante pasar revista a las principales cifras y observar la salud económica y financiera del Real Madrid.
En la presentación de cuentas en la Asamblea General del pasado 19 de septiembre, los directivos del club enfatizaron una cifra: 660 millones en ingresos, lo cual supone un crecimiento superior al 7% anual. Más allá de cómo suena esta cifra --sobre todo para la competencia-- el problema viene al considerar que estos ingresos son permanentes, cuando realmente una buena parte provienen de resultados que no son recurrentes, como las plusvalías obtenidas por venta de jugadores.
Los gestores de las empresas, y más cuando tienen que presentar números al público, suelen mezclar aquellos ingresos que provienen de la actividad habitual de la empresa y otros ingresos que tienen naturaleza extraordinaria. En el caso del Real Madrid, los ingresos generados por la actividad habitual --recaudación de taquillas, derechos de retransmisión, cuotas de los socios…-- ascienden a 574 millones de euros, mientras que los 84 millones restantes proceden de beneficios extraordinarios como las plusvalías obtenidas por la venta de jugadores (casi 79 millones de euros).
En esta temporada pasada, el Real Madrid ha aumentado de forma significativa estas plusvalías, generando un flujo de caja mayor del previsto que licúa uno de los aspectos más importantes de toda su contabilidad: una caída significativa de la caja, concretamente de 65,02 millones de euros. Al contrario de lo que se suele señalar, la cuenta de resultados no es la mejor vía para evaluar la salud de la empresa. La mejor vía es saber qué está pasando con la caja: cuánto dinero había al principio del periodo, cuánto ha entrado, cuánto ha salido y cuánto queda a final de período.
En este sentido, la pérdida de caja del Real Madrid se debe a tres circunstancias importantes:
- La inversión neta realizada en el período se ha hecho de forma prácticamente íntegra contra caja, concretamente 90,79 millones de euros. La inversión bruta ha sido de 170 millones de euros, la cual se reconoce como activo en el balance del club. A juicio del auditor (EY) la valoración se corresponde con el precio de mercado, aunque, según otros criterios de valoración, el valor de los jugadores y los derechos de imagen aparejados a ellos puede ser menor.
- Reducción neta de 7,59 millones de euros de la deuda neta con bancos, lo cual se corresponde con una disminución de 1,13 millones de euros en el pago en intereses de la deuda.
- Una disminución del periodo medio de pago a proveedores, especialmente en el caso de un pago más rápido de las fichas de los jugadores y los traspasos pendientes de abonar (un importe que supera los 10 millones de euros).
Esta pérdida de caja, además de lo que cabe discutirse en el método de valoración de los jugadores, señala cómo el Real Madrid ha perdido liquidez tanto a corto como a largo plazo, lo cual perjudica la solvencia a corto plazo (la ratio de liquidez se ha reducido casi a la mitad mientras que la solvencia cae una décima).
En cuanto al fondo de rotación (diferencia entre los activos corrientes y las obligaciones también corrientes) el Real Madrid opera con un desfase creciente entre el pago a proveedores (que se ha hecho más frecuente) y el cobro a clientes (se ha hecho más lento). En este sentido, el desfase de 134,75 millones de euros indica un problema de gestión de la tesorería del club, lo cual no representa un problema grave cuando la empresa (en este caso el club) es una máquina generadora de cash.
Por otro lado, en términos de rentabilidad, el club ha mejorado tanto el retorno que obtiene sobre sus activos como sobre sus recursos propios. En el caso de los activos, la rentabilidad económica se ha incrementado tres décimas hasta el 6,18% gracias a una mejora en el componente de rotación de activos. Es decir, la compraventa de jugadores mejora los márgenes que obtiene el club.
En el caso de los fondos propios, el retorno se ha reducido hasta el 10,37% debido a la reducción de deuda financiera anteriormente reseñada (desapalancamiento). Las empresas más apalancadas generan mayores retornos sobre recursos propios (se genera un “efecto palanca” sobre los resultados).
Todos estos cálculos de rentabilidad se han hecho incluyendo los resultados extraordinarios por la venta de jugadores. Sin embargo, el negocio recurrente del Real Madrid no genera beneficios sino que está en pérdidas. Esto es muy significativo: el fútbol es un negocio que no es rentable (aunque la apariencia así lo indique y empíricamente lo mostramos) pero que sí es una auténtica máquina de generación de cash semanal. Muchos negocios que no son rentables se pueden mantener en el tiempo gracias a ser generadores de liquidez diaria.
Ahí encontramos casos como el de la ONCE, con márgenes ciertamente reducidos pero que generan liquidez todos los días. Por tanto, más allá de cualquier otra variable contable, la capacidad de generar dinero contante y sonante todas las semanas es lo que mantiene el fútbol vivo económicamente. La afición y las pasiones generan dinero (y mucho) todos los días. Otra cosa distinta es si esto es rentable.
Por último, esta conclusión nos lleva a otro de los aspectos relevantes en la situación de los clubes de fútbol y también del Real Madrid: si ha reducido su deuda con bancos, paga menos intereses y paga con más rapidez a sus proveedores, ¿cómo es posible que la deuda en términos totales aumente? Esto es posible porque el Real Madrid retrasa los pagos tanto a la Seguridad Social como a Hacienda. En este sentido, el club debe 25,8 millones de euros contabilizados como aplazamientos de pago de impuestos.
De esta forma, el peso de la deuda neta total se incrementa de forma considerable hasta 1,24 veces sobre los recursos propios frente a 1,2 veces en 2014 (en términos de EBITDA, el ratio asciende a 2,52 veces). En este sentido, el coste de la deuda se reduce pero de forma menos que proporcional a la reducción de su endeudamiento financiero hasta el 4,15% (aproximadamente dos veces la rentabilidad del bono español a diez años).
En suma, la situación del Real Madrid --a pesar del valor de su marca y la revalorización potencial que puede tener en los próximos años-- comparte en buena parte las características que tiene el resto de los equipos de fútbol en España: el coste que supone para la Seguridad Social y Hacienda las deudas que mantienen los equipos de fútbol con estos organismos. La afición tiene un coste evidente tanto en términos fiscales como en la opacidad de sus cuentas, algo que tiene que soportar tanto el contribuyente como el socio del club de fútbol.
La historia militar española da mucho más de sí de lo que parece, más aún si ésta en muchas ocasiones tiene una pura interpretación económica. Es el caso de una de las figuras más importantes del primer ejército español que luchó fuera de las fronteras de la península allá por el siglo XV: don Gonzalo Fernández...
Autor >
Javier Santacruz
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí