Análisis / Balonmano
La nueva Champions del balonmano: espectáculo, polémicas y un gran desgaste físico
Edu Agulló 14/10/2015
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¿Se imaginan una UEFA Champions League con dos divisiones? ¿Una Champions League en la que el Real Madrid jugase en Primera y el Sevilla en Segunda? Inimaginable ¿no? Pues esto ocurre en la Champions League de balonmano desde esta temporada.
Desde 2009 la EHF Champions League tenía un formato que parecía estar asentado. La fase de grupos estaba compuesta por cuatro grupos de seis equipos cada uno para posteriormente acceder a los octavos de final (Last16). Tras esta primera ronda, los ocho mejores equipos de Europa disputaban los cuartos de final con el objetivo de acceder a la Final4, que desde entonces y hasta 2020 se disputa en Colonia (por contrato, la edición de 2019 o 2020 puede ir a otra ciudad europea).
Como suele ocurrir, este formato tenía sus pros y sus contras, siendo mayores los primeros. La máxima competición continental se había convertido en una referencia deportiva y su atractivo para los espectadores era alto salvo en algunos partidos de la fase de grupos, donde la diferencia entre equipos era elevada. Aquí residía la principal preocupación para la EHF (Federación Europea de Balonmano), empeñada en hacer el mejor producto posible para las televisiones y para sus inversores.
Para algún equipo de la Bundesliga la Champions League había perdido interés y la EHF no quería que esto ocurriese, pues Alemania es el mercado más importante del balonmano europeo.
Es cierto que la Bundesliga está tan metida en la sociedad alemana que los aficionados germanos llegan a dar más importancia a la competición doméstica que a la europea, pero la EHF no podía permitirse el lujo de perder a una afición que hace grande este deporte.
El caso más peculiar y más preocupante para la EHF era el del Rhein Neckar Löwen, segundo equipo de Alemania con permiso del SG Flensburg-Handewitt. Los conocidos como 'leones de Manheinn' tuvieron durante la pasada Bundesliga una asistencia media a su pabellón de 8.887 espectadores (baja hasta 6.821 si aislamos el partido que jugaron como locales en el Commerzbank Arena ante 44.189 espectadores). En cambio, en la Champions League su media bajó hasta 3.558, teniendo que cambiar de pabellón en más de un partido para que el SAP Arena diese una mala imagen al haber muchos asientos libres.
Fue especialmente este tipo de situaciones lo que llevó a la EHF a tomar la decisión de remodelar el formato de competición, creando una fase de grupos mucho más igualada y más atractiva para el espectador. Para los que están en Primera. "Con este formato los partidos son de mucho más nivel y va a haber más derrotas para todos los equipos”, afirma Antonio Carlos Ortega, hasta el pasado mes de septiembre entrenador del MKB Veszprém, con el que llegó a la final de la pasada edición.
Desde esta temporada, la Champions League se divide en dos categorías. Por un lado están los mejores equipos de Europa, encuadrados en los grupos A y B. Dieciséis equipos que conforman la élite del balonmano europeo y que cada semana, durante las catorce jornadas de esta primera ronda, regalan a los espectadores partidazos dignos de la Final Four en la que se decide cada año la competición.
Por otro lado están los doce equipos que componen los grupos C y D, es decir, 'segunda categoría'. Estos podrán disfrutar de una Champions en la que jugarán muchos más partidos igualados que en el pasado pero en la que no podrán enfrentarse a los grandes de Europa, algo que no hace gracia a la mayoría de los equipos que la EHF ha decidido meter en estos grupos. "Me hubiera gustado jugar contra los mejores de Europa aunque somos conscientes de que hubiéramos ganado muy pocos partidos. Estando abajo, esta Champions para nosotros es mucho más reñida y más interesante para el aficionado", comenta el jugador del Naturhouse La Rioja Albert Rocas.
Explicado el nuevo formato, alguno se preguntará si los equipos de los grupos C y D podrían llegar a ganar la competición. Evidentemente esto no ocurrirá, pero la opción existe. De cara a los octavos de final, a esta primera ronda eliminatoria accederán el segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto de los grupos A y B (el líder de cada grupo pasa directamente a cuartos). Además de los grupos C y D llegarán hasta estos octavos de final solo dos de los doce equipos que componen estos grupos, los dos primeros. “Creo que los que queden primero o segundo de los grupos A y B tendrán más fácil llegar a la Final Four que con el anterior formato”, apunta Antonio Carlos Ortega.
¿Quién va a la segunda división europea?
En los últimos años la EHF ha ido adquiriendo mayores potestades a la hora de decidir quiénes juegan la Champions League. En los primeros años del formato que despedimos la pasada temporada, cada país tenía asignado un cupo de participantes según su ranking, y la EHF no tenía mucho margen de maniobra (sí que es cierto que se concedían una o dos invitaciones, las llamadas wild cards). Los países más poderosos del balonmano mundial por aquel entonces eran España y Alemania (siguen liderando el ranking a pesar de que la Liga ASOBAL ha bajado su nivel) y tenían en su poder tres plazas. Además había hasta cuatro países que poseían dos plazas.
En la temporada 2013-2014 la EHF ganó poder para confeccionar la competición a su medida y a partir de entonces solo España y Alemania tuvieron garantizadas dos plazas. Tras ellos había una veintena de países con una sola plaza (que no significaba entrar en la fase de grupos pues les podían enviar a la fase previa). Con esta reducción de plazas garantizadas la EHF se guardaba la posibilidad de conceder varias wild cards a equipos que lo solicitasen (en la edición de este año se repartieron hasta media docena de invitaciones). Así, en la pasada temporada, Francia llegó a tener en la fase de grupos tres equipos, uno más que España, que de antemano tenía una plaza más que el país galo.
Ahora la EHF también tiene la potestad de elegir quién juega en su 'primera división' y quién en la 'segunda'. Y esta elección no se hace solo por motivos deportivos. También se tienen en cuenta términos económicos, contratos televisivos, estado de los pabellones, afición...
Con esta medida puede haber equipos que se vean perjudicados y si esta temporada hay uno especialmente damnificado, ése es el Naturhouse La Rioja. En la pasada edición de la Champions, el equipo riojano llegó hasta octavos de final, es decir, quedó entre los 16 mejores equipos de Europa. Pero, principalmente por la ausencia de una televisión que retransmitiera sus partidos, la EHF decidió incluir al equipo español en los grupos C y D en favor de equipos como el IFK Kristianstad o el Besiktas MOGAZ, que la pasada temporada solo ganó un partido en la máxima competición continental. "Me parece una injusticia que clasificándonos para el Last16 en la pasada temporada, ahora nos quedemos fuera de los grupos de los mejores. Entendemos que el deporte funciona muchas veces en función del dinero pero creo que los méritos deportivos de un equipo como el Besiktas son inexistentes", sentencia Albert Rocas.
Para llevar a cabo este tipo de elecciones la EHF realiza una tabla con las valoraciones de cada uno de los parámetros valorados a la hora de participar en la Champions League y se les hace llegar a cada equipo. Desde el máximo estamento europeo se calcula que con esta tabla quedarán justificadas prácticamente la totalidad de las decisiones. Aunque pueda crearse alguna situación en la que dos equipos estén muy ajustados y haya alguno que quede disconforme con la resolución tomada.
La pasada temporada, en la que el Naturhouse La Rioja pasó la primera ronda de la competición a pesar de compartir grupo con ‘cocos’ como el THW Kiel, PSG Handball o HC PPD Zagreb, los riojanos no contaban con una televisión que les respaldase. La obligatoriedad de emitir en directo todos los partidos llevó al Naturhouse a asumir ellos mismos la producción de sus partidos. Este desgaste económico hizo pensar al club riojano la posiblidad de renunciar a participar en la edición de esta temporada. Finalmente decidieron aventurarse a pesar de no haber llegado a un acuerdo con Teledeporte. Fue en este momento cuando la EHF decidió incluirlos en la 'segunda categoría', algo que probablemente no hubiera sucedido si por aquel entonces se hubiera llegado al acuerdo por el que finalmente Teledeporte retransmite en directo todos los partidos europeos del equipo de Jota González.
Más espectáculo… a costa de un mayor desgaste
Para los espectadores, más allá de lo enrevesado que pueda ser la mecánica de la competición, este nuevo formato es una alegría. Se ven muchos más grandes partidos desde el primer día y prácticamente todos los encuentros son de mucha igualdad y emoción, manteniéndose la lucha por los primeros puestos de cada grupos hasta las últimas jornadas.
Sin embargo, los grandes damnificados del nuevo formato serán los verdaderos protagonistas de este espectáculo, los propios jugadores. Si con el anterior formato un equipo que quisiera levantar la Champions tenía que disputar 16 partidos, en esta edición el equipo campeón podría llegar a jugar hasta 20 partidos. Siete más que el campeón de la UEFA Champions League y cuatro menos que el campeón de la Euroliga. Aunque en este último caso, el Real Madrid, último campeón, podría haber llegado hasta los 25 partidos (cinco más que la EHFCL) si hubiera ido al quinto partido en la serie de cuartos de final.
Más partidos y mayor desgaste. Desde septiembre a mayo los jugadores no van a parar. Si en las pasadas ediciones había partidos de la fase de grupos donde los equipos top podían repartir minutos entre toda su plantilla y dosificar esfuerzos, esto es prácticamente imposible con el nuevo formato.
Especialmente duro será para aquellos equipos de las dos ligas más exigentes del mundo, la Bundesliga y la LNH. Sobre todo para los alemanes, que en la competición doméstica juegan ocho partidos más que en la liga francesa. "Para los equipos de la Bundesliga y de la Liga francesa el nivel de exigencia al que se llega con este nuevo formato es una locura. O tienes una plantilla de 24 jugadores para poder decir ‘hoy juegan estos doce y mañana estos doce’ o es imposible", explica Antonio Carlos Ortega.
Por poner un ejemplo cercano, durísima será la temporada para Joan Cañellas, actualmente en las filas del THW Kiel alemán. El jugador catalán podría llegar a jugar esta temporada, entre selección y club, la friolera de 84 partidos, dos más de los que componen la liga regular de la NBA. Y no serán 84 partidos cualquiera, pues en la Bundesliga la exigencia es infinitamente mayor que en la Liga BAUHAUS ASOBAL y el desgaste físico es muchísimo mayor. Es decir, Joan Cañellas tiene por delante una temporada infernal.
La locura es de tal magnitud que en la fase de grupos de la Champions League, el Kiel se enfrentará al Veszprém, actual subcampeón de Europa; al SG Flensburg-Handewitt, campeón de Europa en 2014, y al PSG de Karabatic y Hansen. Además, deberá viajar a pistas tan complicadas como la del Zagreb --donde la pasada temporada solo ganó el FC Barcelona--, la del Wisla Plock --en la pasada edición en esta pista perdieron equipos como el Barcelona, Vardar o Flensburg-- Celje PL --donde la pasada temporada perdió Rhein Neckar Löwen y hace dos el propio Kiel, o al Besiktas--.
"Todo esto provocará que los jugadores dejen la selección o vayan a ligas menores para bajar el ritmo de partidos. Ya está pasando", reflexiona el técnico andaluz ex del Veszprém, que hace referencia a casos como el del sueco Kim Ekdhal du Rietz, que a los 25 años tuvo que dejar la selección para aguantar el ritmo que le imponía la Bundesliga. Sus rodillas necesitaban descanso de vez en cuando.
Así se presenta esta novedosa Champions League, que estrena formato quizás en el año menos apropiado, pues a esta mayor carga de partidos y a esta mayor exigencia habrá que sumarle el Europeo de Polonia, el Preolímpico que deberán jugar muchas selecciones, y los Juegos Olímpicos. Es decir, a los jugadores les espera un año de locura. ¡Y prácticamente no tendrán vacaciones antes de empezar la 2016/2017!
Por eso nos preguntamos, ¿se verá en Colonia y en los Juegos Olímpicos, el mayor escaparate de este deporte, el mejor espectáculo posible?
¿Se imaginan una UEFA Champions League con dos divisiones? ¿Una Champions League en la que el Real Madrid jugase en Primera y el Sevilla en Segunda? Inimaginable ¿no? Pues esto ocurre en la Champions League de balonmano desde esta temporada.
Desde 2009 la EHF Champions League tenía un formato que parecía...
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