Fútbol
Cuando Maradona estuvo a punto de jugar en el Badajoz
En 1998, un presentador argentino anunció la compra del Badajoz. Contactó con Caniggia y Maradona. Años después vendería el club a través del hoy presidente de la Liga, Javier Tebas
Toni Cruz 27/01/2016
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Año 1998, programa Videomatch de la cadena argentina Telefé. El presentador, un hombre con aspecto de galanzote de telenovela llamado Marcelo Tinelli toma la palabra: “Videomatch va a comprar un club de fútbol en España. Es un equipo de Segunda División que se llama Badajoz. Badajoz queda muy cerca de Extremadura (sic), vamos a hacer ascender al Badajoz. Badajoz es la capital de Extremadura (en realidad es Mérida), tiene 150.000 habitantes y sus habitantes son pacenses. El club terminó quinto este año y su camiseta es negra y blanca como la Juventus y su estadio se llama Vivero. Ya hemos contratado a Mauricio López, jugador de Quilmes, Basualdo y Pedro González de Boca (en realidad ninguno de los dos firmó) y se está negociando con Caniggia”.
El C.D. Badajoz vivía tranquilo como un club más de Segunda en ese verano de 1998. Era presidido por la leyenda colchonera Adelardo (pacense) bajo el auspicio del Grupo Bahía Producciones, vinculado a Antonio Asensio. Pero Tinelli, tras pagar 500.000 dólares y asumir la deuda del club, tenía grandes planes para la localidad fronteriza. Inspirado por el éxito del Extremadura F.C. y antes del C.P. Mérida, buscaba colocar al tercer equipo de la región en la máxima categoría por la vía rápida. Y argentinizándolo, naturalmente.
El Cabezón –tal es su apodo- contrató como entrenador a Toti Iglesias, un mito de su club de siempre –San Lorenzo- , y luego empezó a llamar a filas a peloteros más o menos contrastados de su país (Alejandro Limia, David Bisconti, Alejandro Mancuso, Martín Romagnoli, Gustavo Giustozzi, Ezequiel Castillo, Mauricio López y los hermanos Fernando y Patricio D’Amico).
Entonces Tinelli entiende que a su plan le hace falta una estrella. Sabe que la deuda que arrastra la entidad --300 millones de pesetas-- hace inviable el proyecto sin un gran tirón social. En Badajoz lo consigue –ni antes ni después de esa temporada el club superó los 5.600 abonados que reunió para esa 98-99--, pero el showman quiere hacer que su club sea el de todos los argentinos. Y se pone en contacto con Maradona.
Por aquel momento el Pelusa era un futbolista retirado. Un año antes, con 37, se había despedido de su pasión en su casa, la Bombonera, siendo reemplazado por Riquelme. Pero ya el All-Boys le había tentado y Tinelli tenía una buena relación con el astro. Maradona (información de EFE que publicó El País el 12 de agosto del 98) no descartaba en esos momentos disputar una temporada de albinegro, sobre todo si contaba a su lado con su amigo Claudio Paul Caniggia.
Los rumores disparan las ventas de camisetas del Badajoz (de la marca sudamericana Topper y con la publicidad de la multinacional Parmalat en el pecho) en Argentina. O, al menos, eso mantenía Tinelli por aquel entonces: “después de las de Boca y River, las casacas del Badajoz son las más vendidas allá".
Finalmente, quién sabe por qué, Maradona no dio el paso, si es que realmente había pensado darlo. El dueño del Badajoz explicó: “Maradona no entra en el proyecto del Badajoz porque lleva tiempo sin jugar", pero no descartaba su presencia en la inauguración del nuevo estadio el mismo día que confirmaba que el Diego visitaría la ciudad “con un equipo de estrellas del fútbol. Sólo falta volcar en letras lo que está convenido de palabra". Maradona no estuvo presente el día en el que se inauguró el Nuevo Vivero (6-12-98: Badajoz 0- Toledo 1); tampoco consta esa gira por la ciudad extremeña con un equipo de estrellas de fútbol.
Caniggia tampoco vino, al parecer porque su mujer prefería residir en Madrid, París, Lisboa o Marbella antes que en Badajoz. Jorge Burruchaga –el autor del gol que hizo campeona del Mundo a Argentina en el 86- tampoco aceptó las condiciones, así que Tinelli tuvo que conformarse con un conjunto de jóvenes promesas y veteranos de clase media. Consigue, eso sí, un acuerdo con Mauricio Macri –entonces mecenas de Boca Juniors y actual presidente de la República de Argentina- para la que prestara las estrellas más rutilantes de la escuela xeneize para que se foguearan en España.
Su cuento de la lechera se topa con la realidad. Toti Iglesias apenas dura nueve partidos de Liga (únicamente le gana al Ourense y cuando se marcha el Badajoz ocupa puesto de descenso a Segunda B). De los nueve argentinos, apenas dos –Patricio d’Amico y Ezequiel Castillo-- son titulares. Tuvo que salvar al equipo el mucho menos telegénico Blas Ziarreta. Al año siguiente, aunque decide confiar en un técnico español (Generelo), Tinelli sigue erre que erre trayendo compatriotas (Bracamonte, Gárate, Caserío, Paulo Pérez, Guillermo y Valdez), pero el único que convence es Bracamonte. Ninguno de los otros sumó más seis partidos en todo el año. El equipo termina decimosexto empatando 24 de los 42 encuentros y de nuevo tuvo que cambiar sobre la marcha de técnico (terminó el año en el banquillo Manu Sarabia). Aguantó una temporada más Tinelli, pero el Badajoz de Ciriaco Cano de la 2000-01 –con apenas tres argentinos-- nunca superó el sexto lugar. En ningún momento en los tres años de la era Tinelli, de hecho, el Badajoz ocupó puesto de ascenso a Primera.
El 16 de octubre de 2001, finalmente Tinelli se cansa y vende el club y sus 450 millones de pesetas de deuda a través de Javier Tebas --entonces presidente del consejo de administración de la empresa que hacía las veces de puente llamada Esfinge 20 y hoy presidente de La Liga--. Entonces el Badajoz era penúltimo. Lo curioso es que el comprador, un empresario portugués llamado Antonio Barrada, también dijo que iba a invertir para subir al club a Primera.
Barrada, como su predecesor, quiso hacer patria con su entidad contratando al ex internacional Alhinho como técnico y fichando a varios angoleños y portugueses en sus las dos temporadas que estuvo. Un año más tarde el Badajoz descendía como colista a Segunda B después de once campañas seguidas en Segunda. Nunca más volvería al fútbol profesional antes de su liquidación deportiva en 2011 (hoy milita otro C.D. Badajoz en Tercera que trata de resurgir después de haber cambiado a su nombre a C.D. Badajoz 1905).
Probablemente hoy día Maradona ni sepa dónde queda Badajoz, pero allí aún recuerdan --con nostalgia o con rencor, quién sabe-- los tiempos en los que Maradona estuvo a punto de jugar en el Club Deportivo Badajoz.
Año 1998, programa Videomatch de la cadena argentina Telefé. El presentador, un hombre con aspecto de galanzote de telenovela llamado Marcelo Tinelli toma la palabra: “Videomatch va a comprar un club de fútbol en España. Es un equipo de Segunda División que se llama Badajoz. Badajoz queda muy...
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