La agonía del mediapunta
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Emilio Muñoz 30/11/-1
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Somos Premium. De nuevo ha sido Simeone, cómo no, el que pone a secar la ropa en los balcones de la ironía. Tampoco esta vez habrá quien recoja el guante del maltrato al que se somete sistemáticamente al Atleti. El Cholo, además de técnico, ejerce también de junta directiva, de portavoz y de alma de tanta historia. En el palco andan a otras cosas, a vestir las cuentas que no salen en relación con lo de La Peineta, que no es lo que se demanda, pero no es poco.
Lo bueno de ser Premium es saber que en el sudeste asiático habrá quien repare en que el partido ante el Sporting pareció un accidente sin serlo. Con el depósito en la reserva física y emocional, el Atleti contempló acalambrado cómo se escapaba el típico partido que suele acabarse en cuanto mete un gol. La estructura defensiva cayó fulminada de agotamiento. Fue una cuestión de piernas y no tanto de fútbol. Los rojiblancos, despojados de la presión y de la intensidad, se tornan más humanos. Rozan la vulgaridad incluso. Supo el equipo asturiano hurgar en la herida abierta. Echando el balón al piso, que no pintaba la tarde para esperar favores del cielo ni de la autoridad.
Tras la derrota, los abrevaderos de la información se saturaron de sesudos análisis que, a toro pasadísimo, mostraban el camino que pudiera haber evitado el fracaso. Costaba respirar de lo contaminada que andaba la atmósfera deportiva de dibujos, nombres y presencias anheladas. Hubo quien creyó que la fórmula mágica se componía cambiando los cromos, así, sin más, desdeñando de un plumazo lo cargados que andaban los gemelos y las meninges tras la tanda contra los holandeses. Raro resultó que Griezmann no cayese desplomado, exhausto, tras sacarse de la manga del interior de la bota la obra de arte que tanto debió celebrarse a la sombra de la Gran Muralla.
Por vez primera en lustros, un parón de selecciones en el horizonte no parece tan mala cosa. Podrá el Atleti restañar heridas mientras el planeta balompédico se adormece entre torrijas, procesiones y frivolidades varias del marqués Del Bosque. Las baterías deberán volver cargadas para afrontar un tramo final de temporada que se antoja apasionante y agotador a partes iguales. A estas alturas, los descansos son tesoros y su administración, plantación de horarios mediante, determinante. Esperar favores en función del respeto ganado durante los últimos tiempos no parece prudente, desgraciadamente. Además, programar los partidos del club colchonero a otras horas rompería los frágiles corazones de tantos niños asiáticos que no comen ni duermen ávidos de su próxima ración rojiblanca. Porque, eso sí, somos Premium. Eso no hay dios que nos lo quite.
Somos Premium. De nuevo ha sido Simeone, cómo no, el que pone a secar la ropa en los balcones de la ironía. Tampoco esta vez habrá quien recoja el guante del maltrato al que se somete sistemáticamente al Atleti. El Cholo, además de técnico, ejerce también de junta directiva, de portavoz y de alma de...
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Emilio Muñoz
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