CRÓNICA DE UN PLENO VERGONZOSO
Miserables
El voto en contra del PSOE tumba una proposición de ley para paliar los efectos de la emergencia habitacional y la pobreza energética. PP y Ciudadanos se abstuvieron
Francisco Jurado 14/02/2016
Susana Díaz
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Minuto 90 de partido, el equipo local va ganando 1-0 y su portero se tira al suelo fingiendo una lesión para perder tiempo. Los jugadores del equipo contrario protestan al árbitro y, mientras éste empieza a sacar tarjetas a diestro y siniestro, se acaba el partido. Una situación similar vivimos el miércoles en el Parlamento de Andalucía. Se debatía tomar en consideración una proposición de ley para paliar los efectos de la emergencia habitacional y la pobreza energética, una ley que perfectamente se podría llamar “Ley de no más casas sin gente y gente sin casa”. El texto de la proposición era clavado a otra aprobada seis meses antes en el Parlament de Catalunya, que salió adelante con los votos a favor de TODOS los grupos parlamentarios.
La última réplica, defendiendo la ley, era de Teresa Rodríguez, que no agotó su tiempo, adelantando el momento de la votación y pillando a Susana Díaz fuera del pleno, lugar que no pisó durante todo el debate. El presidente, hábil cancerbero, pidió un minuto antes de votar –sería un bombazo informativo que Susana no estuviese en su escaño en el momento de hacerlo-, la bancada del PP se lo recriminó y, así, le concedió el balón de oxígeno que necesitaba. Cuando se acabó la bronca, Susana ya lucía en su escaño.
Lo extraño es que, tanto el presidente del Parlamento, como Susana Díaz o la prensa, consideren más bochornoso ausentarse de la votación que ser el único grupo parlamentario que vota no a una propuesta que persigue poner solución a las miles de personas que no tienen un techo bajo el que vivir o que, de tenerlo, no pueden calentar su casa en invierno ni enfriarla en verano. Pero rebobinemos 30 horas.
Iniciamos una ronda de contactos con PSOE, PP y Ciudadanos –IU nos adelantó que votaría a favor-, con el objetivo de limar aquellos puntos de la ley que considerasen críticos o inasumibles. Al final, una toma en consideración no supone aprobar la ley, sino darle paso al trabajo en comisión, donde todos los grupos pueden enmendarla, parlamentando, poniéndose de acuerdo, haciendo su trabajo, haciendo política.
Tanto PP, como PSOE y Ciudadanos nos transmitieron su preocupación sobre la posible inconstitucionalidad de la ley, y es cierto que la versión catalana está siendo estudiada por el Gobierno del PP de cara a un posible recurso, pero ese recurso no llega y la ley está plenamente vigente. No obstante, nos mostramos completamente abiertos a debatir y aplicarle mejoras, a corregir los fallos que tuviese, a incorporar propuestas del resto de los partidos. No queríamos imponer nada, ni siquiera anotarnos ningún tanto. Nuestro tanto sería poder evitar que una persona más se muriese de frío. Insistimos en que la propuesta era de la PAH y que nos gustaría que todos los portavoces de los grupos del Parlamento la presentasen conjuntamente, que fuese un logro de todos, que diésemos una imagen diferente a la que la sociedad está acostumbrada: cinco partidos trabajando juntos por los intereses de la población.
Sin duda, esa predisposición abierta y sincera al diálogo sorprendió a nuestros interlocutores, que quizás esperaban a una guerrilla armada con títeres y amenazando con escarches. Intentaban llevarnos al barro de lo técnico, al laberinto de lo que podría ser o no inconstitucional, a la madeja de leyes y datos. Nosotros tirábamos hacia arriba, hacia el problema político, hacia la gente sin casa, apelábamos a la necesidad de ser audaces y de buscar nuevas soluciones, pues las que hay se han demostrado inútiles. Jamás vi tan claramente materializado en un instante el “sí se puede, pero no quieren” de la PAH. Ni al PP ni al PSOE les importó que el Estatut de Catalunya tuviese artículos recurridos por su inconstitucionalidad para copiarlos y aprobarlos en el Estatuto de Andalucía que, por supuesto, nadie recurrió al Tribunal Constitucional.
Tras cada reunión, los “negociadores” de PP, PSOE y Ciudadanos nos expresaban que había sido un gusto poder dialogar de una forma tan sincera y distendida, que compartíamos el diagnóstico y que trasladarían los resultados de las reuniones a sus grupos para fijar su postura. ¡Incluso nos llegamos a ilusionar con la posibilidad de que aceptasen tomar en consideración la propuesta! –que no aprobarla, tan sólo llegar a trabajarla-. Al día siguiente nos topamos de bruces con la realidad de la política, que no es más que pura ficción.
Intervenciones en el Pleno
Consejo de Gobierno de la Junta
En los meses que llevo trabajando en el Parlamento, jamás vi una explicación tan larga y tan currada de por qué la Junta no daba el visto bueno a una proposición de ley. Casi veinte minutos concentrados en repetir sus dudas sobre la constitucionalidad y lo bien que ya se está legislando en Andalucía en materia de desahucios y de pobreza energética. Tan tan bien que somos líderes en número de personas sin vivienda y en número de hogares víctimas de la pobreza energética.
Teresa Rodríguez (I)
Al contrario de lo que se imaginaban el resto de partidos, Teresa no entró en confrontación con ninguno, simplemente expuso la dramática situación de miles de personas, usando datos del Consejo General del Poder Judicial, de la EPA o de la Asociación Española de Ciencias Ambientales –todas peligrosas organizaciones bolivarianas-. Teresa pidió responsabilidad, pidió la oportunidad de poder trabajar la propuesta de aquellos colectivos que llevan años partiéndose la cara en la calle para combatir los desahucios. Pidió hacer política.
Izquierda Unida
Tal y como nos avanzaron, votaron a favor. Su portavoz hizo un discurso en la línea de Teresa, haciendo hincapié en lo injusto de que bancos y eléctricas cuenten por miles de millones sus beneficios, mientras buena parte de la sociedad paga los platos rotos de una crisis que provocaron ellos. Alegra ver que, cuando bajamos a la política concreta, a la de las propuestas y los hechos, es muy poco o nada lo que nos separa. Alegra y da qué pensar. Ustedes comprenden.
Ciudadanos
Tras haber tenido una reunión bastante afable, sorprendió ver a la portavoz de Ciudadanos intentando hacer una especie de crítica por haber presentado una propuesta copiada de la ILP de la PAH y de la ley aprobada (con el voto de Albert Rivera) en el Parlament. Como si fuese una deshonra hacer de altavoz de la sociedad en el Parlamento, canalizar sus propuestas y apoyarlas. Ciudadanos vino a decir que no podían apoyar la toma en consideración –en Catalunya sí, aquí no- porque ellos tenía ya propuestas mejores. Esto quiere decir que, en lugar de aportar esas propuestas en el trámite de enmienda, prefieren tumbar la propuesta e iniciar un nuevo trámite con su sello y su autoría, trámite para el que volverán a pedir(nos) que apoyemos la toma en consideración. Todo muy lógico y muy eficaz, en su línea.
Partido Popular
Creo que el PP no se enteró de qué es lo que se estaba tratando en el Pleno. Su portavoz se pasó quince minutos hablando de lo mal que lo hace el PSOE en Andalucía y de lo bien que lo hace el PP en el gobierno central. No se acordaron de la ley que se debatía ni siquiera para anunciar el sentido de su voto.
PSOE
Por si no hubiera quedado claro con la intervención de la consejera de la Junta, el portavoz del PSOE volvió a dibujar ese mundo feliz que es la Andalucía de Susana, donde no hay gente sin casa, donde a nadie le cortan la luz y el agua. Algún día, los y las andaluzas deberíamos mudarnos a esa Andalucía maravillosa que describen y dejar la Andalucía real en la que vivimos. A ver si nos dicen por dónde queda.
Teresa Rodríguez (II)
A estas alturas del debate, yo sólo quería que Teresa cerrase repartiendo hostias como panes (hostias verbales, señores de la Fiscalía). Me llevaban los demonios. Pero Teresa salió tranquila, subió al estrado e hizo uno de los discursos que recordaré toda mi vida, por limpio, por sincero, por honesto. Por eso es mejor que lo veáis, porque sintetiza a las mil maravillas a qué hemos venido a las instituciones, al mismo tiempo que evidencia qué es lo que hacen los demás.
Y en esto que llegó la hora de votar y pasó lo que ya estaba escrito. Cada partido asumió fiel su táctica. PP y Ciudadanos emitieron su calculada abstención, para que fuese el PSOE el único partido que se opusiese a la Ley de la Gente Sin Casa y de las Casas Sin Gente. La obra alcanzó su climax con la entrada apresurada de Susana, que no presenció ni un minuto del debate, porque ella ya conocía el resultado, porque traía el resultado de casa y porque sabía que sus fieles soldados iban a cumplir la orden que dio al inicio de la legislatura: votar NO a cualquier cosa que venga de Podemos. Lo de los desahucios y la pobreza energética ya es otra cosa, es lo de menos, paradójicamente, la miseria no va con los miserables.
Minuto 90 de partido, el equipo local va ganando 1-0 y su portero se tira al suelo fingiendo una lesión para perder tiempo. Los jugadores del equipo contrario protestan al árbitro y, mientras éste empieza a sacar tarjetas a diestro y siniestro, se acaba el partido. Una situación similar vivimos el...
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Francisco Jurado
Es jurista y secretario de la Vicepresidencia III del Parlamento de Andalucía.
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